XVIII. Supeditar

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Rayos de luz anunciando la llegada de un nuevo día, rayos burlesco colandose entre los ventanales, el trinar de las aves que era sofocado por el bullicio que desprendía la ciudad, una delgada manta tratando inútilmente de brindar consuelo al hombre que yacía en la cama. Ojos cansados y llorosos, espasmos y sollozos tratando de ser torpemente callados, piel sensible y magullada. Efímeros recuerdos que le atormentan al paso de los minutos, mordeduras y moretones adornando la suave piel; cuello, muñecas y cada centímetro de cuerpo que había sido tomado producía escozor. Los recuerdos de las últimas horas le eran confusos, solo tiene un vago recuerdo de haberse desmayado después de ceder ante el cansancio.

Su cuerpo había sido llevado al colapso al ser utilizado una y otra vez por el latino, pero eso no importaba, no era importante su bienestar o integridad, a pesar de que su cuerpo se encontraba adolorido y sacudiendose constantemente debido a los espasmos, sólo podía pensar en Jake. Steven había despertado en una habitación fría y vacía, por más que tratara de concentrar sus sentidos, no escuchaba movimiento alguno, quería pararse y buscar al hispano, pero su cuerpo no colaboraba, ¿en donde estaba Jake? ¿se había ido? ¿seguía enojado?

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Mientras tanto, Jake se estaba maldiciendo mentalmente. Había obligado a Steven a hacer algo que no quería, prácticamente había abusado de él. El chico se retorcio hasta la resignación, simplemente dejó que Jake desquitara todo su pesar sobre él, no dijo nada, ni le reclamó, ni lo trató de golpear, simplemente dejó que todo sucediera. Lo maltrató al punto del colapso, y aún así, antes de que perdiera la consciencia, lo miró con esos hermosos ojos color café, repletos de lágrimas pero sin ninguna pizca de odio o repugnancia, pidiendo que parara con una voz tan dulce que sintió que el corazón le dio un vuelco. Incluso ahora, al momento en que entró a la habitación, se encontró con esos hermoso ojos cristalinos por las lágrimas, la piel lastimada siendo iluminada por la tenue luz de sol brindando una bella vista, no debía pensar así, pero ciertamente, Steven lucía hermoso.

A paso lento se fue acercando al chico, este dio un pequeño brinco y cuando quiso alcanzarle, inconscientemente se alejó de su tacto, esto provocó que su corazón se estrujara; el mismo se lo había buscado, ¿como esperaba ser tratado después de lo que hizo? ¿cómo podría culparlo, es natural que reaccione de esa manera?, no quería alejar a Steven, enserio que no, pero con todos los eventos de la noche anterior, tejió las riendas para el inminente rechazo.

-Steven, amor. Yo solo...—El latino sentía que las palabras no podrían salir de su boca, sentía como si una presión persistente se le acomodara en el esófago, no sabía que decir, lo único que podía hacer era disculparse, después de todo, el daño ya estaba hecho.—Mierda, perdoname, por favor perdoname amor, si quieres que me vaya, yo...—Ni siquiera terminó de completar la frase cuando sintió que Steven se lanzaba sobre sí, el cuerpo del contrario se aferraba al suyo como si su vida dependiese de ello, sus ojos reflejaban pánico en su máximo esplendor mientras las lágrimas se derramaba alarmantemente.

-N-No.
¡NO! ¡No te vayas, no me dejes! ¡Jake!—El londinense comenzó a sollozar cada vez más fuerte mientras su respiración se tornaba irregular, repetía el nombre del latino como si de un matra se tratase mientras apretaba su agarre al rededor de Jake.—Perdón, perdón, no se volverá a repetir, te contaré todo, así que por favor, no me dejes.—Steven se sentía tan confundido, el mismo pensó en dejar atrás a su pareja, y aún así, teme que le deje solo, se contradecía en cada opción que salía a flote, nada de lo que pensara solucionaría sus problemas, y al final se terminó sumiendo en su miseria arrastrando a su novio consigo.

-Steven, amor, vamos a calmarnos, ¿si?—Jake estaba verdaderamente sorprendido, era él el que debía disculparse, no Steven, y aún así, aquí estaba el chico, pidiendo perdón como si hubiese cometido el más grande de los pecados... Con un poco de esfuerzo logró separarse del joven para acunar su rostro, era un desastre de lágrimas y mocos, pero no le importaba, suavemente limpio el rostro del chico mientras depositaba un casto beso en su cien.—Steven, no te dejaré, nunca te dejaría, aún si intentaras alejarme de ti, terminaría siguiendote y tratando de encontrarte, tu eres mío, y yo soy tuyo, así que vamos a tranquilizarnos, ¿bien?

Steven solo pudo asentir frenéticamente mientras se acurrucaba entre el pecho de Jake, el calor que irradiaban los brazos del contrario logró que se fuera calmando lentamente, las lágrimas y los espasmos fueron cesando poco a poco, los eventos de la noche anterior solo eran algo efímero, ahora mismo, se sentía seguro enredado entre el musculoso cuerpo de su pareja... Estuvieron quietos durante varios minutos, cuando la respiración de Steven estuvo completamente estable, Jake decidió que era necesario hablar sobre lo sucedido.

-¿Mejor?

-Si.

-Steven, por favor, dime que es lo que está pasando.

-P-Pero...

-Steven. Sabes que no podemos dejar esto de lado.

-Bien...—Respiró hondamente para que el aire recién llegado a sus pulmones tranquilizara sus nervios, no sabía ni como empezar o que decir, pero tenía que hacerlo—
E-Es que yo...—Tomó una gran bocanada de aire para calmar su acelerado corazón, sabía que llegaría el día en que hablaría de esto, Jake no es ingenuo, y mucho menos un tonto, sabía más de lo que aparentaba, así que era inútil tratar de seguir ocultando todo—Es que soy un asesino.—Steven dijo aquello en susurro apenas audible mientras desviaba la mirada a cualquier dirección, menos hacia los ojos de Jake.

-Si mataste a los sujetos que te atacaron, fácilmente se podría decir que fue defensa propia.

-Jake...

Soltando un suspiro el latino apretó el agarre que tenia sobre Steven, quería trasmitir un poco de confort, la vida que él llevó durante sus años de trabajo no fue nada agradable, y no se imaginaba el martirio por el que su chico había pasado.

-Ya, ya. Perdón.
Fuiste un asesino a sueldo, ¿no es así?—Esperó a que el londinense asintiera como respuesta para continuar hablando.—Bien, yo también lo era, así que esto puede facilitar las cosas, ¿trabajaste individualmente o en una organización?

-E-En una organización.

-¿Cuál?

-Mmmh—Steven estaba dudoso de continuar, tenía el presentimiento de lo que se había dedicaba su novio, pero el hecho de que lo confirmara le hacía temer el decir su respuesta, después de todo, no es algo bonito de contar. Entonces, tomó otro par de respiraciones para agarrar valor, y soltando un suspiro se dispuso a hablar— ¿Has escuchado hablar de Mr. Knight?

Jake se quedó en silencio procesando lo que había escuchado. ¿Mr. Knight? El jodido Mr. Knight, el asesino más despiadado y autodestructivo que había visto y conocido, cullo objetivo era el de matar y solo matar, la perfecta definición de lo que es una máquina de asesinato convertida en hombre, ¿como era posible? Steven ni siquiera aparentaba ser una pizca de aquel sujeto, eso era imposible, Steven no podría ser... Pero luego recordó aquellas miradas de indiferencia ante el peligro, miradas tan frías, que podrían causar fuertes escalofríos.

-Mierda.








Continuará...










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Perdón, se que tardé mucho en subir capitulo, casi el mes, creo yo.
Pero tengo más pendientes que vida, y mi vida es poca 🕴️

Encuentro fortuito  (JakeSteven) [Jake Lockley x Steven Grant] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora