capitulo 4

86 6 0
                                    

Ella me mira con sus enormes ojos negros sin apartar la vista. Yo igual la miro pero extrañada por lo enormes que son sus ojos, nunca había visto un par de ojos así de grandes, noto que tiene unas pestañas muy largas,color negro al igual a su cabello largo.

Teniéndola asi de cerca miro su cara aún que lo que más se nota de ella son sus enormes ojos negros. Sus cejas no son tan gruesas pero si un poco largas. Parecen dos pares de palitos rectos. Miro sus labios no son gruesos pero tampoco delgados, están pintados con una pequeña capa de lip gloss rojo.

— te gustan ? — la miró sorprendida por su pregunta. Yo trago saliva fuerte.

— ¿Que? — es mi único que digo para luego mirar sus ojos.

— mis labios — miro sus labios cuando lo dice. — ya que no dejas de verlos— Niego con la cabeza para volver a ver sus ojos.

— debo de dejar de verle los labios — abro más la boca sorprendida. No lo pensé lo e dicho. Mierda.

— no me molesta que los veas, tampoco — se acerca más a mi— que los vallas a tocar. — a mi casi se me salen los ojos. Ella se acerca más a mí cara. Más específicamente a mis labios. 

— ¡Molly! — escuchó que grita mi mamá. Yo me levanto de un solo de la cama . — abre la puerta— dice intentando abrirla.  La miro a ella, a cerrado con llave. Mamá da dos golpes a la puerta.

— voy— digo casi corriendo para abrirle.

— no puede ser , que maña tienes de estar va y va de cerrar con llave— dice casi gritando y enojada. — necesito que me ayudes a buscar a June, no la encuentro y vas tú y te encierras . — abro mas la puerta para que así la mire. — ¡Oh! — exclama. — está aquí...— dice con un susurro. — June — mamá le sonríe— me alegra haberte encontrado. — me mira a mi — creí que Molly te había dejado sola — la miro con los ojos entrecerrados ¿Como hacerlo si ella me pasa siguiendo ?

— no se preocupe, a estado conmigo todo este tiempo — dice Molly apareciendo al lado mío.

— que bien — dice mamá feliz para luego mirarme a mi feliz. Es la primera vez que me mira así de feliz en esta noche, ya que lo demás a sido reproches.

—June — la mamá de ella la llama.

— tu mamá dice que ya deben irse. — yo suspiró aliviada.

— está bien, gracias por la calidad recibida .

— no hay de que. — ella pasa al lado mío para ir a bajar las escaleras e ir con su madre. — Molly ya todos los invitados se han ido, así que ve a descansar. — hasta que al fin. Asiento.

Voy a la cama, ni siquiera me quitó la ropa solo me acuesto. Estoy agotada. Rápidamente me dormí. Al día siguiente me levanté con una gran hambre. Así que comí unas tostadas con jalea que a preparado mama y un vaso de jugo de naranja. Agarre mis cosas y me dirigí al auto de mamá para así esperarla que iba a traer unos documentos. Aprovecho que tardará un poco y vuelvo a la cocina para prepararme más tostadas con jalea, me las termine apurada.

Mama trabajaba de secretaria para una empresa muy grande y alta, cuando era pequeña fui unas veces. Con ella vivo después de que ella y papá se divorciaran, suelo visitar a papá pero no me quedo mucho con el. No soy hija única tengo un hermano menor que vive con papá ya que así lo decidió el juez.

Mamá conduce hasta el colegio, me deja allí y yo salgo de el auto, no voy deprisa ya que hoy no voy tarde,voy a buena hora. A casi llegar al salón la campana suena. Yo saco el libro que me toca.

Mierda. No me e puesto suéter solo una camisa. Un fuerte viento helado me azota haciendo que tiemble un poco. Camino hacia mi aula. Ya en la clase ni atención le di ya que tengo mucho frío. Me abrazó a mi misma. Toca la campana para salir a recreo . Yo me levanto lentamente, sin ganas y con mucho frío.

—Molly — ella me llama. Mierda. ¿Será que alcanzo a correr? Y de paso se me quita el frío. Me volteo.

— Dime. — digo tratando de parecer de lo más normal. Pero esta vez no la miro a los labios,ni a sus enormes ojos que me dan miedo. Si no a su vestimenta, es que es casi imposible no fijarse por qué no está tan abrigada. Llevando puesto un vestido manga corta arriba de las rodillas color negro, solo eso. Si estoy que tiemblo por con un pantalón que me cubre las piernas de el frío no me imagino a ella.

— se ve que tienes mucho frío ¿Por qué mejor no regresas a casa y te abrigas? — yo me encojo de hombros.

— no puedo — me limito a decir, no me gusta estar cerca de ella ya que me hace sentirme incomoda.

— ¿Por qué no? — cómo ya no quiero seguir cerca suyo así que me dispongo a irme.

— por qué no — ella me jala de el brazo. Hasta pegarme a una pared.

— ¿Cual es la necesidad de alejarte?

— ¿Cual es la necesidad de pegarme a la pared?— contrataco. Su cara se acerca a la mía, allí es donde ya se me quitaron las ganas de contratacar de los nervios que me dan tenerla así de cerca.

— me gusta tenerte cerca de mi.

— pues... A mi no — yo trato de aparatarme pero en lugar de eso ella fuerza más su agarre en mis manos.

— haré que te guste. — dice acercandose más a mí y a mi boca.

Yo me pegó más a la pared para así tratar de alejar su cara aún que sea un poco. Alejar sus labios... Sus labios color rojo.

Trago fuerte. Debo de dejar de ver sus labios y ella debe de dejar de acercarse así... De esa manera que hace que quiera ver sus labios rojos.

Hasta La Muerte Por Un Anhelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora