Sora había estado insoportable toda la semana, se le había hecho eterna la espera. Naty, su compañera de la universidad y ahora también de habitación había estado demasiado interesada en su vida últimamente, y eso la ponía de los nervios. El viernes tuvieron la primera ponencia, pero Sora no estuvo atenta a ella y los apuntes que tomó no eran más que un sin fin de tachones y letras ilegibles.
-A ti te pasa algo-le decía esa mañana de sábado-llevas ausente toda la semana, y te alteras por cualquier imprevisto o sobresalto. ¡No me digas que has conocido a un chico cuando te fuiste a dar un paseo el primer día!
-Naty, ¿cómo puedes pensar eso?-dijo Sora muy acalorada-solo que vivir en una ciudad nueva me está costando. La alimentación, el idioma, los congresos... tardaré en acostumbrarme, eso es todo...
-Ya... no te voy a quitar el ojo de encima, ¿entendido jovencita?-preguntó su amiga. Sora suspiró, esa actitud le recordaba a Mimi, su inseparable. Ya había hablado con ella por Skype durante la semana, pero no le había revelado que vería a Tai esa tarde. Realmente se moría por hacerlo, porque necesitaba consejo, pero la actitud vital y alocada de Mimi solo conseguiría alterarla más así que decidió tragárselo como pudo.
-Los chicos decían de ir de fiesta esta noche, ¿te vienes?-preguntó Naty.
-No me gusta ir de fiesta, ya lo sabes-respondió Sora aterrizando en la realidad-me quedaré por el hotel, o quizás salga a dar un paseo, perderme por la ciudad.
-Eres tremendamente aburrida, ¿Cómo pudo Matt, un chico tan increíblemente guay, salir contigo?-Naty ya empezaba a divagar, y eso molestaba mucho a la pelirroja. Se puso a la defensiva.
-Tendría algo que tú no, Naty, por eso se fijo en mí. No todo gira en torno al alcohol y las fiestas, ¿Sabes?-Naty notó que Sora se había enfadado y suavizó la conversación.
-Para torbellino, no me estaba metiendo contigo. Hay muchas cosas fantásticas en ti, Sora, lo que no entiendo aún es por qué lo dejaste con él-prosiguió en su línea de cotilleos, y Sora no iba a ser el blanco de ellos.
-Voy a darme una ducha-y dicho esto salió de la sala en común que tenían en el hotel.
-¡Cuando salgas no estaré!-le dijo Naty por detrás-¡Salgo con Yaki y Brend a ver a qué disco vamos esta noche!
Sora no respondió y se perdió bajo el chorro de agua caliente. Qué relajante era aquella sensación, el agua caliente recorriendo su cuerpo desnudo la hacía desconectar y relajarse, necesitaba paz y tranquilidad para esa tarde. Había buscado en internet el horario del partido, comenzaba a las cinco pero ella quería llegar antes para tratar de verlo, aunque fuese de lejos, localizar los vestuarios, y poder encontrarle cuando terminara el partido.
Después de terminar la ducha, todo fue una carrera a contrarreloj. El gourmet del hotel estaba lleno de gente y le retrasó en su horario. Se vistió con ropa cómoda para el partido y salió corriendo del hotel, llegando al metro quince minutos más tarde de lo que tenía previsto. Se dirigió a las taquillas, y debido a su estado de nerviosismo fue incapaz de pronunciar bien en inglés y tuvo que esperar a que la cajera del otro lado de la ventanilla pudiera entenderla.
-El de las cuatro y media ha salido ya-anunció la mujer. Sora miró su reloj, en efecto, llegaba a la hora justa y había perdido el que tenía pensado.
-¿Cuál es el siguiente?-insistió la muchacha.
-A las cinco.
A Sora se le derrumbó el mundo. ¡A esa hora comenzaba el partido, llegaría tarde! ¡Todo lo que había planeado se iría al traste! Pero no había nada que hacer, por lo que abonó la cantidad necesaria y se sentó a esperar. La planificada, puntual y rigurosa Sora había perdido el metro, ¡e iba a llegar tarde!
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Taiora: Digital.
FanficÉl la amaba a ella, pero ella solo le veía como su mejor amigo, o eso es lo que pensaba. Hasta que Taichi se va de Japón para comenzar su con beca de formación, será entonces el momento en que Sora se replantee sus sentimientos, y si ha tomado el ca...