Monkey D Luffy, un hombre en el cual el significado de la palabra "amor" estaba borrado de su diccionario.
El azabache era de los típicos hombres a los cuales traía loco a todo el mundo.
Luffy consideraba a las personas un objeto para su diversión...
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—L-Luff- ngh~ Luffy~ Lu~ffy~—. repetía entre jadeos el mayor al sentir la cálida boca del menor en su pezon izquierdo, mientras que la mano izquierda del menor se encontraba jugando con el pezon derecho del mayor.
El peliverde se encontraba acostado de espalda sobre una cama un poco grande, y encima de él se encontraba el pelinegro que era el responsable de los jadeos del mayor.
El pelinegro bajó lentamente una de sus manos en dirección a los glúteos del peliverde, apretándolos fuertemente haciendo que al peliverde se le dejara escuchar un mini gemido, logrando que el menor se prendiera un poco más.
Luffy iba subiendo su boca dejando marcas por todo el cuello del mayor, en dirección hacia su rostro, una vez que llego se encontraban viéndose cara a cara.
—Voy a entrar—.
—Haz-Hazlo ya—.
—Ahora?—.
—....—.
—Ohh...—.
—HAZLO YA, MALD- ngh~—.
Luffy metió el primer dedo.
—Así no se pide...—.
—Hijo de pu- ah~—.
El segundo dedo.
—Decías...?—.
—Por favor~ Luffy-Sama~—.
Al menor se le dibujó una sonrisa que reflejaba muy notoriamente lo pervertido que era.
Luffy dirigió su mano al cierre de su short para poder desabrocharlo y bajárselos junto con sus bóxers.
Ya con el miembro al descubierto, estaba dispuesto a entrar en Zoro, pero... escuchó como la puerta de su habitación se abrió de golpe, lográndose asomar una figura alta de cabello negro, junto con otra figura casi del mismo tamaño que la del pelinegro, pero de cabello rubio.
—Que mierda?—. Fueron las palabras del rubio.
—Luffy?—. Preguntaba el pelinegro que estaba al lado del rubio.
—MIERDA—.
—¿Estás bien?—. Le preguntaba el hermano mayor, de cabello amarillo.
—¿Luuuffy?—. Llamaba el otro hermano mayor, pero con cabello negro.
—FUERAAAAAAAAAA—.
El grito fue tan fuerte que logró despertar al menor de un salto, logrando este tomar un poco de conciencia todo lo que había pasado, al lado de su cama se encontraba un pelinegro que estaba en el suelo con sus dos manos en la cabeza adolorido, mientras que al lado de él se encontraba un rubio que se estaba ahogando con su propia risa.
—¿Q-Que pasó?—. preguntaba el menor que se encontraba sentado en su cama confundido.
