XIV. Matutino

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Los crecientes rayos de sol que se colaban por las ventanas de la habitación indicaban el inicio de un nuevo día, ¿en que momento habían llegado a la cama?, no lo recordaban, ¿cuando se habían quedado dormidos?, no lo sabían, ¿cuánto tiempo habían dormido?, realmente no importaba, lo único que captaba su total atención era la presencia de su amado, querían gravar cada detalle en lo más profundo de su memoria para atesorar aquel dichoso momento en el que unieron sus cuerpos. Pasaron muchas cosas para poder llegar a este resultado, el miedo que ambos tenían hizo que se complicaran las cosas, pero al final del día, todo terminó bien, eso era lo que más importaba.

El sonido de una llamada telefónica entrante hizo que Steven fuera el primero en despertar, su celular se encontraba olvidado en la sala del departamento, ni siquiera estaba seguro en que parte del lugar se hallaba, solo sabía que la persona que le estaba marcando era Layla, había quedado en llamarle después de todo, pero sucedieron tantas cosas que al final no pudo hacerlo. Cuando trató de levantarse de la cama, los brazos que se encontraban enredados en su cintura impidieron que se moviera de su posición actual, solo pudo suspirar en resignación, sabía que el latino no le dejaría ir tan fácilmente... Cuando una tanda de besos y caricias se sumaron a la escena, comprendió a donde llevaría esto, el londinense solo optó por tratar de controlar sus crecientes gemidos.

-Jake, sueltame, m-mi celular...E-Está sonando... Ah

-Solo ignoralo.—Jake comenzó ha recorrer lentamente su mano por el abdomen de Steven hasta llegar ha su entrepierna, cuando llegó al falo del hombre comenzó ha estimularlo con pequeños frotes.

-J-Jake, e-espera, apenas lo hicimos ayer.

-Cuando se trata de ti, nunca tengo suficiente.—Susurró aquello cerca del oído de Steven mientras le brindaba un pequeño mordisco al lóbulo de su oreja. La voz de Jake se escuchaba ronca por los restos del sueño y agregando su marcado ascenso, hacia que su voz se escuchara condenadamente sexi... Cuando Jake comenzó a molir su creciente erección en el trasero del londinense, Steven sabía que no podía contenerse más, quería que se lo follara en ese mismo instante.

-¡J-Jake, s-solo m-metemela ya!

-Pero que niño tan impaciente tenemos aquí. Dijiste que esperara, pero el que no puede esperar eres tú.—La sonrisa de suficiencia que se extendía por el rostro de Lockley estaba acompañado de un tono burlón, no podía evitar querer molestar un poco a Steven—¿Tanto quieres que te folle querido?

-Jake, por favor, por favor.—En este punto el londinense comenzó a frotar su trasero contra la erección de su novio en busca de mayor contacto.

-¿Que quieres que haga amor? Dímelo.

-Q-Quiero... Ah, mmh

-Si no me lo dices claramente no entenderé.

¡Q-Quiero que me folles! ¡Quiero que estés dentro de mi! ¡Por favor, por favor!

-Buen chico~.—En un rápido movimiento el latino se posicionó entre las piernas de Steven optando la posición de minero, podría follarlo desde atrás pero le gustaba ver las reacciones que producía en el chico... Lentamente comenzó a introducir su pene en el agujero del londinense, no iba ni a la mitad del camino cuando Steven comenzó a mover sus caderas sacando un sonoro gemido del hispano.—Oi,oi, ¿tan desesperado estas querido?

-Jake, Jake, Jake.
Por favor, por favor, muévete, no te contengas.

-Mierda Steven. —Aquellas palabras rompieron todo rastro de autocontrol en el latino. Comenzó a dar constantes estocadas, sacando su pene asegurando la punta en el borde y volviendo a meterse de golpe, repitió este movimiento un par de veces hasta convertirlos en fuertes embestidas sacando grandes gemidos del hombre bajo él. Los gemidos de Steven eran tan altos que si las personas cercanas al departamento ponían suficiente atención a su alrededor podrían escucharlos, a Jake realmente no le importaba aquello, de cierta forma lo disfrutaba, quería que todos supieran que Steven Grant tiene dueño. Los sonidos que sacaba el londinense eran como música para los oídos del hispano, su forma sonrojada y jadeante le parecía perfecta, pero no era suficiente, no bastaba con eso, quería convertirlo en un lío, que el chico se concentrara en el placer que solo él le podría provocar, que solo pensara en él y en nadie más, quería morderlo, quería marcarlo para que todos viesen aquello, quería que todos supieran que Steven era suyo. Con esto en mente empezó a atacar los puntos más sensibles del londinense mientras brindaba mordiscos por cada parte visible de su cuerpo sacando varios chillidos de sorpresa del hombre. Un gruñido de satisfacción se escapó de su boca cuando sintió el sabor metálico de la sangre inundando sus papilas gustativas, rápidamente lamia las heridas provocadas para brindar un poco de consuelo y evitar mayor escozor. Los gemidos de Steven eran cada vez más fuertes, no articulaba palabra alguna, solo podía sacar sonidos de placer puro, su cuerpo sobreestimulado se aferraba fuertemente al cuerpo del contrario, sus uñas se arrastraban por la espalda del hombre arriba de él, sentía como su mente se ponía en blanco debido a la alta excitación.—Vamos cariño, solo un poco más, casi llego.

Encuentro fortuito  (JakeSteven) [Jake Lockley x Steven Grant] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora