Eres mia y Yo soy tuyo

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Dejando pasar  la tempestad, el sol brillaba su luz hacia la suite silenciosa. Un hombre descansaba de cara abajo, agotado por las actividades de la noche, comenzó a sucumbir a sus alrededores. El olor de lluvia llenó sus interiores mientras los pájaros cantaban felizmente afuera de la ventana, él durmientemente buscó por debajo las sabanas para encontrar sólo vacío que lo acompañaba.

F:  "Lety?" 

El dijo en voz baja, hechando una mirada a su alrededor.

Ella estaba sentada callada en reflejo. La lluvia de la noche y las nubes obscuras se habían ido para dejar el sol hermoso, su cielo claro y todas las criaturas pequeñas despertando con felicidad. Ella aspiró el olor fresco que solo la lluvia reciente podría traer. Ella miró abajo hacia la taza de café que ella sostenia y sonrió como sus vapores alcanzaron su nariz, tomó un sorbo y gozó el sabor maravilloso. Esa mañana todo parecia mejor, olia mejor, probaba mejor, hasta se sentía mejor. Ella se encogió de hombros con inocencia al sacudir la cabeza con una sonrisa; ella devolvio su mirada a sus alrededores y continuó de ser.

El se incorporó en la cama, hechó una mirada alrededor confundido. Su mirada cayó sobre una bandeja de desayuno que esperaba cubierta delante de la cama; buscó en el piso su ropa cuando él las vio colocadas ordenadamente en el sofá junto a la cama, los alcanzó y se puso los calzoncillos en una tentativa para ir a la busqueda de su esposa amorosa.

Ella tomó el fin del cuello de la camisa y olió su aroma con una sonrisa. Ella se habia despertado muy temprano entre los brazos de su marido; había acariciado su cara antes de besarle la mejilla y salirse con cuidado de su lado. Estando completamente desnuda, ella alcanzó la cosa más cercana para cubrirse. La camisa de Fernando siempre impregnado con su olor cayó sobre su silueta desnuda perfectamente, comparado a su vestido de novia ella encontró la camisa blanca mucho más apetecible.

El destapó con aprensión la bandeja del desayuno para encontrar dos platos sin ser tocados de comida deliciosa esperando para ser devorada, él trato un poco y tuvo razón, era tan delicioso como olia. El vio una taza, no dos, de café – todavía caliente, significando que ella no estaba tan distante con el otro.

Los pájaros cantaban hermosamente como sus dedos de los pies repetian juguetónamente el sonido, golpeteando suavemente la escalera dorada. Ella acarició su pierna hasta los fines de la camisa blanca y sonrió recordando el dueño de tal acariciandola de la misma manera hace apenas unas horas.

Ella llevó su mano hasta su cuello y tocó suavemente donde los besos de su marido presidian; silenciosamente una silueta apareció en la puerta mientras Lety se reia en un susurro, acariciandose el pelo como ella imitaba las caricias de su marido. Ella suspiró con felicidad mientras su marido de forma divertida la miraba de la puerta.

F: "Buenos días" 

El dijo suavemente.

Ella dio la vuelta, desconcertada por su presencia, y le sonrio tímidamente. Allí él estaba. El responsable por la sonrisa expresiva que ella llevaba. Ella tomó un segundo de admirar su apariencia – allí él estaba solo en sus calzoncillos azules, inclinándose en la puerta y frotandose los ojos por falta de sueño con sus rizos todo alborotados por la noche activa.

L:  "Buenos días!

Dijo ella  mientras la felicidad rezumaba de sus poros.

El sonrió, lo único que pudo hacer, al admirar su belleza. Muy sencilla. Muy hermosa. Ella se veia tan sexy y a la vez tan inocente en su camisa, él pensó. Su pelo marrón rizado en cascada por su espalda. Sus ojos castaños hermosos que él no podia hacer mas que perderse en ellos y tambien estaba esa sonrisa. Esa sonrisa resplandeciente que él adoraba de esos labios que él deseaba todo el dia, todos los dias.

AMOR SIN FINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora