11: ¡Encuéntrame, Konohamaru!

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—Y tu, ¿Cómo te sientes? inquirió la rubia, tomándose con calma el humeante té verde que recién shizune le sirvió.

Mitsuri sabía bien a que se refería. No su físico, era el corazón.

—Extraño a Iguro, pero afortunadamente su pérdida duele menos. El estar aquí me ha ayudado, todo y todos son nuevos para mí. Creo que por eso acepté venir, para sanar y dejarlo partir.

—Tanto Ayame como tú hicieron bien en elegir a Konoha. Por Nezuko y por tí.

De nuevo Tsunade encontró coincidencias entre su aprendiz y ella. Una muy dolorosa, por cierto. Tanto Dan como Iguro fueron significativos en sus vidas, hombres con los que aspiraban a tener un futuro, uno que no pudo ser.

—Lo estoy viviendo. Estos días han sido agradables y Kakashi es el mejor anfitrión y guarda que nos pudieron asignar. —sus ojos adquirieron un brillo que a la quinta no le pasó desapercibido.

—Me da gusto que no tengan problemas para compaginarse porque Nezuko necesita protectores fuertes, pero cálidos y humanos.

—Sensei, ¿Sabes una cosa? —Tsunade le indicó que continuara. —Tanta es la calidez que se ha generado que a veces me da la impresión que somos como una familia.

—¿Sí? Se debe a tu añoro más grande; tener tu propio hogar.

La hashira se mostró con cierto deje de felicidad. Le enternecía que su sensei recordase el mayor sueño que tuvo desde niña, ser madre de familia.

—Estoy muy metida en mi rol. —confesó. —Ellos parecen aceptarlo.

—Son sus corazones respondiendo. —contestó la hokage, recordando que Kakashi no era muy diferente a sus protegidas ni a Mitsuri. Los unía el dolor y la pérdida de diferentes formas.

Mitsuri pensó en contarle sobre aquellos sucesos con el ninja que copia pero temía estar dándoles una impresión inadecuada, así que guardó silencio.

—A Kakashi le sentó bien esta misión. —agregó la Senju. —Por vez primera está utilizando su yo como hombre y persona y no su lado shinobi. El necesita explorar esa fracción de su ser para sanar.

Mitsuri curioseó. Quería saber quien era Kakashi Hatake.

—Sensei, ¿Lo conoce? —preguntó sin reparo.

—No de primera mano porque es un tanto reservado tratándose de si mismo, pero puedo intuir que trae en su corazón. —lo había observado por años, era de los shinobis más lastimados que conocía. Su historia no le era desconocida. —Pero no soy yo la que debería hablarte de él. Solo puedo decirte que la ha tenido difícil desde que nació. ¿Por qué tanto interés?

La pelirrosa emitió un ruidito de sorpresa al cuestionarla. Su rostro enrojeció, sintiéndose descubierta. Sabía que si le contaba a su maestra pasaría de todo, menos lo peor.

—Es que en estos días me he dado cuenta que es un hombre muy apuesto, aparte de estar demostrando ser buena persona.

—Me imaginé que no tardarías en caer con él. Conociendo lo enamoradiza que eres.

—¿Eh? ¿Eso es malo?

—No, pero no eres la única mujer en Konoha que quisiera tener un acercamiento romántico o —la Senju mostró cierto pudor.— sexual con él.

Kanroji se incorporó de golpe, negando de todas las formas posibles.

—¡De ninguna manera! ¡No es así! —explotó nerviosa y más roja que el famoso jengibre del reino Kouka.

Nankurunaisa || Kakashi Hatake & Mitsuri KanrojiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora