¿Sueños?

Un pequeño recuerdo

Un pequeño niño se encontraba en una esquina de su sala mirando como su madre caía de nuevo en aquella sustancia llamada droga, realmente odiaba que hiciera tal cosa.

Cada vez que se inyectaba se ponía agresiva, odiaba que lo golpearan y extrañaba la ausencia de padre, deseaba que estuviera con él para que lo mimara. Que no daría por  verlo una vez más mientras le decía cuanto lo quería.

— Katsuki ven para acá. — hablo con un tono frío y seco.

Con un ligero temblor en su cuerpo se acercó con rapidez hacia su madre, no quería hacerla enojar, se quedó parado en frente de ella esperando alguna indicación.

— Mocoso ve a la tienda y tráeme más cigarrillos. — le arrojo el dinero.

— Pero te hace mal. — a pesar de todo deseaba cuidar a su madre.

Pudo observar como esta se levantaba del sillón y con pasos torpes se acercó al menor con enojo, quien se creía el mocoso para refutarle. Cuando estuvo lo suficientemente cerca lo agarro de los cabellos sin delicadeza y se dirigió hacia la puerta, abrió la entrada y lanzo al pequeño fuera de la casa.

— Por tu culpa estoy así. — dijo con odio. — lo mínimo que puedes hacer por mí es obedecerme.

La mujer solo observo como las lágrimas invadían el rostro del menor, esta regreso con dinero el cual fue nuevamente lanzado, sin importarle cerro con fuerza la puerta.

Katsuki solo se quedó ahí tirado con más lagrimas cayendo en su rostro, enserio le dolía el trato que le daba su madre, aunque no siempre fue así. Desde que murió su padre ella cayo en depresión y luego a las drogas.

Se levanto del suelo mientras limpiaba sus lágrimas inútilmente, comenzó a caminar hacia la tienda con la cabeza abajo queriendo evitar que lo vean llorar, su expresión triste captaba una que otra mirada de las personas.

Este un poco avergonzado por eso prefería caminar por lugares con poca gente, ya casi llegando a la tienda choca con una persona, estaba tan metido en sus tristezas que ni cuenta se dio de esa presencia.

— Perdóneme, n-no fue mi intención. — no quería más problemas.

Cuando decidió levantar la vista se encontró con un omega vistiendo ropas sueltas de color oscuro y un sombrero que cubría su rostro, se asustó un poco al ver como aquel sujeto se agachaba hasta quedar frente a frente.

— No te preocupes pequeño. — acerico sus cabelleras. — ¿Por qué estas llorando?

El tono preocupado se hizo presente, realmente no quería decir nada porque estaba seguro que lloraría más y en verdad no deseaba eso. El omega al ver que no respondía decidió seguir hablándole, parecía ser una persona amigable.

— Esta bien si no me quieres decir. — sonrió cálidamente al pequeño. — ¿Cuántos años tienes?

El omega no tenía malas intenciones solo le gustaba hablar, pudo notar como el pequeño lo miraba desconfiado y asustado.

— Tengo 6 años. — respondió con un poco tímido.

— Yo tengo 19, verdad que me veo hermoso. — hizo poses exageradas haciendo reír un poco al menor.

Katsuki con un poco de curiosidad trato de ver el rostro del mayor intentado acercarse con sigilo, a lo cual el omega solo se alejó, sin embargo, él cenizo pudo notar un moretón grande en la parte de su ojo.

— ¿Quién te pego? — pregunto con curiosidad. — ¿Tu mamá?

— Nadie me pego. — mentira. — solo me caí de la cama.