Quien diria que un pais que pudiera parecer fuerte por dentro quisiera acabar con todo...
-Mi vida es una mierda
-Ya no soporto seguir asi
-Quiero morirme...
"Si enserio tu vida fuera una Mierda, ¿Porqué no intentas arreglarla en vez de quejarte com...
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Los comentarios despectivos hechos a tus espaldas
Siempre habías escuchado aquellos rumores en contra de cualquier país ya que nunca faltaba una etiqueta negativa para todos.
USA era un egocéntrico.
Cuba un adicto a fumar.
Corea del Norte podía lanzarte una bomba si te cruzabas en su camino.
Nadie recordaba a los países en guerra salvo para decirles "Fracasados".
Y a pesar de todo nunca pensaste entrar en ese grupo.
Los murmullos cada vez que caminabas cerca de alguien eran completamente audibles, y ya sabías lo que decían de ti. Aunque intentaste ignorarlos por mucho, llegó un momento en el que ya no pudiste más, momento que fue aprovechado por varias personas...
En un descuido, entraron a la que fue por mucho tiempo tu oficina, traían varias notas adhesivas y un paquete completamente nuevo de bolígrafos.
Las palabras comenzaron a llenar las notas, y estas fueron tomando lugar en las paredes, la puerta, la silla, el escritorio, las estanterías, las carpetas...
No decían nada bueno.
Y todo esto pasaba mientras que una sensación de alerta se mantenía en la mente de cierta organización pacifista, la cual a pesar de sus constantes sospechas no tenía permitido hacer algo por tu caso. La única vez que por fin pudo intentar acercarse y lograr averiguar el como ayudarte, la respuesta que consiguió fue un "Ni te le acerques, o de lo contrario sufriras las consecuencias. Después de todo... no costaría nada poner otra ONU en tu lugar".
Se arriesgó. Intentó ayudarte en secreto, dejando que fueras temprano a casa, intentando reducir el trabajo que debías entregarle, preocupandose de tu bienestar.
Es seguro que cuando tu vida se apagara, ella te extrañaría...
-Venezuela... -te llamó, haciendo que levantaras la mirada- Sabes... No es necesario que sigas en lo que queda de reunión, si quieres puedes irte a casa -propuso con una sonrisa sincera, sonrisa que no habías visto en mucho tiempo
-Pensaste un poco la idea, por un lado podrías irte y descansar un poco por hoy, pero lo más probable es que recibieras un castigo por parte de tus superiores si faltabas-
-Agradezco mucho la oferta pero... creo que esta vez me quedaré -respondiste- Aunque... ¿Dijiste que no era necesario que entrara a la reunión? - la mujer frente a él asintió- Entonces... intentaré adelantar algunas cosas pendientes.
Ella sonrió.
-Como gustes, de todas maneras sabes donde estaré si me necesitas -aseguró con una sonrisa. Tu te levantaste y saliste de aquella oficina, la mujer con alas blancas suspiró.
