Extra

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Usualmente sus compañeros de trabajo conseguían hacerlo enfadar, pero ese día en particular sentía que en verdad podría matar a alguien, en especial, al imbécil que haya tomado esas malditas fotografías y a esa despreciable mujer que lo obligó a acompañarla hasta su habitación de hotel.

La enorme pantalla de la cafetería de la agencia estaba mostrando las noticias, mientras él intentaba con todas sus fuerzas calmarse bebiendo de su café. Todo fue bien, hasta que comenzaron a pasar las fotografías de él y una reconocida modelo, ella sujetándolo del brazo mientras caminaban hacia la entrada, la reportera dijo que se sospechaba de un apasionado romance, todos sus compañeros de trabajo lo molestaron con silbidos y gritos. Él sintió una vena en su sien y no pudo reprimir explotar su taza de café.

—¡Cierren la maldita boca! —gritó furioso. Al menos consiguió que todos volvieran a sus asuntos.

—El héroe número uno no tuvo un buen fin de semana ¿eh? —se burló Denki—, cualquiera diría que te fue muy bien, ¿o no Kirishima?

El nombrado lo golpeó con el codo para interrumpir las tonterías que estaba diciendo, pues cada palabra parecía poner de peor humor al héroe explosivo, quien parecía a punto de cometer un asesinato contra cierto rubio de boca floja.

—Seguro que fue un buen fin de semana, no habías pasado tiempo con Izuku desde hace un tiempo ¿verdad? —dijo Kirishima intentando aligerar el ambiente.

Fracasó, con la mención de ese nombre su rostro pasó de furia a desolación.

—No puede ser, Izuku —suspiró el héroe, llevando sus manos a su cabeza.

Kirishima y Kaminari se miraron, entendieron que solo habían empeorado las cosas.

—Oh vamos, Izuku sabe que esto no puede ser cierto —animó Kaminari.

—Si tú en algún futuro inexistente tuvieras pareja y la vieras con un modelo reconocido entrando a un puto hotel un sábado en la noche, ¡¿qué pensarías idiota?! —regañó Dynamight a punto de explotar de nuevo.

—Podemos cubrirte un rato, ¿por qué no vas a verlo y le explicas todo? —ofreció Kirishima, salvando a Kaminari de terminar en una sala de urgencias.

Eso encendió una chispa de esperanza en el rostro de Dynamight.

—¿Lo harían, en serio?

—Por supuesto hermano —dijeron al unísono.

Apenas estaba levantándose de su asiento, cuando Shoto llegó a su mesa.

—Oye, Dynamight —comenzó con su voz monótona—, tenemos algunas pistas sobre Shigaraki que queremos que revises, es urgente, en cuanto termine tu hora de descanso deja el resto de pendientes y trabaja en eso.

El héroe de fuego y hielo palmeó su hombro y se fue, sin quitar la vista de los documentos que sostenía, no pudo notar la falta de aire que sus palabras dejaron en la mesa.

Dynamight estaba por sufrir algo, lo presentía en su cabeza punzante y su corazón acelerado, ante la mirada incrédula de sus amigos, dejó caer su cabeza sobre la mesa, sonó a qué había dolido.

—Maldita sea —murmuró el héroe.

—Mala suerte amigo, vas a tener que esforzarte para que no te echen de tu propio departamento —suspiró Kirishima.

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Había sido un día agotador, paso horas y horas dándole vuelta a las pistas sobre Shigaraki, testigos, cintas de cámaras de seguridad, pero todo lo llevaba al mismo sitio, no podía hilar nada correctamente, estaba frustrado y sabía que otra batalla lo esperaba apenas cruzar el umbral de la puerta.

The slut and the hero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora