Nuestra luna de miel parte 2

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Besos fueron colocados en su pelo húmedo mientras los dedos de el ligeramente recorrían desde su hombro desnudo hacia abajo de su brazo hasta su mano.

F:  "Me encanta la lluvia! 

Dijo Fernando  aspirando su piel blanquita.

F:  "Hueles como a lluvia de verano..." 

 Dijo besando su cuello causándole risita en un instante

F:  "...y flores"

Dijo colocando su mano izquierda alrededor de su cintura, acercándola hacia su pecho.

Ella miro hacia tras y lo beso feliz

L: "Y tu hueles como..." 

Lentamente aspirando su olor antes de darse vuelta con una sonrisa.

L: "A mi."

F: "Ayyy picarona!" 

El exclamo, apretándola entre sus brazos para darla vuelta, instantáneamente juntándose con sus labios en un beso. Se alejaron lo suficiente para mirarse a los ojos cuando un relámpago sonó y Lety, desprevenida salto del susto

F: "Jeje, te gusta la lluvia pero no tanto los relámpagos eh?" intensificando el abrazo en signo de protección.

Lety le sonrió con dulzura mientras con suavidad acariciaba la mejilla de su amado, rozando la ceja izquierda de Fernando con su dedo y bajando hacia sus labios, lentamente dibujando el fuente de tal néctar dulce.

El solo miraba a su amada mientras ella lo acariciaba cuando otro relámpago sonó, causando que Lety se escondiera entre los brazos de Fernando. El le acariciaba el pelo, mientras miraba por las ventanas grandes, cuales ahora solo producían oscuridad.

L: "Espero que aclare pronto...no podremos ir para ninguna parte con esa lluvia."

Lety se detuvo en su tarea de besarle el pecho para mirarlo con una sonrisa dibujada en su rostro.

F:  "Pues nos podríamos quedar aquí haciendo cosas que no serian tan mal"

Pensó de otro modo al sonrojarse de inmediato.

L: "De hecho serian mas que buenas" 

Ella admitió acordándose de ni una hora atrás.

F: "Esperaría que si"

 Dijo sonriente por el cumplido discreto al inclinarse y disfrutar sus labios en un beso sensual. Después del beso bastantemente largo, el la abrazo fuerte y apoyo su cabeza en la de ella mientras ella le hacia cariños en el pecho. El miro hacia la mesita de noche y vio el reloj marcar 9:28 P.M.

Parecía ser mas tarde de lo que era; la llegada al paraíso marcaba media tarde pero el mal tiempo tomo la tarea de engañarlos hasta bien entrada la noche. El le acariciaba el pelo cuando se dio cuenta que no habían comido desde mediodía, preocupado por la salud de su esposa el le informo de la hora. 

F: "Quieres que llame para que nos tragan algo para comer?

Inmediatamente dándose vuelta para agarrar el teléfono cuando ella lo detuvo con una sonrisa.

F: No tienes hambre?" 

El pregunto extrañado. Ella tenia hambre pero no necesariamente de comida. Ella lo atrajo cerca y asintió con una sonrisa.

F:  "Pero..." 

Sus confusiones fueron aclaradas cuando ella le tomo el rostro y lo beso con deseo.

F:  "Ayyy..."

 Fue lo único que el dijo, rápidamente dándose cuenta antes de lanzárse para otro beso. El la tomo entre sus brazos, besándola apasionadamente mientras sus labios lentamente formaban sonrisas.

Fernando Mendiola (antes) era calificado como un mujeriego – el conocía mujeres de arriba para abajo, de un lado para el otro. El sabia cuando ellas coqueteaban, cuando querían algo mas y solo con mirarlas podía determinar cuales eran para una noche y cuales buscaban una relación seria. Mucho decir que el evadía las buenas niñas que querían alguien como pareja y no solo como amante. Aun así, el creía conocer como eran todas – el sabia que les gustaba, que no les gustaba y como hacer para que cualquier tipo de mujer se volviera loquita por el si fuera necesario.

Irónicamente la cual gano su corazón era la presidenta del club de las buenas-niñas-larga-relación-inocente-nunca-mataría-una-mosca: Leticia Padilla Solís Mendiola.

Con Lety, Fernando siempre se ponía nervioso, los pensamientos se le nublaban, y hasta sentía inexperiencia con su (pasado) arte de conquistar mujeres – simplemente porque, ella era la única – su media mitad.

Con solo el pensamiento de Lety, su corazón saltaba un latido, su pulso se aceleraba, su garganta se secaba, hasta balbucearía y instantáneamente mariposas ocuparían un lugar en su estomago.

Con Lety, la estudiante se había convertido en la profesora. Ella (sin mucha experiencia) rápidamente le enseño a el una o otra cosa en el arte de amar – porque si algo era cierto era que Leticia Mendiola tenia un PhD en amor. Sus maneras de coquetear eran naturalmente discretas, sus besos explotaban de dulzura y su cuerpo perduraba entre seductora y diosa.

En los ojos de Fernando ella era tan inocente y reservada que lo tomaba de sorpresa algunas veces cuando ella lo seducía y era ella quien le proponía hacer el amor – como ahora:

Ellos se estaban besando y Fernando lentamente se incorporo para quedarse encima de ella cuando ella le rechazo su objetivo, girándolo con una sonrisa al sentarse encima de el y continuar de besarlo mientras las manos de el aventuraban hacia abajo la espalda desnuda de su mujer.

Ella le beso el cuello en la manera que a el le gustaba, causando que el sonreirá con delicia cuando sus besos alcanzaron su pecho. Ella levanto la mirada y sonrió al admirar a su marido, quien ojos cerrados, disfrutaba el momento.

Ella paro; el abrió los ojos para verla sonreír antes de taparse con las sabanas y desaparecer por debajo.

El abrió la boca en sorpresa como ella tomo un momento para tratar su sensitividad. Su cuerpo se paralizo con placer – se agarro de la almohada a su lado como su cuerpo estallaba con éxtasis y su mente con asombro por las caricias intimas que su esposa le proporcionaba.

Ahora era el quien gemía de delicia, el quien tiritaba de placer y el quien gritaba de satisfacción por lo que su esposa le brindaba.

AMOR SIN FINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora