IV. Let me save you

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Abrió los ojos con mucha dificultad, su vista estaba borrosa, a pesar de eso, pudo ver un techo pulcramente blanco, y de inmediato el asqueroso olor a antiséptico y alcohol llenó sus fosas nasales, estaba en un hospital.
Intentó sentarse, fue inútil por supuesto, estaba conectado a una solución intravenosa, sin mencionar que todo su cuerpo estaba entumecido, no tenía más opción que quedarse ahí, esperando que alguien apareciera y le explicara cómo llegó a ese lugar.

Intento recordar, pero su mente solo lo regresaba al momento en el que llamó a la pizzería, luego de eso, todo estaba borroso.
Los sedantes lo mantenían calmado, si no fuera por ellos ya estaría retorciéndose tratando de levantarse y su mente estaría buscando explicaciones. En medio de sus intentos por mantener los ojos abiertos, un rostro apareció frente a él, mirándolo desde arriba, rasgos afilados, cabello rubio cenizo, una preocupada mirada escarlata escondida tras un antifaz negro.

—Que guapo eres —dijo con una risita tonta.

Su nuevo acompañante sonrió divertido.

—¿Cómo te encuentras? —preguntó el de cabello cenizo.

—La cama es incómoda, ven pruébala —invitó, palmeando suavemente un espacio a su lado.

Una risa profunda y cautivadora lo arrulló.

—Ni siquiera estando en ese estado dejas de coquetear —respondió su acompañante.

—No voy a dejar ir mi oportunidad —bromeó con una sonrisa—. ¿Tú me trajiste?

Dynamight quito su sonrisa, su rostro se quedó serio e Izuku se sintió tan pequeño debajo del héroe.

—Estabas muy mal, no puedo creer que tú mismo no hayas buscado ayuda, debiste ir con un doctor y luego a denunciar.

—No hay nada que denunciar, fue un accidente.

—No lo fue y lo sabes, me lo dijiste cuando estabas delirando.

—¿Qué dije? —su voz se quebró por el miedo.

—Lo necesario, ¿por qué no denunciaste?, hay gente que puede ayudarte —dijo el héroe suavizando su voz.

Los cansados ojos verdes lo miraron con duda, Izuku se debatía entre hablar o ignorar al héroe.

—Nadie iba a creerme, nadie me cree nunca, ¿por qué iban a preocuparse por mí, un quirkless? —los sedantes, el cansancio, el miedo, lo obligaron a hablar, a la única persona que estaba dispuesta a escucharlo, si Dynamight se burlaba y lo echaba a la calle podría abandonar las esperanzas a las que trataba de aferrarse inútilmente.

—Yo te creo y quiero ayudarte —aseguró con decisión en su voz y su mirada.

—¿Por qué? —preguntó dolido—. No soy nada más que un buen rato, una puta —soltó una risa seca, vacía—, así me han llamado todas las personas que aparecen en mi vida, ¿por qué deberías preocuparte por mí, “héroe”? —reprochó con el rencor brotando de su voz cansada.

Todo había dejado de importarle en algún momento, incluso su seguridad, y ahora, saliendo de ese lugar tendría suerte si Tomura se apiadaba de él y lo mataba rápido, aunque conociendo al hijo de puta, su tortura iba a ser lenta. Fuera de esos muros estaría solo, así que no había razón para guardar sus palabras, todo por lo que trabajó por años se fue al diablo por ese héroe que cruzó su puerta, pero ya ni siquiera eso importaba.

—Porque este mundo no ha sido justo contigo —respondió Dynamight  sin dudar.

Izuku lo miró expectante, entonces el héroe supo que tenía una oportunidad de ganarse a ese chico pecoso.

The slut and the hero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora