Tras la partida de Jimin, invité a Jiyeon a sentarse como lo haría con cualquier invitado.
Ella tomó el lugar en uno de los pequeños puffs cuadrados que estaban frente a la mesa de café de la acogedora sala de estar mientras yo me dirigía a la cocina a traer algo de café.
Di unos golpes a mi rostro para intentar espabilarme, afuera el clima era el de siempre, frío y oscuro como si estuviera viviendo en Londres.
Cargué la cafetera con agua y café, entonces unos deseos abrumadores de fumar me invadieron como no lo hacían desde hace mucho tiempo, sabiendo esto me moví sobre mis pasos, hasta uno de los cajones de la cocina dónde sabía se encontraba un paquete de cigarros recién abierto y lo retiré hábilmente para meter uno en mi boca, al intentar encenderlo noté que no traía un mechero ni nada con que encenderlo.
Recorrí unos pasos con el cigarro en la boca y entonces unos zapatos de mujer se interpusieron en mi camino.
Jiyeon tomó un mechero que traía con ella, al parecer, y encendió el largo tubo de nicotina. Como una cachetada pude ver que ahora traía una nueva pieza con ella.
Su collar.
—¿Está bien así, amo?—preguntó tan dócil como recordaba.
Mi mirada aún seguía clavada en la pieza de cuero rodeando su blanquecino cuello.
Ella se acercó unos pasos más hasta poder alcanzarme con sus manos los hombros, su mirada penetrante se clavó en la mía.
—¿Qué haces, Jiyeon?—pregunté esquivando a su mirada.
—Lo extraño—dijo provocativamente ella—Mucho.
Y entonces plantó un beso en mi cuello y se acercó a mi oído.
—Él no ha sabido manejarme. Necesito un verdadero Dom.
La aparté bruscamente y me recargué sobre la pared a mi lado observando como su rostro se volvía molesto y para nada presentaba la sumisión de hace un momento.
Ella siempre muy hábil para manejar a los demás a su antojo.
—¿Es él no?—demandó molesta.—No entiendo de lo que hablas—fingí y me volteé a la cafetera que estaba tras de mí y echaba vapor.
—Ese chico andrógino—Jiyeon bufó desagradable—Puedo reconocer a un maldito Sum cuando lo veo, y ese chico dice por todas partes ''desesperado''.
—Es muy hermoso, ¿verdad?—presumí orgulloso, quizás más para molestarla aunque no dudaba un sólo segundo de la belleza de Jimin.
—No creí que te gustara la pedofilia—respondió filosa—De igual manera, me alegra saber que no es otra mujer.
En tanto me volteé una vez más para tenerla al frente.
Años atrás, cuando ella era mi todo, aquel collar que traía puesto pudo haberme hecho caer de rodillas.
No podría imaginarme esta escena, yo frente a ella sin tocarla, peor aún, yo frente a ella sin ánimos de tocarla.
Era como estar mirando a otra persona.
—¿A que te refieres?—inquirí apagando el cigarro que traía en mano y en su mayoría se había consumido solo.
—No puedes estar con otra mujer porque aún no puedes reemplazarme. Y crees que saliendo con... eso—ella sonrió maliciosamente—Puedes olvidarte de mí.
Una vez más ella se acercó y me rodeó con sus brazos entonces jugó un poco más arriesgado y sus labios tocaron los míos.
Fríos y suaves como los recordaba, el beso fue tan fugaz como comenzó.
Y ahí estaba.
Ya no sentía nada.
Entonces tuve que reír, a veces la confianza femenina es su peor enemigo.
Y ella me observó con confusión e incluso algo de resentimiento porque Jiyeon podía tener la autoestima más grande de Corea del Sur pero nadie puede ignorar el hecho de un beso sin conexión, más cuando hace años un sólo beso me traía de rodillas.
—¿De qué te ríes?
—¿Viniste a esto?—pregunté—Ya es tarde.
—No puedes haberte enamorado de él.Sus palabras me golpearon como un golpe en el estómago, porque no había pensado en eso, aquel beso no presentó nada para mí porque no eran los labios de Jimin, no era su pequeño y cálido cuerpo frente a mí o su sonrisa luego de que el beso acabara.
Mis ganas perversas de atarlo y flagelarlo y al mismo tiempo de querer besar su rostro al contemplar la ternura de verlo recostado sobre mí cuando alcanzaba el clímax.
—No siempre un clavo saca a otro clavo—respondí resentido—Tu doliste más que mil clavos.
—Amor—Jiyeon volvió a su rostro de inocencia—Sé que he hecho mal.
—¿Mal? —reí por su cinismo—Es un cochino eufemismo. Tu hiciste mierda todo.
—Ya sé pero...
—Además tengo un sumiso. No lo pienso dejar por alguien como tú.
Ella guardó silencio.
Y entonces su rostro se iluminó con lo que parecía una idea.
—¿Y si te digo...que no te pediría que él se fuera?Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
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Sense ♡ Kookmin (+21)
Fanfiction𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 | ❝Jeon Jungkook conoció la perdición, y justamente se llama Park JiMin, su alumno con cara de inocente.❞ 🌺¡FINALIZADA! 🌺¡ADAPTACIÓN KOOKMIN! 🌺Todo crédito a su escritora: heizzen, hecho con su consentimiento. 🌺Pareja principal:...