¿Sueños?

¿Otro sueño?

Abrió los ojos con lentitud mientras trataba que su cuerpo despertara junto a él, miraba a sus alrededores con nerviosismo y era más que claro que no había olvidado lo que había pasado.

Estaba seguro que no era un sueño.

Se levanto de la cama con rapidez a comprobar el sótano, abrió la puerta y camino con gotas de sudor plasmados en su piel, le aterrorizaba la idea de aquel sujeto que lo ataco siguiera en su casa, peor aun si su padre no estaba.

Sus piernas comenzaron a temblar, no tardo mucho en llegar al primer piso, con rapidez corrió hacia la puerta del sótano y se dispuso a poner su mano en el picaporte, giro lentamente.

- ¡Ikume! — grito el mayor con notable preocupación.

Pudo notar como su padre corría hacia el con el fin de formar un abrazo, no entendía porque estaba tan preocupado; acaso se había enterado de su ataque con aquel sujeto en el sótano.

— S-si estoy b-bien. — tartamudeo con nerviosismo. — ¿Por qué no lo estaría?

— Bueno, te encontré en el piso de tu recamara con heridas. — trago saliva.

Ikume solo quedo confundido, estaba seguro que se desmayó en el sótano, pero había algo extraño en la mirada de su padre, parecía arrepentido y molesto al mismo tiempo. No pudo descifrar su lenguaje corporal.

— ¿Y por qué querías entrar al sótano? — cuestiono con algo de intensidad.

— Se me había caído un juguete. — mintió lo mejor que pudo.

— Bueno . . . pero desde ahora en adelante te prohíbo entrar al sótano sin mi supervisión. — fue duro con sus palabras. — no quiero que me refutes nada, si te lo digo es por tu bien.

Corto la oración de su hijo al ver que quería darle la contra, noto que su cachorro agacho la cabeza tomo la muñeca del infante y lo dirigió a la mesa con suavidad, lo sentó en una de las sillas; quedando en silencio.

Algo no andaba bien, su padre estaba actuando extraño, muy diferente a lo usual, no quería preguntar que le pasaba por que le daba miedo su respuesta.

— ¿Estas molesto conmigo? — se atrevió a decir al ver como su padre pone el plato a la mesa de mala gana.

Katsuki solo suspira tratando de calmar su ira, no quería lastimar con sus palabras a su cachorro.

— No estoy molesto contigo, cuando fui a comprar me paso algo y me cago la noche.

— ¿Qué paso? — su curiosidad salió a flote. — ¿Qué te cago el día? — repitió inocentemente.

— Primero no repitas malas palabras, segundo; tuve una pequeña discusión con alguien.

Ikume solo abrazo a su padre, ahora entendía mejor su comportamiento, aun así, quería saber porque se había peleado, era cierto, él mayor tenía un carácter demasiado complicado, pero muy difícilmente se ponía a discutir.

— Ya que esta aclarado, termina de comer . . . — se detuvo al seco al escuchar la puerta.

Su puerta principal era golpeada con rapidez y fuerza, mientras gritaba el nombre de su padre con ira, esto logro asustar al pequeño omega, acaso era el mismo sujeto que lo ataco en el sótano.

— Ve a tu habitación, no salgas hasta que yo te diga. — su voz cambio a una más agresiva. — ¡¡No escuchas, anda!!

No retaría a su padre esta vez, corrió a su habitación y tiro la puerta con fuerza, por si acaso cerro con pestillo, estaba mas que claro que algo no andaba bien.