13: ¿Cada quién con su cada cuál?

60 9 0
                                    

Ambas Kamado miraron curiosas a Genma, quien ya tenía un rato degustando el postre preparado por Mitsuri, que por azares de su habilidad se transformó en un pastel helado de frutas. El guardaespaldas de la Hokage trajo un vino para acompañar, haciendo contraste agradable entre sabores.

—Genma-san, ¿Es difícil ser guardaespaldas? —preguntó Nezuko, quien desde hacía rato se sintió a gusto con la nueva presencia masculina.

—No. Solo hay que tener activados los cinco sentidos todo el tiempo, aunque los shinobi los tenemos presente siempre ¿No Kakashi?

—Así es. Nezuko lo está aprendiendo justo ahora.

—Nada mal tenerte de colega en un futuro. Mitsuri ya me ha dicho que eres talentosa.

—Espero estar a la altura de los estándares de la aldea, muchas gracias. —respondió la adolescente con una venia.

—¿Quieren algo más? Ya que la conversación va para largo. —comentó ofreciendo la samurai.

Todos negaron con la cabeza. El breve silencio permitió escuchar los profundos toques sobre la madera del portón en la residencia Senju.

—¿Invitaron a alguien más? —preguntó Kakashi mirando a las mujeres.

—No.

—Tampoco.

—Iré a ver de quien se trata. —respondió Kakashi, incorporándose y calzando las sandalias para acortar camino por uno de los corredores del jardín.

Mitsuri escuchó la conversación naciente entre Nezuko y Genma, pero no perdió detalle de los pasos de Kakashi, preguntándose de quien se trataría.

Al abrir el portón una sonrisa se dibujó en los labios del ninja que copia, aunque era simplemente una fórmula de cortesía; se trataba de la que era su compañera de alcoba en algunas ocasiones...Tomoe.

—Hola, cuanto tiempo ¿No? —inquirió a modo de saludo.

—Eso digo yo. —se cruzó de brazos. —te olvidaste por completo de mí.

—El tiempo no me ha permitido darte una vuelta...y otras cosas. —profirió en un claro doble sentido.

—Awww, me haces falta. —se enterneció la mujer y acarició la cintura masculina.

Kakashi volteó en ambos sentidos de la calle. Al ser parte del pabellón antiguo e histórico de la aldea era una zona alejada del bullicio, salvo ocasiones importantes. Y ese día estaban lejos de ello.

—Aquí no, Tomoe. —se excusó él. Se sentía incómodo.

—Ah, ¿Qué importa? —se apegó más al peligris.

—No es correcto para mí. Estoy en una misión. —le recordó serio.

—Oh vamos. —lo ignoró, acariciando el rostro masculino con los dedos.

—Detente. —ordenó, tomando su mano para detenerla.

—¡Kakashi-san! —terció una tercera voz, femenina pero infantil a sus espaldas.

Ambos adultos se volvieron a mirarla. Era Hanako que se asomaba tímida pero curiosa tras la puerta. El jounin sintió un ápice de ternura, la chunin en cambio, fastidio.

—Te lo dije. —murmuró Kakashi entre dientes. Separando de si mismo a la mujer. —¿Qué pasa, Hanako-chan? —continuó refiriéndose a la pequeña para disgusto de Tomoe.

—Nada. Solo quería ver quien llegó y te ví. —respondió con un deje infantil propio de su edad.

—¿Por qué no me esperas allá adentro? no demoro, lo prometo.

Nankurunaisa || Kakashi Hatake & Mitsuri KanrojiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora