Susy no me pegues, ya lo subí :b
<<Mi mente vaga en mi miseria>>
Ekko Corrio, tuvo que agradecer que el miedo había hecho que todo Zaun se disipara y él pudiera vagar por las calles.
Su corazón no dejaba de latir contra su pecho.
Ekko en realidad tenia muchas cosas que arrepentirse, entre ellas el haber dejado ir a las personas que quería.
En especial ella.
"No importa cómo mueras, si no al lado de quien lo haces" habia leido esa frase en algun libro perdido entre su mente.
Para la poca importancia que le dio ese dia, ahira esas palabras le hacían temblar las piernas en cada paso que daba.
Podia sentir la humedad en sus manos, un líquido caliente que ignoraba aún sabiendo su procedencia y el rastro rojo que ha creado en la ropa de ambos.
Jinx había dejado de hablar, emitiendo quejidos cada que daba pasos fuertes o que la lastimaba sin querer.
Ekko estaba tan concentrado en permanecer de pie que no podia decir nada, ni siquiera notar las espesas lagrimas en sus mejillas.
Ya no queda nada que hacer.
Era mentira
El lo sabia, lo sabia, lo sabía.
Lo quería...
...
Vi sonrió a su esposa en medio de la noche, el viento gelido había hecho que ambas cerrarán las ventanas a la espera de la lluvia.
Caitlyn sonrio asi ella, recogiendo un mechón azul tras su oreja mientras leia un libro de criminalistica. Vi la acompañaba en las noches a pesar de su cansancio.
Concideraban esas horas nocturnas preciosas para su convivencia, asi ninguna dijera una palabra.
Vi ignoro el cansancio en sus ojos mirando el reloj dorado colgado en la pared
XII marcaba casi en punto y ella solo paso su mano por su rostro, rayos, odiaba las manualidades.
Se notaba en el horroroso pedazo de lana que tenía la expectativa de ser una bufanda.
Lo habia rehecho 3 veces y estaba a punto de quemar la maldita lana.
Siempre fue la hermana de los puños pero no de las manos.
Sonrio ante ese recordatorio.
La tranquilidad fue interrumpida por un golpe seco.
Tan inesperado y tan fuerte como un choque, que no dejaba de golpear sin parar.
Hasta que lo hizo.
...
Ekko estuvo a punto de tirarse al suelo cuando las luces de los faroles de la lujosa calle con barreras y entradas enjardinadas.
Agradeció su privilegiada mente de recordar la casa de ambas que le habia dicho hacia años, rogo con todas sus fuerzas que si lo fuera y que no lo esperara otra persona tras la puerta.
O no lo esperara nadie.
El brillo calido fue la forma en la que volvio a ver el rostro en su pecho.
Entonces su corazón paro.
—¡¿Jinx?! —las pestañas azules estaban entrecerradas casi por completo, cubriendo unos ojos perdidos con lagrimas que no había visto en la oscuridad de Zaun.
Habia dejado un camino seco por sus mejillas sucias, eso casiblo hace gritar.
—¡Jinx por favor! Estoy aqui,¿Esta bien? Quedate conmigo, por favor, por favor —sus pies no avanzaron, solo la miro con su cabeza delirante, sus mejillas se humedecieron con su desesperación.
Entonces ella gimio, uno corto y forzado, mientras los vacios ojos azules fueron hacia él por una fracción de segundo, su delgada mano escondida contra su cuerpo hizo un pequeño movimiento, lo suficiente para que lo sintiera.
Y fue como un empujón, que lo hizo volver a caminar, pasos decididos hasta subir hasta el elegante porton de madera rojiza.
No supo como su mano logró golpear la fina madera antes de volver a su agarre al cuerpo de la chica.
Ekko habia envuelto su cuerpo en la misma capa que llevaba, para su suerte era suficientemente grande para cubrir todo su cuerpo contra el frio de la noche.
El invirno se acercaba a pasos acelerados y él intentaba con todas sus fuerzas preservar su calor.
Sintio una eternidad antes que la puerta fuera abierta, el nudo en su gargata le impidio gritar a algún llamado.
—¿Ekko? —Los rastros de la Peli rosa salieron con traquilidad, su mirada confundida sólo alcazo a ver a su amigo —¿Pasa algo? ¿Que es lo que... —Todo se detuvo para ella cuando vio el bulto en sus manos, escondido tras una tela oscura.
—um? —Caitlyn salio de atras de la puerta pasando su mirada de su esposa a directamente el bulto, apesar de todo lograba ver la figura humana tras todas las capas, pero lo que la hizo dar un salto sorpresivo y llevarse las manos a la boca fue el cabello azul que caia en trenza.
Vi no podia decir, ni pensar, una mirada fija en el cuerpo escondido.
—Vi —La voz de Ekko salio quebrada—Jinx... Ella...
Algo se desperto en la mente de ella.
—¡Powder! —gimio lamentable, dando pasos rapidos hasta el moreno, sin llegar a tocarlo ni verlo, la tela aun cubria el rostro que se inclinaba contra el pecho masculino. —T-tenemos que llevarla a urgencia, ¡¿como paso esto?! —sus manos temblaban en medio de sus palabras— ¡Que estas haciendo Ekko! ¡Tenemos que- —Ekko no pudo más.
Dejó salir un gemido ahogado agachando su mirada, ver las gruesas lagrimas caer de los ojos azules de su amiga lo habia quebrado.
El nego hacia ella.
—Ya es muy tarde—pronuncio.
El mundo de la peli rosa se detuvo, tras un tela oscura como la de cualquier habitante de Zaun, con el rostro escondido contra el pecho de su mejor amigo de infancia y con un camino de gotas carmesí bajo ella. Se encontraba su hermanita, su pequeña hermana.
— ¡No! —gruñó apartando la mano de su esposa de su espalda—No es cierto...
—Vi...
—¡Powder! Soy yo, Vi, por favor... Powder—su voz se quebraba en su garganta cuando las manos femeninas tomaron su brazo. —Por favor... Soy tu hermana... Powder... ¡POWDER POR FAVOR! —Su voz hacia un profundo hueco en el pecho del chico, incapaz de volver la mirada hacia arriba—Pow Pow...
Entonces lo sintio, un segundo después de la voz de Vi, un movimiento. Apreto su frente tan débil contra el que si no estuviera totalmente en atención lo habria tomado como un golpe de viento.
Al parecer su mirada sorprendida alarmo a ambas mujeres que lo miraban atentas, un con un rostro triste y otra con sus mejillas humedas.
—Ella... Se movio...
—¿Pow... ? —susurro Vi casi para si misma.
Entonces la tela se removio, la mano de la joven se movio en busca de la fuente, con una debilidad que solo le permitio moverla unos milímetros.
Fue suficiente para que todos se dieran cuenta

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Cuando amamos
Fiksi PenggemarEkko ya tiene una vida... No puede pedir más a su fortuna, ama cada una de las cosas que tiene y para él su vida está formada. Pero todos guardamos arrepentimientos. Y el color radiante que pinta nuestra vida puede ser golpeado por una mancha carmín...