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<<Sueños que son solo sueños>>

Ekko bajo a la chica de su cuerpo en tierra, apoyo sus pies en la tierra, sin poder quitar las manos de los hombros de la mujer ni su mirada contra ella.

Su cabello alborotado cubría gran cantidad de su rostro, pero se acomodó hasta que pudo acomodar sus pies contra el suelo para alzar su rostro.

Se volvieron a ver directamente después de tanto, y ella permanecía una sonrisa amistosa como si fuera solo hacia algunas horas.

Noto los rastros de suciedad y sudor en su rostro, así como el azul con solo pizcas del magenta anterior.

—Hey niño salvador—Hablo por primera vez, haciendo que la mente de Ekko volviera a reaccionar, formando un nudo en su garganta. —¿Volviste a tus viejos hábitos de salvador? —se rio, una risa que contrastaba contra su rostro vuelto una mierda.

—Jinx—fue lo primero que dijo después de todo, lo único que dejo salir de su garganta. Fue allí cuando sintió el picor de sus manos contra la piel cubierta de la joven.

—Si, creo que puedes llamarse así—volvió a dejar una suave risa. Los dedos de Ekko chipiaron como con electricidad, haciendo que el agarre en ella cediera y alejara sus manos de su cuerpo. Jinx no abandono su sonrisa, pero su mirada cambió, así como sus expresiones.

Flaqueo, no duró ni medio minuto sobre sus pies antes que estos cedieran y ella cayera.

Fue reacción, de una forma rápida la tomo antes que esta llegara a tocar el suelo.

La antes sonrisa de Jinx se arrugó en una expresión arrugada, gimiendo por lo bajo mientras sus manos llegaban al cuerpo de Ekko.

Allí fue que lo noto, la humedad en la mano que rodeaba la pequeña cintura cubierta, quitando su mirada de Jinx fue hasta su mano, que aparto de su cuerpo mientras apoyaba el peso femenino en su otra mano.

La expresión de Jinx fue incomoda mientras él se quedó en estado de shock, tanto su mano como su mirada temblaban.

No, no, no, no por favor.

La mano de Jinx contra su ropa se apretó cuando su mirada volvió con suplica hacia ella, fingiendo otra sonrisa contra su expresión lastimada.

—Jeje... Supongo que no soy invencible —No pudo seguir, la mirada de Ekko se transformaba brillante, casi podía sentir como sacaba todas sus fuerzas para respirar.

Su mano goteaba aquel líquido rojizo, en el cual no había ni pizca de su propia sangre.

Totalmente rojo.

Esta vez fue él el que flaqueo, sin poder sostenerse dejo sus rodillas chocar contra el suelo mientras Jinx quedo acostada contra su cuerpo y apoyada en la tierra. Gimió por el movimiento, pegando su frente hacia su hombro, sin poder contener sus nervios volvió a hablar con rapidez

—Vas a curarte, estarás bien ¿bien? Solo es un poco de tiempo para que el-

—Ya no hay brillo Ekko. —Jinx interrumpió sus palabras aceleradas—Ya no importa...

—¿De qué hablas? —gimió—Estarás bien Jinx, él-él te curara como siempre. —Jinx le dio una sonrisa, diferente a las anteriores esta transmitía.

—ya esta tarde Ekko... —apoyo su frente contra su ropa—Pero... Me alegro de estar contigo—inconscientemente aspiro su aroma, detrás del sudor y la pólvora mezclada con tierra se encontraba el olor de Ekko, uno que casi había olvidado de su mente. —Te extrañe tanto.

—Jinx

—Me hubiera gustado estar más tiempo —sonrió—con ustedes... Phill es un niño muy especial, me recuerda mucho a ti.

Cuando amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora