-¡Sora!-exclamó Tai al verla allí-¿Qué estás haciendo aquí?
Los cánticos en el vestuario de acentuaban, cuando de repente una voz se percató de la ausencia de Tai, y comenzaron a buscarlo por todos lados.
-¡Ven rápido!-dijo él tomando a Sora por la muñeca y alejándose de allí, Sora estaba algo confusa ante la situación, pero no opuso ninguna resistencia y solo se dejó llevar. Se adentraron entre los árboles del patio, y allí quedaron ocultos a la vista de los jugadores, amigos de Tai, que lo buscaban con insistencia.
-¿Qué ocurre?-preguntó Sora al fin cuando se hubieron ido.
-Es que... no tengo ganas de celebraciones y despedidas...-dijo Tai rascándose la cabeza nervioso-Bueno, aún no me has dicho qué hacías esperándome.
Sora se puso tensa, ahora ella era la cuestionada, pero era obvio que él le preguntaría, así que usó la excusa que llevaba tiempo pensando.
-Quería felicitarte por tu actuación en el partido-dijo ella con una sonrisa-has estado genial, y como buen capitán has contribuido a la victoria del equipo. Enhorabuena.
-Vaya, gracias-respondió él sonrojándose un poco-no sabía que ibas a venir, me sorprendió verte en las gradas.
-Vine con Matt, no podíamos perdernos el último partido del equipo del instituto, es como una despedida final de esta etapa...-Sora se puso algo melancólica con estas palabras. A partir de la semana que viene cada uno emprendería su nueva vida para perseguir sus sueños, y aunque siguiera viendo a sus amigos, ya no volverían a estar juntos en una clase, disfrutando todos juntos. Habían pasado tantas cosas juntos en ese edificio... sinceramente, estaba comenzando a ponerse triste.
-No te pongas triste Sora-dijo Tai viendo reflejada la pena en su rostro-vamos a empezar un nuevo camino, pero eso no significa que sea no vayas a volver a ver a nuestros amigos...
-Lo sé, pero no puedo evitarlo, hemos vivido tantas cosas aquí... ¿Recuerdas el examen final del señor Pons?
Tai empezó a reír ante el recuerdo que los dos enmarcaron en su mente enseguida.
Se trataba del examen final de matemáticas de tercer curso. Toda la clase estaba muy nerviosa porque suspenderlo significaría no aprobar la asignatura de todo el año. El señor Pons era un profesor muy exigente y el examen fue como todos esperaban: una tortura imposible de resolver.
Pero como siempre Sora estaba siendo capaz de responderlo. Y Tai, que estaba desesperado porque se jugaba la evaluación, comenzó a echar un vistazo al examen de la chica. Ella, que lo descubrió, se lo puso fácil, e iba inclinando el papel para que le fuera más fácil verlo.
El señor Pons estuvo a punto de pillarle una vez, pero la brillante actuación de Sora libró al chico de toda sospecha.
-Le había pedido a Tai que me prestara la goma para borrar unas operaciones, y se me había olvidado devolvérsela. Solo me estaba haciendo gestos para que se la diera, eso es todo-le dijo al profesor con una sonrisa.
Todos los profesores conocían la honradez y responsabilidad de Sora, de manera que en esa ocasión el señor Pons no dudó de su palabra.
Ella le guiñó un ojo después de que el profesor Pons se diera la vuelta y volvió a facilitarle las respuestas.
-Me salvaste esa vez-dijo Tai-si no hubiera sido por ti, me habrían pillado y habría suspendido la secundaria entera de matemáticas...
-Ha sido la única vez que he mentido a un profesor, tú tuviste la culpa loco irresponsable-le regañaba ella entre risas. Ambos estaban riéndose a carcajadas recordando viejos momentos, cuando el móvil de Sora comenzó a sonar. En la pantalla indicaba que era Matt quién le llamaba.
-Tienes que irte-dijo Tai algo reservado.
Sora colgó el teléfono y miró a Tai con una sonrisa.
-Nada que no pueda esperar-replicó suavemente.
-Veo que os va bien entonces...-la conversación cambiaba de rumbo, hacia uno peliagudo para Sora.
-Sí, claro-dijo Sora sin saber qué más añadir-llevamos seis meses juntos, pero lo llevamos bastante bien.
-Me alegro-dijo Tai agachando la mirada. Se hizo un tenso silencio entre los dos, ninguno se atrevía a retomar la conversación. Pero Tai tenía que hacerlo, había llegado la hora de decírselo, no podía demorarse más-Sora...yo... tengo que decirte algo.
Ella se puso nerviosa, inexplicablemente su corazón comenzó a latir muy rápido, sentía que se le iba a salir del pecho, y notó cómo comenzaban a sudarle las manos. No podía ser verdad, Tai no era así, no iba a comprometarla de ese modo, ¿verdad?
-No he encontrado el momento adecuado para decírtelo, perdona que me haya retrasado tanto tiempo...-Tai seguía excusándose y no avanzaba en qué era lo que quería decirle. A cada segundo estaba más nerviosa, luchaba por no salir corriendo de allí, pero tenía que ser fuerte y afrontar las palabras que Tai quería decirle-Me echarás en cara que somos amigos, y que hay suficiente confianza entre nosotros como para haberme retrasado tanto... pero no he reunido el valor suficiente para decírtelo... hasta ahora...
Sora seguía muda, notaba cómo le ardían las mejillas y le temblaban las piernas, pero seguía escuchándolo pacientemente. Solo rezaba para que hablara rápido y ella fuera capaz de hacerle entender que ella ya estaba con Matt. Asintió para que continuara.
-Me voy a España con una beca de formación deportiva Sora-anunció, haciendo que el corazón de la chica se parara en ese momento-mañana...-añadió con cuidado.
A Sora le dio un vuelco el corazón y sintió cómo todo a su alrededor se oscurecía. Notaba cómo su mundo se desmoronada y una fría y gélida brisa le azotaba el cuerpo. Jamás habría imaginado una noticia así, que la dejó en estado de shock unos segundos.
-¿Sora?-preguntó Tai temeroso.
-¿¡Acaso eres idiota?!-esa frase le recordó a una pelea que ambos tuvieron años atrás cuando él le regaló una fea horquilla de pelo por su cumpleaños al no saber qué regalarle-¿¡Cómo puedes haber esperado tanto para decírmelo?
Tai estaba sorprendido al ver que los ojos de su mejor amiga estaban comenzando a empañarse de lágrimas. ¿Tanto le afectaba su marcha? No llegaba a comprenderlo.
-Sora, lo siento, ya te he dicho que no encontré el momento de...
-¡Vas a marcharte y me lo dices horas antes!-le cortó sin esperar a oír sus excusas-¿¡Cómo crees que me siento?! ¿Es que no confiabas en mí, querías ocultármelo y dejarme sola?
-Sora, no quería preocuparte-se excusó-estabas muy ocupada con los estudios para la universidad, y con tu relación con Matt, no habría conseguido nada...
-¡No es justo!-sentenció ella llorando intensamente-¡Vete, vete lejos y déjame en paz!
Y salió corriendo, dejando a Tai paralizado y desalentado.
-Sora...-decía él conmovido.
Ella seguía alejándose de allí, sumida en un mar de lágrimas. Fue a la busca de sus amigos, que estaban reunidos en el bar improvisado que habían montado en el patio. Allí tomaban unos refrescos y charlaban animadamente.
-Sora, te he estado llamando-decía Matt preocupado-¿Dónde has estado?
Ella se plantó delante de ellos temblando, con la cabeza gacha, intentado soportar el llanto.
-Quiero irme a casa...-es lo único que decía.
-Sora...-Mimi se acercó a ella para reconfortarla, pero Sora mantuvo las distancias, no quería la compasión de nadie Estaba convencida de que todos ellos ya sabía la marcha de Tai y nadie le había dicho nada.
Matt la tomó por los hombros y la abrazó, suponía que Tai ya le había dado la noticia, y él conocía la estrecha relación que ambos tenían. Sabía que Sora iba a reaccionar así.
-Quiero irme a casa...-volvió a suplicar-por favor...
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Taiora: Digital.
FanfictionÉl la amaba a ella, pero ella solo le veía como su mejor amigo, o eso es lo que pensaba. Hasta que Taichi se va de Japón para comenzar su con beca de formación, será entonces el momento en que Sora se replantee sus sentimientos, y si ha tomado el ca...