Jayden había llegado cansadísimo. Dejó su maletín y subió al cuarto encontrándose con el menor. Tenía una nueva pijama.
—Hola JayJay. Te ves cansadito ¿Cómo te fue hoy? —preguntó el chico apenas vio al mayor entrar.
Jayden podía jurar que estaba intentando provocarlo, sentado de aquella forma, con su nueva pijama y esos movimientos tan delicados, sin agregar aquella voz tan dulcita.
—Me fue... bien. ¿Qué hay de ti? ¿Estudiaste?
El menor asintió.
—Espero que no me estés mintiendo, corazón. —se acercó al chico y se recostó a su lado.
Andrew enseguida se acercó y se acostó sobre él, apoyando su cabecita en el pecho del mayor, quien enseguida se dedicó a jugar suavemente con sus mechones.
— ¿O qué?... ¿Me harás aprenderme de nuevo el tema mientras me azotas?... ¡Ay! —se quejó al sentir una nalgada sobre su nuevo short de pijama.
—No me retes, Ann. No creo que te guste ir nuevamente por ese camino.
Jayden colocó su mano en la espalda del menor y la bajó lentamente, recorriendo sobre la sedosa tela de la pijama, hasta llegar a donde había dejado la nalgada anteriormente, para comenzar a acariciar y apretar, sacándole al menor uno que otro jadeo.
— Lindo, lindo, lindo ~... —dijo Jayden encantado.
Tomó de los brazos a Andrew, lo alzó para acomodarlo sobre su regazo, y acercó su rostro para juntar sus labios.
Los besos eran lentos y suaves, tan delicados y dulces, que los dos querían quedarse así para siempre, pero también habían opciones más interesantes.
—Vi que compraste algo en... —el menor no sabía como continuar.
—Dime en donde —sonríe el mayor al ver sus mejillas rosaditas.
—En la tienda de... de cosas para... ya sabes cual. ¿Qué compraste? ¿Para quién es?
—Dime cual tienda, nene. No sé de qué hablas. —dijo ocultando una sonrisita.
—La sex shop...
Una nalgada juguetona cayó nuevamente.
—¿Qué hacías revisando mis cosas, corazón? —dijo sobando nuevamente donde su mano había impactado.
—Sólo curiosidad, no lo abrí, lo juro. Sólo vi la bolsa.
—Está bien bebé. Estaba jugando, puedes ver mis cosas con total libertad. Todo lo mío es tuyo... especialmente eso.
Sus mejillas se ruborizaron aún más, curioso por el contenido en la bolsa.
—¿Qué es?
—Trae la bolsa y te muestro unas cositas.
Y así fue. El menor salió disparado de la cama, muerto de la curiosidad por saber que había en aquella bolsa.
La tomó y la llevó con el mayor, sentándose nuevamente en la cama, frente a él. La bolsa era grande.
—Hay unas cositas que son sorpresa, no te voy a mostrar todavía. Tampoco te emociones, no es nada muy genial.
Jayden abrió la bolsa y analizó el orden en el que iba a sacar las cosas, podían empezar por lo malo, y luego ir con lo "bueno".
—Compré unas cositas para tus castigos. Esta es una paleta especial, compré dos distintas.
El cuerpo del menor se tensó, al ver lo que el mayor sacó de la bolsa. Eran dos paletas, especiales para el spanking, una gruesa de madera, y otra de cuero, algo gruesa también, y firme.
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̨𔓕¡Take care of me! ̨𔓕
Diversos› . Cuando Jayden vio al menor por primera vez, supo que quería compartir su vida con él, su bella sonrisa, sus ojitos brillantes, todo de él era tan lindo, estaba perfectamente hecho. Cuando Andrew conoció al mayor, sintió toda su protección y se s...
