🌺𔘓 ¦ Capítulo 19

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Llegué tan rápido como pude, después de calzarme unos jeans y una camisa y zapatos que tenía a mano

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Llegué tan rápido como pude, después de calzarme unos jeans y una camisa y zapatos que tenía a mano.
 
No pretendía encajar con la onda del lugar sólo me interesaba la seguridad de quien amaba.
 
Cuando llegué me topé con la imagen Baekhyun abrazándose a si mismo por el frío y luciendo preocupado, estaba en frente de la puerta.
 
Me bajé del auto y caminé apresuradamente hacia él.
 
—En verdad es usted —dijo incómodo.
 
—Sí. Ya habrá tiempo para contar la historia. ¿Dónde están?
 
Jimin salió sonriendo de dentro con un vaso en la mano.
 
—Sung, ¿dónde te has me- —su mirada se llenó de rabia y yo sentí que mi corazón volvía a la vida—¿Qué carajos estás haciendo aquí? ¿No deberías estar con tu mujer? ¿O viniste con ella?
 
Correcto. Eso parece justo.
 
—Vine porque no voy a dejar que te hagan daño. No voy a dejar que te vayas con ese SungYoon.
 
—¿Qué?—preguntó confundido y enojado.
 
Yo me dirigí a Baekhyun quien me evitó la mirada.
 
—Bien, ya hice mi parte. Ahora hagan la suya—respondió avergonzado y antes de irse continuó—Por favor, Min, necesitas arreglar las cosas. Habla con él.
 
Así estuvimos en silencio unos cuantos minutos.
 
—Bien, yo me voy—se volvió a la puerta pero antes lo atrapé por la muñeca.
 
—Vamos a casa—le dije.
 
—Suéltame. No voy a ir contigo a ninguna parte—se soltó con poca delicadeza—Quiero que desaparezcas de mi vida.
 
Él río pero pude ver unas lágrimas colándose en sus ojos.
 
—Me lastimas, Jungkook—se limpió las lágrimas que aún no había alcanzado su rostro—Y yo no puedo con ese nivel de sadismo que manejas.

—¿Qué quieres decir?
 
—Qué a pesar de que te digo que te detengas sigues, cuando más me duele no te importa si me hace daño o no. Sólo lo que tú quieres. Tenías todo mi cuerpo para lastimar y te obsesionaste con herirme el corazón, y eso Jungkook, eso te vuelve un verdadero sádico.
 
—¿Quieres que me detenga?—indagué con un nudo en la garganta —¿De verdad quieres que lo haga?
 
—Voy a decirlo en un idioma que puedas entender: rojo, Jungkook.
 
Entonces con ojos acuosos se dió media vuelta y caminó una vez más lejos de mi dirección.
 
Y cuando estaba a punto de voltearme para hacer lo mismo, es cuando veo que Jimin se rinde y se desmorona frente a mí.
 
Sus rodillas se rinden, y sin embargo soy tan rápido como puedo y el cae en mis brazos por unos pocos segundos.
 
—Estoy bien, estoy bien... Sólo me mareé—aclaró Jimin, aún con ojos cerrados, su piel está blanca casi como la nieve misma.
 
—No estás bien—lo recargué sobre mí y fuimos hasta mi auto con él arrastrándose un poco más—Santo dios, ¿cuánto bebiste?
 
—Tanto como decirte lo que siento desde que empezó esta mierda.
 
Abrí la puerta hábilmente y lo recargué sobre el asiento del copiloto, éste estaba casi dormido y cuando me acerqué para ponerle el cinturón, su respiración caliente golpeó mi mandíbula.
 
Hace cuanto que no lo besaba y cuánto quería hacerlo.
 
Y sin embargo salí de allí y me encaminé hacia el asiento de conductor.
 
—Te llevaré a tu casa—avisé encendiendo el motor.
 
—No puedo—susurró sin abrir los ojos—Mi madre piensa que estoy durmiendo en la casa de Baekhyun, después de estudiar arduamente para el examen de historia de mañana— Jimin rió—Ni siquiera tenemos esa materia.
 
—Está bien—respondí sabiendo a dónde iríamos.

Luego de llegar a casa con Jimin en el hombro, que por cierto comenzaba a doler por el continuo peso, él se despertó de un sobresalto y observó a su alrededor

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Luego de llegar a casa con Jimin en el hombro, que por cierto comenzaba a doler por el continuo peso, él se despertó de un sobresalto y observó a su alrededor.
 
—No pienso quedarme aquí—advirtió firme.
 
—No tienes opción, podrás irte cuando se te pase la borrachera—le advertí—Dormirás en mi cama—y ante su repentina mirada filosa aclaré—Yo dormiré en el sofá aquí abajo.
 
Él pareció conforme y me dejó ayudarle a subir escaleras arriba a mi habitación.
 
Para cuando pasamos nuestro cuarto de juego, algo parecido a un escalofrío lo recorrió.
 
Pero lo ignoró y siguió caminando.
 
La cama estaba deshecha como la dejé y el se arrojó encima sin decir palabra alguna.
 
Se removió un poco, y luego de quitarse los zapatos, se metió dentro de ella con pereza.
 
—¿Te molesta si me quito los pantalones?—preguntó un poco avergonzado—Están muy ajustados y no puedo dormir así.
 
—Puedes hacer lo que quieras, yo te dejaré. Debo dormir algo—expliqué y me fui hasta la planta de abajo.
 
Pero cuando estaba allí en el sofá con la mirada clavada al techo no podía dejar de darme vueltas y pensar, que Jimin estaba en mi casa y yo no lo podía tocar, no le podía hablar como quería ni besar.
 
O mejor dicho, no debía hacerlo.
 
Y ese para mí era el peor castigo de todos.

   Y ese para mí era el peor castigo de todos

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Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

–almin♡

Sense ♡ Kookmin (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora