<<When we were you and me>>
Ekko empezó sus salidas nocturnas desde hacía unos meses, solo para escabullirse hasta sitios oscuros y solitarios, a encontrarse con ella.
—¡Jinx! —Corrió hacia la joven peli azul que ya estaba en el sitio.
—¡Little man! —la joven uso su antiguo apodo, abriendo sus brazos para recibirlo y fundirse en un abrazo.
—Te extrañe mucho.
—Y yo a ti—ambos sonrieron apartándose.
—¿Encontraste brillo? —La joven alzo los hombros.
—Cada vez es más difícil de conseguir, pero siempre puedo confiar en ti ¿Verdad? —Ekko sonrió sacando el pequeño botecito con líquido brillante.
—Por supuesto—Lo dejo caer en sus manos, la peli azul sonrió y lo guardo tras suyo.
Conocía muy bien la incomodidad de Ekko en su proceso de inyectarse el líquido que la mantenía viva, tampoco es que ella tuviera mucha emoción por ello. Aun así Ekko logro comprender la importancia del líquido para su cuerpo, trayendo pequeñas dosis en cada encuentro.
—¿Saldrás conmigo esta noche? —preguntó sonriente.
—Me vestí para la ocasión.
Era mentira de ambos, vestían sus ropas normales, pero les gustaba la fantasía de un ambiente ficticio.
Las noches en Zaun era peligrosas, pero ellos lograban hacerlas ver bien.
Saltando se aquí para allá, paseando por viejos lugares o escapándose a Jericho para comer algo.
—¡Y todo explotó! —grito la zaunita. —nunca pensé que podría pasar eso.
Ekko sonrió a su par.
—¿Y cómo vas tu?
El joven pensó un poco antes de responder.
—Estamos creciendo, atacando por allí y por acá, los Firelights han avanzado tanto que estaba pensando en ampliar el refugio, tal vez un área—Jinx sonrió a su lado.
—¿Y el peludito? ¿Por fin firmaron para el apoyo de Piltover y Zaun? —Ekko sonrió con el apodo que le había dado Jinx a el exconcejal.
—Aún estamos en proceso, los diálogos con Piltover son... Muy difíciles.
Jinx asintió.
—Sigo pensando que deberíamos atacar.
—Jinx...
—¿Que?
— No puedes usar una ciudad para vengarte de tu hermana—La peli azul se sonrojo avergonzada.
—No hablaba de eso—Desvío la mirada del joven, llevando sus risillas hasta su pecho.
Ekko suspiro en medio de silencio que se formó, sabia el cómo afectaba el tema a ambas hermanas, y como ninguna daba su brazo a fallar.
—¿Hablaras con ella? ¿Algún día? —Jinx lo miro, quedando en un silencio mientras abrazaba sus piernas.
—No quiero hablar de eso.
—Jinx yo-
— No. —Exigió, callando al joven que volvió su mirada hacia la vista nocturna de Zaun.
El silencio volvió más fuerte, sentados uno junto a otro. El viento que pasaba agitaba sus cabellos, Ekko de vez en cuando desviaba su atención a su mechón suelto, moviéndose suavemente contra el rostro de su... Amiga.
Ahí fue que lo atrapo Jinx después de unos minutos, con la mirada perdida en su rostro, donde los pequeños cabellos azules chocaban con la claridad de su piel, contra sus labios grisáceos, parad después verse atrapado en esa acción al subir hasta los ojos rosados, que lo miraron fijamente antes que se le escapara una sonrisa.
—¿Disfrutando la vista hombrecito? —Las mejillas de Ekko se calentaron antes que actuará a la defensiva.
—¿Que? ¡No! ¿Bromeas? ¡Yo no estaba... —tartamudeo — ¡Yo no quise - —la peli azul estallo en risas antes, tomando su estómago en medio de ellas y haciendo que Ekko cambiara su cara por una fastidiada!
—Ya, ya, solo bromeo—Se siguió riendo, pero esta vez tirándose a sus brazos y apoyando sus manos en sus hombros mientras se seguía riendo, Ekko sostuvo sus codos, pero desvío el rostro, evitando mirarla. La peli azul se rio contra su pecho.
—Malhumorado. —dijo con gracias.
—No es verdad—Paso sus manos por la cintura de la joven cuando está empezó a mover su cuerpo en un tipo de baile.
Jinx elevo su rostro sonriente contra el suyo, Ekko bajo su rostro hacia abajo, dejando solo un pequeño espacio entre sus narices. Jinx sonreía de una forma tranquila, casi pareciendo una niña en lugar de la terrorista que adornaba los periódicos de Piltover.
Ella siguió moviendo sus pies, obligándolo a moverse a su par a pesar de sus oposiciones.
—Si lo eres.
Ekko dejo escapar una pequeña sonrisa, dejando su tensión salir de sus hombros y disfrutando los pequeños movimientos en la oscuridad de la noche, dejando que el ritmo alejara el frio, podía sentir solo ese momento, solo ellos dos. Su respiración, tacto, su risa y baile tranquilo, en realidad quiso quedarse allí por mucho tiempo, tal vez una eternidad.
...
Soltar su mano, solo eso tenía que hacer.
Jinx lo esperaba con paciencia, ella ya se lo había dicho, sus palabras seguían presentes en su mente como hacía unos minutos cuando las dijo.
Tengo que irme, Ekko.
No quería, no quería.
El no... El no podía.
No fue capaz de apartar su mirada de los delgados y callosos dedos en sus manos, el contraste de su clara piel contra la suya, sus uñas con pintura desgastada y suciedad en las mismas. Había algo que lo hechizaba, la suavidad de su piel contra la suya, el calor que desprendía contra su palma, la forma tan perfecta en como esta encajaba en la suya.
No por favor.
Estuvo a punto de rogar.
No quería dejarla ir, sin el saber el momento donde volvería a mira sus manos unidas.
Pero no podía hacer eso.
Él no era egoísta, sus deseos no eran relevantes.
no lo era
Así que la soltó, fue tan lento que pareció una eternidad, el ver como los delgados dedos se deslizaban de su suelto agarre, sentir su último toque en su piel. Ekko elevo su mirada, Jinx le dedicaba una sonrisa serena, él la imito, una sonrisa de despedida mientras apretaba su mano vacía tras su cuerpo, con el único deseo de tenerla de nuevo.
Y con ese mismo deseo la vio sonreír y dar la vuelta.
No podía hacer nada, nada de ella era suyo, nada podía hacer si ella lo decidía o quería, perdió esa guerra desde el primer momento.
Ahora solo bastaba que se diera cuenta que aun que ella no dejaba nada en el, el había dejado toda su alma en ella.
...
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Cuando amamos
FanficEkko ya tiene una vida... No puede pedir más a su fortuna, ama cada una de las cosas que tiene y para él su vida está formada. Pero todos guardamos arrepentimientos. Y el color radiante que pinta nuestra vida puede ser golpeado por una mancha carmín...