Duele mucho

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— ¡¡SUÉLTAME!! — empujo al alfa encima suyo. — ¡¡no quiero!!

El alfa sentía como el más bajo lo empujaba con sus piernas mientras sus débiles brazos trataban de alejar el pecho del cenizo, Katsuki no tuvo otra opción y se movió con suma rapidez. No quería enojar a su omega más de lo que ya estaba.

— Pero tú me dijiste que. . . — fue interrumpido.

— ¡¡Cállate!! — sollozo estresado. — se lo que dije, pero aplica cuando yo lo digo.

Katsuki solo se rasco su cabeza un poco alterado, la verdad no quería perder tiempo ahora por la sencilla razón de querer ver a su hijo, pero no obligaría a su omega a nada si este no lo deseaba, lo único que podía hacer es dejarlo para que se calmará.

Antes de irse se acercó a su omega para secarle las lágrimas, el peliverde solo tenía una expresión de total tristeza y enojo, simplemente le dolía ver a su pecoso llorar y más cuando era su culpa, además de que poseía moretones por los golpes recibidos.

— Perdóname por favor. — enrollo en sus brazos el cuerpo de Izuku. — juro que no volveré a golpearte.

— No me toques. — trato de separarlo débilmente. — por favor.

Katsuki se le oprimió el pecho de la tristeza, aun así, no hizo caso a la petición de su Deku ya que seguía abrazándolo, inconscientemente el cenizo voto sus feromonas con intención de calmar a su pequeño y lindo omega.

Izuku solo aspiro el aroma chocolatoso mientras hundía su cabeza en el pecho del alfa, toda esta mierda lo confundía, sus preguntas invadían su mente frecuentemente intentando dar una respuesta que no le doliera.

¿Cómo puedo buscar protección a la persona que me secuestro?

¿Cómo es que mi omega se siente bien a su lado?

¿Es normal que me esté acostumbrando a esta vida?

¿Nunca saldré de aquí?

¿Realmente le importo a alguien?

Izuku sabía que en su vida solitaria Katsuki fue el único que dio todo por él, lo protegió de sus propios padres y todas las personas malas que querían hacerle daño, sin importar cuantas veces el cenizo salía golpeado siempre estuvo para el peliverde.

A pesar de que no era su destinado, nunca se rindió o lo trato mal.

Ya no quería sumergirse en sus pensamientos más de lo que debía, mientras más pensaba su dolor y desesperación crecía conforme los segundos, antes de caer siente una mano pasar suavemente por su cabello, su caricia era tan dulce y cálida que Izuku se quedó completamente quieto sin emitir algún sonido o lagrima.

¿Se sentía . . . bien?

— Ya no llores más por favor. — soltó Katsuki casi en un susurro. — prometo que te recompensare.

El alfa solo se separó para agarrar el rostro del más bajo, quería observar esa mirada esmeralda que tanto amaba, con sus pulgares seco suavemente las lágrimas de su omega mientras que este lo miraba sin expresión alguna.

Izuku pudo presenciar como el alfa acercaba su boca hacia su rostro, simplemente este quedo estático hasta que sintió algo cálido en sus labios, de la sorpresa dio un pequeño brinco sobre si, pero no se separó.

— Ahora vuelvo con tu medicina. — dijo a escasos centímetros de Izuku. — ¿Podrías esperar un poco más?

— S-sí, está bien. — hablo con nerviosismo en su ser.

¿Sueños?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora