Epilogo

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Arthit ve la hora, se ve una vez mas en el espejo, lleva una a una sus muñecas a su nariz para olfatear el perfume que le regalo su hija por el nacimiento de los cuates, casualmente es el olor favorito de su marido, da un fuerte suspiro, ¿Es tonto sentirse tan nervioso?

- Hijo – entra Bianca hablando despacio para no despertar al par de dormilones – Jared está esperando.

- Mae...

- Ve tranquilo, ya no somos tan jóvenes, pero te garantizo papá y mamá vamos a cuidarlos bien, además vino Josh y Kari

- Gracias – va al cunero a dejar un suave beso a sus hijos, es la primera vez en casi tres meses que sale sin ellos, han salido pocas veces, se preparo sacando suficiente leche, dejo a la vista medicina si había dolor de estómago, pañales, cambio de ropa que hiciera juego y los dejo bañados, alimentados y dormidos. - Si pasa cualquier cosa, mae por favor llama.

- Lo sé, lo sé, vamos hijo, confía en estos abuelos y los tíos.

- Si confío, pero es que son muy pequeños y son dos... bueno esta Zoé...

- Arthit... te mereces tener una cena caliente y sin prisa, una platica sin interrupciones y bueno más que una plática con mi hijo sin interrumpir. – esto ultimo lo hizo sonrojar – así que ve a su encuentro, tengo todas las instrucciones.

- Gracias. – la abrazo y salió de la habitación.

Fuera del gran hotel, Kong lo está esperando.

- ¿No vas a estacionarte? – pregunta a Josh al ver que lo deja justo en la entrada y Kong se apresura para abrir.

- Si señor, pero mi jefe no puede esperar a tener un momento a solas con usted, no se sorprenda si la ocupación esta en menos de 20%... – por el retrovisor lo ve ruborizarse y sonríe.

- ¡...!

- ¡Cariño! – Abre la puerta y extiende su mano para tomar la de Arthit – ¿Jared tenía puesta la calefacción? – el oponente niega y lo abraza – hueles delicioso.

Lo primero fue una cena exquisita, como siempre los alimentos fueron preparados a la parrilla frente a ellos, a el moreno le encantaría eliminar el rostro de preocupación de su esposo cada que se habla de una comida fuera de casa.

La psicóloga con la que está yendo en secreto de Arthit, le ha dicho que hay ciertas cosas que se darán muy despacio, aunque su marido confía por completo en él, comer o beber libremente o aceptar algo de otros será algo que le tomará bastante tiempo, también hay ciertos juegos en la cama que lo paralizan, aunque diga que esta bien, vendar sus ojos, o atar sus manos, se arrepiente del momento que lo ofendió y ato su corbata a sus pálidas muñecas.

Llegaron a la suite, naturalmente esta arreglada para una velada romántica, aunque esa no es la intención de moreno. Arthit entro al baño se vio una vez mas en el espejo para darse valor y se quito sus ropas, dejando solo la lencería que compro especialmente para esta noche, aunque su pasión no se vio apagada con la llegada de los bebes, si cambio, era normal, y Kong jamás se a quejado, gruñe un poco cuando a punto de llegar al clímax el llanto de un bebé lo desprende del placentero calor y lo hace correrse en el baño, con la ayuda de su áspera mano.

Así que el castaño suspira y relaja su cuerpo abre la puerta del baño y observa la espalda de su esposo, este sirve un poco de vino, camina despacio, seductoramente hace él. El moreno se gira con dos copas recién servidas, sus ojos se abren fuera de orbita y traga en seco la saliva que siente se le atoro, no es que nunca haya tenido sueños húmedos con su sol en ropa de encaje, pero... Ahora le estorban las copas en su mano, y su propia ropa, todo su cuerpo reacciono en llamas ante esa hermosa figura, con mirada cautivadora, labios rosas y...

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