Chapter 19

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La semana había pasado relativamente rápido para Megumi, después de unos días demasiados agotadores con tanto estudio, entrenamientos y castigos, por fin pudo disfrutar el fin de semana

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La semana había pasado relativamente rápido para Megumi, después de unos días demasiados agotadores con tanto estudio, entrenamientos y castigos, por fin pudo disfrutar el fin de semana. No había hecho mucho el sábado, sólo dormir siestas de cuatro horas en diferentes momentos del día y comer algunas botanas mientras las horas que se quedaba despierto las usaba para mirar películas en su teléfono; no había salido de su habitación en todo el sábado.

Se sentía agotado, la semana pasada tuvo demasiado cambios de humor que lo agotaron psicológicamente y no pudo evitar aislarse un poco del mundo mientras intentaba recomponerse, o eso era lo que trataba de hacerse creer a sí mismo. Lo cierto es que estaba viviendo una recaída, luego de la pelea con su padre el lunes, el regreso de Robert y el haberse mostrado tan vulnerable frente a sus mejores amigos no pudo evitar el colapso emocional que vivió. Los repasos para los exámenes, el castigo y los duros entrenamientos que Shota le dió a él y a Shinso también le habían pasado factura y desde el viernes por la tarde hasta la tarde del domingo no se atrevió a salir de su cuarto más allá que para ducharse e ir al baño.

Una constante tormenta también arruinó un poco el fin de semana de los demás.

Se había sentido triste, vulnerable, resultado y enojado, había vivido tantas emociones en esa semana que su padre le hizo la ley de hielo y él se alejó de sus amigos para tener espacio para sí mismo que en esos momentos ya no sentía nada, solo un vacío enorme que trataba de llenar con dormir, comer y películas pirateadas. No había querido alejar a Kirishima y a Bakugo en esos días, a ellos se le sumaron Sero y Kaminari sin querer, pero simplemente se sentía demasiado vulnerable y están seguro de que si los hubiera visto o hablado con ellos en la semana no podría evitar ponerse a llorar como un niño.

Por eso, para extrañeza de todos sus compañeros de curso, solía almorzar en una mesa con su alegre amigo rubio de tercero. Mirio había notado lo triste que se veía su amigo, así que decidió cuidarlo y distraerlo entre las horas de clases, almorzando los dos solos mientras conversaban cosas sin sentido, a veces cuando el rubio se encontraba ocupado con cosas de sus clases Megumi recurría a su segunda opción: Shinso. El joven emo no se esperaba que después de conocerse el muchacho de cabellos negros y ojos triste se le iba a pegar como chicle, terminando por obligarlo (no era así en realidad pero Hitoshi era orgulloso), a convertirse en amigos de una forma algo extraña, pero descubrir que tenían muchas cosas en común ayudo.

Como la falta de descanso apropiado y el gusto en la música, tal vez Shinso también le pegó un poco de su obsesión con los gatos.

Por eso ahora se encontraba jugando con un llavero de gato que Sophia le regaló al ver qué tenía de fondo de pantalla en su celular a Romeo, el gato siamés de Shinso, del cual el peli morado le manda fotos de vez en cuando.

Si, había sido una semana agotadora dónde se alejó mucho de sus mejores amigos, y sabía que él hecho de que se hubiera alejado de ellos para poder juntarse con otros dos chicos que Kirishima y Bakugo desconocían les había molestado a ambos. Quizás por eso se levantó de su cama de un salto cuando vió una llamada entrante en su celular de Bakugo, quien en pocas palabras le exigió ir esa tarde a la cafetería donde solían juntarse después de clases para poder estudiar juntos.

˓˓ 𝘾𝙡𝙤𝙪𝙙 ˒˒ ᴮᴺᴴᴬ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora