ᴘᴜᴇᴅᴏ ᴘᴇɴsᴀʀ, ᴘᴜᴇᴅᴏ sᴇɴᴛɪʀ, ᴘᴜᴇᴅᴏ ʀᴀᴢᴏɴᴀʀ ʏ ᴘᴜᴇᴅᴏ ʜᴀʙʟᴀʀ...ᴘᴇʀᴏ ᴀᴜ́ɴ ᴀsɪ́ ᴛᴇɴɢᴏ ᴍɪᴇᴅᴏ...ᴘᴏʀǫᴜᴇ ᴀ ᴘᴇsᴀʀ ᴅᴇ ᴇsᴏ ʏᴀ ɴᴏ sᴏʏ ʜᴜᴍᴀɴᴀ.
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El planeta entero está bajo los efectos de una mutación que convierte a los humanos en criaturas i...
El primer día: Rick salió justo como se lo indicó a Daryl junto a Carl y Michonne. Fueron más lejos que de costumbre: Encontraron provisiones, y gracias a Dios, las armas que necesitaban para la guerra contra el Gobernador; al igual que una pequeña cuna para la pequeña Grimes.
Sin embargo, eso no fue todo. Al regresar, Rick tuvo una larga y profunda charla con Deva. Pues no solo tuvieron suerte con la búsqueda, sino que además se enfrentaron a un viejo amigo: Morgan Jones, quién aún está vivo, ha pesar de haber perdido a su hijo Duane a manos de lo que una vez fue su compañera de vida, su adorada esposa.
Para Deva, esta noticia le cayó como balde de agua fría. Al principio se alegró de saber que el hombre que la cuidó desde el inicio del caos seguía en este plano terrenal, pero se entristeció demasiado al saber que el pequeño Duane ya no lo hacía. Ese joven también se había vuelto como una especie de hermano menor para ella, así que, muy en el fondo, su corazón se encogió una vez más por la perdida de alguien a quien consideraba su familia.
Rick también le comentó que fue él quién le dio el armamento necesario para la lucha y que le invitó a unirse a su manada, pero éste rechazó todas sus propuestas. No obstante, a pesar de su falta de cordura, aún la recordaba con mucho cariño y le mandó un enorme saludo junto a buenos deseos, cosa que la joven agradeció con toda el alma.
Después, al día siguiente: Rick, Daryl y Hershel fueron a una reunión organizada por nada más ni nada menos que Andrea, con la última esperanza de que el líder de Woodbury y el líder de la prisión lleguen a un acuerdo de paz. Cosa que no creían posible –y con razón, no llegaron a nada al final– pero aún así asistieron y dejaron a Deva a cargo en su ausencia.
En ese tiempo, ocurrieron ciertos inconvenientes en el grupo. Y todos causados por el Dixon mayor, que no quería quedarse de brazos cruzados mientras su hermano iba con el tipo que le traicionó. Aunque no lo admitiera de frente, era obvio que estaba preocupado por lo que le podría pasar, causando varios problemas que finalmente fueron parados por Deva, pues fue la única que pudo detenerlo gracias al “acuerdo” que tuvieron con respecto a ser su perro más leal.
Merle obviamente no tuvo más remedio que ceder ante la chica, eliminando cada parte de él que quería partirle de nuevo la cara; aunque debía admitir que la segunda al mando no era tan mala para convencer como creía. Era algo que tenía en común con su primer “amo”: Ambos eran buenos con las palabras. Y como dijo una vez: “Vaya que saben conquistarte a su manera”. No cabía duda alguna de que se había vuelto a meter con otra arpía, a pesar de que ésta no fuera tan mala como la anterior. Y de hecho, no lo era, se estaba acostumbrando a ella, y no sabía si eso era peor todavía.
