𝖨𝖥 𝖮𝖭𝖫𝖸 ⸻ kuchiki b.

xiv. somebody else...

Aizen-tousan... ser reconocido como el padre de aquella joven le hacía infinitamente feliz, primeramente porque sus planes comenzaban a tomar forma, siendo ésto lo principal y más importante. Lo demás venía a último plano, como cosas sentimentales o estupideces así.

— ¿Entrenaremos, tou-san? — la dulce voz de su ahora niña le sacó de sus pensamientos.

— Es demasiado tarde, linda, podremos hacerlo después. — se acercó y le acarició el rostro con ternura, provocando una sonrisa en la menor.

— ¡No es justo que me trajeras hasta acá sólo para preguntarme no sé qué cosa! ¡podías haberlo hecho en el escuadrón! — reclamó.

— Quería que vieras la hermosa noche de hoy, donde todo comienza. — susurró aquello último.

Luna adoraba cuando su padre le hacía planes grandes para simples cosas como esa, pero eso es lo que más le hacía quererle. Lo dinámico y creativo que era tou-san para mostrarle ciertas cosas lindas.

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— ¡Y entonces, tou-san me mostró una hermosa noche! — comentó Luna a sus dos amigos, quienes la miraban sin comprender absolutamente nada, ¿tou-san? ¿si quiera ella dejaba de recordar el incidente?

— Luna-chan, ¿pero de qué hablas? — cuestionó Tadashi.

— Maldita loca. — murmuró cansado Genkei... volver al pasado donde la chica sufría bastante por el rubio había sido definitivamente la época más terrible que habían vivido todos juntos. — Creo que tu amor por Byakuya-sama te está safando los cables. — se quejó molesto.

— ¿Qué les pasa, chicos? Aizen-to... — no pudo terminar de formular la palabra ya que fue interrumpida por un joven peliplata.

— ¡Dooomo, chicos! — era Ichimaru Gin, un tipo bastante extraño que habían conocido unos años atrás gracias a la ojiazul, quien lo había presentado como un nuevo amigo.

A decir verdad, ellos le tenían cierto aprecio y de alguna manera lo habían conformado al grupo un poco, exceptuando un tanto al pelinegro noble, que no confiaba completamente en el de ojos cerrados y sonrisa burlona, pues la confianza tan grande que se daba con la joven le hacía perder la paciencia. Prácticamente le daban celos que no admitiría y viceversa.

— Ichimaru-kun. — saludaron.

— ¿Por qué no hacemos algo entretenido? podemos pasear un poco. — propuso.

Los tres asintieron, y rápidamente comenzaron a caminar en una dirección opuesta al escuadrón cinco.

Gin tenía órdenes estrictas de que la niña no dijera algo que comprometiera los planes del capitán, así que eso se basaba en que el peliplata se la pasara pegado a la joven la mayoría del tiempo, ya sea a la vista o encubierto, lo cual, no le molestaba en absoluto. Usaría ése pretexto a su favor.

— ¿A dónde van? — preguntó Byakuya apareciendo por detrás de ellos.

— Vamos a pasear. — comentó Genkei.

— ¿Nos acompañas, Byakun? — preguntó emocionada la más pequeña.

El noble sonrió ligeramente y se acercó a la fémina, quien la tomó de la mano y entrelazaron los dedos, a la vista de cualquiera, ellos, o bien ya eran una pareja, o lo serían muy pronto. Gin borró su sonrisa, ahí estaba el problema.

Toda aquella tarde pasearon tranquilamente, entre algunos chistes, anécdotas y algunos roces entre el peliplata y el pelinegro, quienes se estaban matando con la mirada.

Aunque por fuera pareciera que los días en el seireitei se encontraban tranquilos y que nada pasaría, un nuevo reto estaba por presentarse muy pronto ante aquella "parejita", ya que ambos comenzaron a ser enviados a misiones cercanas al rukongai, donde un cambio comenzaría a poner distinto orden a las cosas...