— ¡¡MIERDA, MIERDA, MIERDA!! — grito el omega con todas sus fuerzas.
Con sus delgados brazos golpeo la puerta del sótano, si bien es cierto que logro salir de la parte "subterránea" faltaba escapar de la habitación oscura, jamás pensó que estaría con seguro.
Su pecho comenzó a subir y bajar, la desesperación empezaba a invadir cada gramo de su ser, esta era su oportunidad de escapar, en un ataque de ira y ansiedad empezó a tirar todas las cajas que estaban acomodadas en las esquinas del verdadero sótano.
El jadear de su boca era lo único que se escuchaba, parecía que no había nadie en la casa, tampoco sentía esa sensación de que su alfa estuviera cerca, sus manos jalaron con fuerza los mechones verdes, arrancándose uno que otro pedazo.
Sus piernas flaquearon y sus rodillas cayeron abruptamente al suelo, tenía miedo que Katsuki viniera por él, acaso su mente le habrá jugado mal.
¿Estará alucinando? ¿Su cabeza estará cuerda?
Ahora eso no importaba, su prioridad era escapar de ese maldito lugar, se levantó del piso y corrió para subir las escaleras de madera, con todas sus fuerzas choco con la puerta intentando romper el seguro.
— Por favor ábrete. — su mente se repetía lo mismo una y otra vez.
La sala de interrogaciones estaba en escándalos, los dos alfas querían seguir peleando, los policías hartos de todos los gritos deciden tomar cartas en el asunto.
— ¡¡YA BASTA!! — dice la oficial alfa. — Sr. Katsuki, necesita calmarse.
Aquella alfa era ligeramente mas pequeña que el cenizo, traía cabello corto con un tono morado oscuro, esos ojos tan negros y profundo causaban miedo, algo característico en alfas dominantes.
— ¡¿Cómo quieres que me calme, Jiro?! — grito eufórico, Katsuki se quedó sin paciencia. — Ese imbécil entro a mi casa y se atrevió a golpearme.
— ¿Dónde lo tienes? ¿Dónde está? — respondió Shoto a la defensiva.
Eso hizo enojar mas a Katsuki, tenia una vena formándose en su cuello debido a la ira, sus manos temblaban por la fuerza que estaba oprimiendo, quería matar al bastardo de mitades por interrumpir su tranquilidad.
— Entiendo Sr. Katsuki, puede retirarse. — contesto la alfa. — a menos que quiera realizar una denuncia.
— No quiero perder mi tiempo haciendo una denuncia, solo mantengan a ese hijo de puta lejos de mi casa y de mi cachorro.
Dicho esto, ser retiro de la sala, camino entre los pasillos con rapidez, la infraestructura de la comisaria era moderna y con un toque gris, sin prestar mucha atención a los detalles se dirige a una de las puertas con intención de abrirla.
— Vamos. — comenta al ver a su hijo sentado en una de las sillas. — lamento haberte metido en esto.
Dijo apenado al ver a su hijo asustado, pudo notar como el cachorro fue corriendo hacia su padre para darle un abrazo de preocupación, fue inevitable para el infante no soltar algunas lágrimas.
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¿Sueños?
FanfictionTenía 10 años cuando lo vi por primera vez, era un hombre delgado con cabelleras verdes y mechones negros, juntos a esos ojos esmeraldas que me miraban con terror mientras lloraba a lagrima viva que lo ayudase. Unas cadenas metálicas lo aprisionan...