Mis manos tomaron a Jimin de ambos lados de la cadera, elevándolo un poco para así poder colocar una pequeña almohada bajo su columna y usarla de soporte.
Él sonrío tímidamente, quizás como reacción a un estado ansioso, me acerqué para depositar un beso del lado derecho de su ombligo.
Había removido el agarre de sus manos para que se sintiera más seguro ante cualquier imprevisto, aunque la venda siguió sobre sus ojos por decisión propia.
—¿Estás seguro de que lo quieres?—pregunté con voz serena y siguiendo las caricias en el hueso de su cadera—Podemos detenernos cuando quieras. Sólo debes decirlo.
Sin omitir palabra él sólo negó con su cabeza. Un suspiro fue todo lo que salió de sus belfos.
—Lo quiero tanto, señor. Simplemente no puedo pedirle que se detenga—respondió finalmente con impaciencia.
—Pero puedes hacerlo. Sólo necesito que sepas eso.
Él asintió por segunda vez y su respiración se desaceleró un poco instalándose la calma en su interior.
Y una vez que volvió a su lado seguro comencé a prepararme.
Pocas personas saben que en las prácticas BDSM lo más importante no es el dolor ni el rol que tomen sus partícipes, es la confianza entre éstos, así mismo generar un vínculo consensuado.
Muchos creen que en el BDSM quien lleva el dominio es el dominante, pero ciertamente quién tiene la última palabra es sin lugar a dudas el sumiso. Porque él será quien dictará cuándo, cómo y cuánto. Cualquier conducta que no respete el acuerdo de consenso, sensatez y seguridad será considerada como violación.
Si en algún momento el dominante llegara a escuchar la palabra segura debe detenerse no importa que tan cerca del orgasmo esté o que tan metido en el papel se sienta.
Entonces, automáticamente deberá tomar un papel protector, brindando confort y prestando un sostén emocional a su sumiso para lograr restablecer la confianza.
Creo que esa es la parte que Jimin genera más ruido en mí. No importa si se tratara de la palabra segura o si incluso estuviéramos en una sesión. Sin importar qué voy a buscar que esté sintiéndose seguro, tranquilo y placentero junto a mí.Una vez más lo sujeté por las caderas y lo acerqué enderezando la punta de mi sexo en su entrada, pude sentir la humedad en ella debido al lubricante y como pasaba de estar templada a volverse caliente. Entonces un suspiro se le escapó de los labios, si bien estaba preparado eso lo volvía mucho más sensible y al verlo aferrándose a las sábanas supe que estaba ansiando la intromisión.
Logré traspasar el anillo de músculos estirándolo al límite y pude escucharlo contenerse mientras apretaba su labio inferior con sus labios, tan dolorosamente como para volverse un tono blanco pálido.
Aún tenía mis manos sobre su cadera sosteniéndome de ellas mientras atrapaba algo de aire. Porque el esfuerzo se volvió notorio, él estaba tan apretado que la presión en mi miembro casi se transformaba en dolorosa, Jimin comenzó a respirar más aceleradamente y sus facciones se endurecieron como aguantado el dolor.
—Ahhh—gritó.
—¿Me detengo?—pregunté precavido, aunque algo inseguro. Entonces me había detenido de igual manera.
—No—mojó sus labios con la punta de la lengua—Es muy... Grande.
—Puedo parar—me empujé lentamente hacia atrás—Puedo...
—No, no, no—me sujetó la muñeca con una mano y con la otra se quitó el antifaz dándome una mirada penetrante—Por favor, no lo hagas. Sólo... Continúe.
Asentí y volví a empujar lentamente hacia adentro, aunque esta vez era mucho más fácil ingresar.
—Amo, ¿podría abrazarme?—pidió suplicante—¿Por favor?
—Yo...—medité—Sí.
Uniendo nuestros cuerpos en un abrazo continué empujándome dentro suyo, sus piernas se envolvieron a mi alrededor y sus uñas se enterraron en mi espalda y aún con el dolor punzante no pensé en algún momento retirarme porque extrañamente me gustaba hacerlo así.
Con un movimiento rápido enterró su cara en el hueso de mi hombro y para entonces la base de mi sexo había llegado hasta el tope. Esperando a que se adaptara a mi tamaño nos quedamos así, pecho con pecho, sintiendo ambas respiraciones sincronizarse en una habitación que era testigo de todo pero jamás dejaría escapar nuestro secreto.
—Muévase... Por favor—dijo.Su dulce voz contra mi oído provocó que la piel de mi nuca se erizara por la calidez de su aliento.
Había comenzado a moverme dentro suyo y él se aferró aún más a mí, emitiendo silenciosos gemidos que iban aumentando en volumen, Jimin giró su rostro y cuando nuestras miradas se encontraron fue magnéticamente imposible que nuestras bocas se quedaran apartadas la una de la otra por un segundo más, casi como si fuera esencial para seguir respirando nos sumergimos en un beso profundo y necesitado.
Su lengua acariciando la mía con frenesí mientras mi mano se enredó entre sus cabellos.
—Mmhn—gimió sobre mis labios—No aguanto.
—Córrete, amor—pedí, consumido.
E igual como tocar un botón indicado; sus caderas se sacudieron y el calor se precipitó en mi vientre al mismo tiempo produciéndome un cosquilleo en la espalda y así llenándolo de aquel líquido perlado.
—Ahh, ahhh—gruñó empapando el vientre de ambos de su propia semilla.
Una vez terminado tomé unos pañuelos junto a nosotros y comencé a limpiarlo, él se quejaba por momentos, obviamente porque aún seguía muy sensible de ahí.
Al terminar nos pusimos nuestra ropa interior y el volvió a mi pecho.
Y por unos momentos el aire se encontró un poco más espeso y lleno de calidez, simultáneamente nuestras respiraciones se sincronizaban. Entonces rió, como quien no lo hace porque algo le causa gracia sino quizás incredulidad.
Una breve mirada lo recorrió y lo encontré observándome con ojos somnolientos.
—Con que así se siente—habló rompiendo el silencio que nos envolvía.
—¿Qué cosa?—respondí aclarándome la garganta porque mi voz se hallaba algo apagaba por el sobre-esfuerzo.
—Hacer el amor.
—¿Qué cosa?—volví de mis pensamientos, los cuales me habían llenado de intriga.
—Tener relaciones sexuales—rió cubriéndose la cara con algo de timidez—De verdad. No de mentira.
—No creo que haya sido de mentira todo lo que hicimos anteriormente—respondí quitándome de encima. El bufó ante la repentina falta de presión.—¿Pasa algo?—se posicionó de costado mirándome. Mi vista no estaba en él sino el techo de la habitación.
—No—volví a mirarle con una sonrisa formada.
—¿Estás cansado?
—Un poco. Deberíamos dormir—sugerí.
—Sí—dijo con una mano rascando su nuca—Bueno...
Entonces hizo un ademán de levantarse y rápidamente lo atraje hacia mí.
—Quédate...
—Pero ¿y si alguien nos ve?—cuestionó intranquilo.
—Me iré temprano. Tengo que arreglar algunas cosas—solté el agarre y me recosté nuevamente—Puedes irte después. Sólo cerciórate que nadie te vea.
Jimin sonrió y se recostó sobre mi pecho nuevamente como un gran oso de peluche.
—Buenas noches amo—dijo.
—Buenas noches, Park.
Ciertamente mis pensamientos no estaban muy errados de la realidad. Aunque aquello había sobrepasado los límites de la intensidad, no estuvo ni remotamente cerca de ser una escena de BDSM, había sido sexo normal. Sexo vainilla... Lo fue desde el principio aunque al menos la corbata y el antifaz guardaban las apariencias haciéndome creer que lo tenía bajo control.
Cuando estos se fueron, simplemente éramos yo y Jimin, ni Mimi ni Kook.
La última vez que tuve sexo vainilla fue cuando tenía dieciséis, y era mi primera experiencia sexual. ¿Qué había hecho conmigo este chico que todo comenzaba a cambiar tan radicalmente sin darme cuenta?
Justo ahora cuando todo parecía demasiado fijado al suelo para poder mutar, para poder moverse.
Y eso comenzaba a asustarme como nunca antes.Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
ESTÁS LEYENDO
Sense ♡ Kookmin (+21)
Fanfiction𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 | ❝Jeon Jungkook conoció la perdición, y justamente se llama Park JiMin, su alumno con cara de inocente.❞ 🌺¡FINALIZADA! 🌺¡ADAPTACIÓN KOOKMIN! 🌺Todo crédito a su escritora: heizzen, hecho con su consentimiento. 🌺Pareja principal:...