La campana sono, todos los alumnos comenzaron a salir de sus aulas, los pasillos se llenaban de adolescentes corriendo y hablando, que entre tanto no se podía distinguir que decían.
Sanemi agarro su mochila y salio, su hermano le había mandado un mensaje diciendo que hoy se iría con los gemelos a casa, llego a la maquina de bebidas y se compro un café helado.
Salio de la escuela y emprendió camino a casa del pelinegro, sabía donde vivía pues ya había ido para dejar al ojos azules de noche.
La brisa estaba fuerte, el sol poco a poco se iba escondiendo, mientras un peliblanco iba caminando, podía escuchar sus propias pisadas pues el silencio era extenso.
Pensó en las razones por las que el pelinegro había faltado el día de hoy, siendo tomioka el presidente, no podia faltar mucho a clases pues el es el que da el ejemplo a los demás.
¿Estara enfermo?, ¿Se quedó dormido? ¿O simplemente no quiso ir el día de hoy? Bueno, no pensaba preguntarle al ojos azules aún así esperaba ver con sus propios ojos y confirmar si este estaba enfermo.
Llego a la casa de este, aunque en todo el camino venia con la mente lista para darle las tareas a tomioka, al estar delante de la puerta sus manos no querían tocar el timbre, ¿y si los padres de el abrían? Aun así no podía irse sin más.
Toco el timbre, pasaron unos 5 segundos y nadie abrió, volvió a tocar y no se escuchaba nada, toco una ultima vez y a lo lejos se escucho una voz apacible decir "un momento" era la voz del pelinegro.
Buenas noches, perdón no había escuchado el timbre - se disculpo tomioka - ¿que te trae aquí a estas horas shinazugawa?
El maestro me dijo que te trajera los deberes del día de hoy, ya sabes eres el presidente, se preocupan cuando faltas - respondió el peliblanco, extendiendo la bolsa con papeles que traía en la mano.
Oh, gracias y perdón si fue una molestia, ¿quieres pasar a tomar algo? - el ojos azules no quería que sanemi se fuera así de la nada, tenía que agradecer puesto que sabía el temperamento de este.
Entonces, permiso - dijo mientras se quitaba los zapatos en la entrada de la puerta.
Tomioka comenzó a caminar lentamente hacia la sala para dejar los papeles en la mesa, fue a la cocina y desde ahí le pregunto a sanemi si deseaba tomar té, café o jugo de naranja.
Sanemi comenzó a adentrarse en la casa del pelo negro, viendo algunos cuadros familiares; el lugar en si tenía un ambiente muy minimalista, un lugar pequeño pero con un ambiente tranquilo.
Tomioka salió de la cocina y le entregó su té a sanemi, ambos se sentaron en el sillón en un silencio cómodo.
¿Te sientes bien? Pregunto sanemi rompiendo el silencio, Tomioka dio un sorbo a su té y suspiro.
Digamos que si pero a la vez no, simplemente no pude llegar a tiempo a clases y no me sentía con ánimos de ir - sanemi se le quedó viendo sin decir nada, ¿quizás no quiso ir por Sabito?
¿Es por el? - dijo en voz baja, se maldijo pues no esperaba decir ese pensamiento, sabía que aunque lo dije bajo fue claro que el ojos azules escuchó.
...no, simplemente quería descansar, no quería verlo hoy - ambos se quedaron viendo, ninguno decía nada aún así no se incomodaban, ni apartaban la mirada. Justo cuando sanemi pensaba hablar sonó el teléfono de Tomioka.
El pelinegro se paró para contestar, era su hermana, sanemi suspiro y tomó el último sorbo de su té. Ya era hora de ir a casa, no quería preocupar a su madre, ademas ya le había entregado los papeles a Tomioka.
Tomioka terminó su llamada, vio como sanemi se levantaba - ¿quieres que te acompañe? Pregunto, sanemi lo pensó dos veces para al final decirle al ojos azules que hiciera lo que quisiera, el pelo negro solo río bajo.
Ambos salieron, comenzaron a caminar en la oscura calle, siendo los únicos dos mientras la helada brisa los saludaba. Ninguno de los dos habló, poco a poco disminuían la distancia entre ellos, pasó a paso.
Sanemi no lo quería admitir pero estos últimos días qué pasó con el pelinegro pudo ver lados del presidente que no pensó que llegaría ver, si quedó un poco perplejo de ver cómo el ojos azules salió siendo todo lo contrario a lo que el pensaba, salió siendo un ser hermoso con un corazón blando.
Hasta aquí esta bien, no está lejos de mi casa recuerda llegar mañana a clases - dijo antes de despedirse.
Tomioka se dio la vuelta, esta mini caminata lo sacó de su nube, tenía que arreglar su uniforme para el día siguiente.
Un nuevo día había comenzado, la alarma de un ojos azules estaba sonando sin parar, no se sentía cansado, ayer pudo descansar y pudo dormir lo suficiente.Giyuu, ya es hora de comer - escuchó la voz de su hermana, ayer pensaba esperar a Tsutako pero la mayor le mando un mensaje diciéndole que saldría a comer con unas amigas por lo que decidió simplemente irse a dormir.
Agarro su teléfono para ver la hora, se levanto y se dirigió al baño, ayer en la noche había terminado los deberes que le mandaron sus profesores con sanemi.
Al recordar a shinazugarawa recordó las palabras que este le había dicho la noche anterior, miró al pelo blanco ayer un poco indeciso ¿acaso quería decir algo? ¿Si tenía ganas de decir algo porque simplemente no lo dijo? Al sentir la helada agua en su rostro hizo que sus pensamientos y dudas se dispersaran.
Minutos más tarde, tomioka bajó pero no vio a su hermana - posiblemente ya se fue - pensó para si mismo, vio que ella le había dejado su desayuno en la mesa, todo ya en su lugar, el ojos azules se sentó para comenzar a disgustar - Gracias por la comida - dijo en voz alta.
El peli negro salió de su casa, tenía que encontrarse con Sabito en su lugar de siempre, esperaba que hoy el ojos lila hubiera decidido irse solo o ir a la escuela junto con Haruhi.
La brisa en su rostro, el dulce olor a café mañanero, y un joven solitario caminando con miles de pensamientos en mente, deseando olvidar sus sentimientos, deseando enfrentar a su "amigo de la infancia", al levantar el rostro pudo ver esa silueta, ese hermoso cabello color durazno. El ojos lila sintió los pasos del peli negro, al voltearse sus ojos se encontraron, y de sus labios solo pude salir un "buenos días giyuu".
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thoughts- ˢᵃᵇⁱᵍⁱʸᵘᵘ
FanfictionAmores no correspondidos, enamorarse en si puede doler pero saber que quizas para la otra persona sólo eres su amigo de la infancia es otra cosa, las estaciones pasan y los sentimientos cambian, pueden volverse mas fuertes o disminuir, el tiempo pue...