Mientras vi caminar a Jimin hacia la puerta, y desaparecer tras de ella, incluso con el clima invernal de entonces podía decir que la habitación estaba más calurosa que en muchas ocasiones anteriores, por lo que me quité algo de sofocación de encima desajustándose la camisa.
Caminé hacia uno de los sillones que estaban convenientemente ubicados a unos pasos de mí, justo al lado de una mesa cajonera de dónde saqué una caja de habanos de Partagás*. Sólo el sabor a chocolate clásico de éstos me quitaría algo de tensión antes de alguna escena*, por más cliché que sonase.
Al dar la primera calada una risa se escapó de mis labios, todo aquello era tan surrealista que incluso pensaría que no era más que alguna idea colada en algún sueño.
Es que hace tan sólo un mes atrás Jimin era un chico tímido e inocente, pero ahora estaba desnudándose para mí mientras yo esperaba pacientemente su cuerpo.
Sumido en mis pensamientos no oí la puerta así que mi sorpresa fue real cuando observé a Jimin frente a mí, llevando aquella bata de seda negra, pies descalzos, y evidente nerviosismo.
Tragué.
—¿No tienes nada debajo de eso, cierto?—pregunté a sabiendas de mi anterior demanda.
—No, señor—dijo Jimin, para posteriormente humedecerse los labios con la punta de la lengua. Verlos así, tan rojizos y mojados me provocaron deseos de empujar algo entre ellos.
—Muy bien—me removí un poco separando ambas piernas—Ven aquí.
—Gracias, señor—quizás esto me gustaría más de lo que pensaba.
Acatando mis ordenes se acercó posicionándose entre mis piernas, jugué un poco mis cartas acariciando aquella tela fina sobre él, que en contraste con su tés tan pálida era simplemente perfecta. Entonces su manzana de adán se balanceó sólo un poco.
—¿Nervioso?—indagué con una sonrisa que esperaba no se viese tan placentera.
—Un poco señor.
—Bien—inhalé y exhalé rápidamente el humo de mi habano—¿Alguna vez has fumado?
—No, señor—respondió Jimin tragando ruidosamente.
—Eso es perfecto. No debes hacerlo, los niños no deben fumar—reí.—Yo no soy...
Se frenó al notar mi ceja alzada expectante de su respuesta.
—Es cierto, señor—continuó finalmente.
—¿Quieres probar?
Jimin asintió volviendo a remojar sus labios. Era un tic nervioso.
Levantó su mano queriendo tomar el habano cuando lo alejé.
—Mm mm—levanté mi índice moviéndolo de un lado al otro negativamente, para luego indicarle que se acerque. Jimin abrió la boca. Fue allí que inhalé sin exhalar el humo y dejando el habano a un lado justo sobre el cenicero a mi diestra, tomé su cálido rostro para dejar salir el humo en su pequeña boca. Y lo besé cortó pero duro, dominante y áspero—Exhala, pequeño.
Jimin se enderezó pausadamente, y con ojos cerrados echó el humo de su sistema haciendo su cabeza hacia atrás.
—Gracias, señor—respondió aún con ojos sin abrir.
—Como dije...—levanté las manos hasta el cinturón de su bata—Fumar es malo. Sólo debes hacerlo cuando yo esté contigo... ¿Entendido?
Pero no respondió absorto en su propia mente.
—¿Entendido?—insistí sujetando el cinturón con firmeza y levantando un poco la voz.
—Sí, señor.
—Bien—me aclaré un poco la garganta apartando las manos de su vestimenta—Desnúdate.
Y sin preámbulos se desprendió el cinturón y dejó caer la tela negra al suelo revelando su desnudez. Su perfecta desnudez, suave, uniforme y juvenil.
Ahora siendo yo el que me relamía los labios observando un poco más de toda su soma, siendo a la vez consciente de su erección, aunque no estuve sorprendido, porque después de todo yo también estaba duro como una roca.
Llevé la mirada a su vientre plano y terso deseando dejar marcas en todo el territorio.
—Acércate—ordené sin prestarle atención más que a ese vientre tan perfecto.
Y Jimin dio un paso más.
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Sense ♡ Kookmin (+21)
Fanfiction𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 | ❝Jeon Jungkook conoció la perdición, y justamente se llama Park JiMin, su alumno con cara de inocente.❞ 🌺¡FINALIZADA! 🌺¡ADAPTACIÓN KOOKMIN! 🌺Todo crédito a su escritora: heizzen, hecho con su consentimiento. 🌺Pareja principal:...