El final es el comienzo

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Había quedado con Matt en el parque a las doce. Era viernes, así que no tenía clases por la mañana. Sabía que su novio tenía un horario complicado debido a las grabaciones en el estudio, pero le había buscado un hueco para estar con ella, al fin y al cabo, era inusual que lo llamara para que se vieran.

Sora estaba realmente nerviosa, llegó media hora antes al lugar acordado, y la espera se le hizo eterna. No estaba segura de lo que iba a hacer, pero en su interior sabía que estaba haciendo lo correcto, que tendría que haberlo hecho hace mucho, pero mejor era tarde que nunca.

Matt llegó puntual, como siempre, con una tímida sonrisa en el rostro. Se abrazó a ella con intensidad al verla, y Sora no hizo nada por evitarlo, aunque no correspondió al joven como éste esperaba.

-¿Estás bien?-le dijo él mientras la miraba a los ojos.

-Creo que sí-respondió Sora. No podía ser tan directa, tenía que tratar de encauzar la conversación por el sendero adecuado, así que empezó preguntando algo trivial-¿Qué tal las grabaciones?

-Estamos ocupadísimos-decía Matt acariciándose la cabeza-ya sabes, hay muchas composiciones por hacer, ensayos... Solo tenemos una canción montada y terminada.

-Suena complicado... pero estás cumpliendo tu sueño Matt, y eso me alegra-decía Sora con una sonrisa en el rostro.

-Quería dedicarte una canción-le confesó él-no quería decírtelo hasta que saliera el disco, pero creo que la situación lo merece... me has tenido muy preocupado Sora...

Hubo un tenso silencio entre ambos, y la chica comenzó a sentirse culpable por lo que se avecinaba.

-Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?-le aclaró Matt confiado.

-Te lo agradezco Matt, pero oye...-tartamudeaba buscando cómo empezar.

-No seas tímida Sora-reía Matt de manera pícara-es normal que se le dediquen canciones a la pareja...

-Matt yo... no lo merezco-seguía dubitativa, sin atreverse a dar el paso, pero Matt no lo entendió, y siguió insistiendo.

-Eres demasiado discreta Sora-Matt parecía divertirse en ese tira y afloja-¿cómo no vas a merecerlo? Has alegrado mis días, tú...

-¡Ya basta!-Sora no lo dejó terminar. A cada palabra más responsable se sentía, dejarle continuar habría supuesto que le atravesaran el corazón una vez más. Matt se quedó boquiabierto ante la actitud de Sora, y quedó expectante a lo que continuaba.

-¿Todo va bien?-dijo al fin.

Sora lo miró a los ojos, él merecía la verdad, y estaría en su derecho de reprocharla y acusarla. Pero tenía que seguir hacia delante, ya lo había decidido.

-No puedo seguir con esto Matt-cada palabra resultó una bofetada invisible para el muchacho, que sintió como todo su interior se agitaba ante la declaración de la pelirroja-perdóname, pero no soy la chica que mereces.

Matt tardó en responder, su mundo se había desmoronado en tan solo diez segundos, y no sabía cómo reaccionar.

-Antes de que me preguntes nada, te mereces saber qué ocurre, bueno... realmente qué ha ocurrido siempre y no he sabido ver...-Sora agachó la mirada y le dijo lo que ni ella misma se había atrevido a pronunciar en voz alta con anterioridad-estoy enamorada de Tai.

Sora cerró los ojos, por temor a la represalia que podría soltarle Matt. Pero en lugar de eso, notó cómo el chico ponía las manos sobre sus hombros y le levantaba la cabeza para que lo mirara a los ojos.

-Algo en mí lo sabía desde el principio-decía con pesar-puede que siempre lo supiera... él y tú estáis destinados a estar juntos, solo hacía falta ver cómo le mirabas, o cómo hablabas de él para darse cuenta...

-Pero Matt, si ni siquiera yo lo sabía...-decía Sora temblando, conmocionada por la actitud de su ex.

-Que no te hubieras dado cuenta no implica que lo amaras, y él también a ti... Su marcha despertó sentimientos que vivían en tu corazón, yo también lo sentí... tarde o temprano sabía que esto pasaría...-Matt se lamentaba, pero al menos, los meses que estuvieron juntos había sido feliz junto a ella-no vayas a perder ni un minuto más y ve a por él... ni siquiera puedo enfadarme con él, es mi mejor amigo... y antes que yo, el veló por tu felicidad más que por la suya...

-Matt...-Sora notó cómo unas lágrimas asomaban por sus ojos, resbalando por sus mejillas y mostrando de nuevo su debilidad. Se abrazó a él, sincera y cálidamente, como último abrazo de despedida-gracias... por todo...

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Habían pasado tres días después de eso. Sora había aceptado la invitación de su tutor a asistir al círculo de conferencias en Madrid, estaría un mes fuera de casa, pero tendría la oportunidad de reencontrarse con Tai. Ya se lo había dicho a su madre, ella se había alarmado al principio, pero luego entendió que no podía impedirle a su hija que conociera mundo y siguiera formándose.

-"Llegarás muy lejos hija"-le había dicho muy orgullosa, con lágrimas en los ojos.

También se lo había dicho a Mimi. Su amiga había dado botes de alegría al conocer la noticia, y la había abrazado eufóricamente al saber que acudiría a España.

-Tengo miedo-le reveló Sora al principio-es un país diferente, estaré sola allí...

-Vas con tu profesor y algunos compañeros más-Mimi trataba de quitarle importancia-os alojaréis en un hotel, así que no tienes que preocuparte por el alojamiento ni la comida, solo disfrutar de tu estancia allí, y sobre todo... de encontrar a Tai.

-¿Y cómo lo haré?-preguntó Sora aún indecisa-dicen que Madrid es una ciudad muy grande, ¿y si no lo encuentro?

-¿Sabes qué?-dijo Mimi con una sonrisa-deberías hablar con Kari, ella tiene que saber dónde estudia.

-¿Y cómo me presento delante de ella y le digo: Kari, voy a ir a buscar a tu hermano a España, ¿puedes decirme cómo se llama el club en el que está jugando?-al decir eso en voz alta, Sora fue consciente de lo que estaba a punto de hacer. Irse a miles de kilómetros lejos de casa, solo para encontrarse con él. Sintió miedo, pero a su vez sabía que iba en la dirección adecuada. Solo por amor se hacen acciones como esa.

-Eso lo dejo a tu elección, vamos ve a hablar con ella, seguro que se pone muy contenta cuando lo sepa-decía Mimi con una sonrisa pícara.

-¿A qué te refieres?-preguntó Sora sonrojada.

-¡Vamos! Todo el grupo estuvo siempre a la espera de que acabarais juntos, por fin vamos a ser testigos.

El rostro de Sora enrojeció tanto que adquirió el color de un tomate. Se giró para que su amiga no pudiera verla, y salió despedida de su casa, en dirección a casa de los Yagami. Había estado tantas veces allí... se le antojaba lejano, pero a su vez muy familiar.

Iba a tocar el timbre cuando a su espalda sonó una voz.

-¿Sora?-ella la reconoció enseguida. Era la chica a la que buscaba.

-¡Kari!-dijo ella nerviosa-contigo.. quería hablar...

-Claro Sora-decía Kari incrédula al verla allí. Tras ella apareció T.K, y en ese momento Sora quedó sin habla.

Kari se dio cuenta, y se giró hacia él.

-Escucha TK-decía Kari con su suave y melodiosa voz-Sora me necesita, asunto de chicas, nos vemos luego, ¿Quieres?

-Claro-decía él animado-¡Nos vemos! ¡Adiós Sora!

TK y Kari se despidieron con un beso que dejó sorprendida a Sora, y en ese momento se dio cuenta de lo mucho que habían crecido los pequeños del grupo. Y hasta habían terminado juntos... siempre se habían llevado muy bien... Entonces se detuvo a pensar en su relación con Tai, en cierto modo, se parecía mucho a la de TK y Kari, quizás por eso todos esperaban lo que nunca llegó.

-¿Vamos?-dijo Kari abriendo la puerta. Sora pasó tras ella, no había nadie en casa, así que Kari tomó unos zumos y la invitó a sentarse en el sofá del salón.

-No le digas nada de esto a nadie ¿vale?-le rogó una sonrojada Kari-aún es pronto...

-Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo-respondió Sora. Kari asintió agradecida-y bien Sora, ¿Qué te trae por aquí?

Taiora: Digital.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora