18. Es una cuestión de Ares o Afrodita

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CAPITULO DIECIOCHO

Entrar al laberinto o no... Honestamente, en este punto de mi vida solamente quiero ir a los Roques’

PERCY

A la mañana siguiente, me sentía tembloroso. Pero igual asistí al consejo de guerra que Quirón convocó. Nos reunimos en el ruedo de arena, cosa que encontré extraña. Porque, no me malinterpretes, discutir el destino del campamento mientras la Señorita O'Leary masticaba un yak de goma en color rosa, resultaba raro.

Quirón y Quintus ocupaban la cabecera de la mesa. Clarisse y Annabeth se habían sentado juntas, encargándose de resumir toda la información que habían recopilado. Tyson y Grover estaban lo más lejos posible del otro.

Freyja estaba sentada al lado de Lee Fletcher y ambos estaban hablando de la velocidad máxima en la que una flecha puede atravesar a alguien. También se hallaban en torno a la mesa Enebro, Silena Beauregard, los gemelos Stoll, Beckendorf y su hermano Trevor, los gemelos de Dionisio e incluso el mismísimo Argos, nuestro jefe de seguridad dotado de cien ojos.

La presencia de este último confirmo que la cosa era sería, porque es raro que asista a las reuniones. Mientras Annabeth hablaba, Argos mantuvo su centenar de ojos azules fijos en ella con tal intensidad que todo su cuerpo quedó inyectado en sangre.

—Luke debía conocer la entrada del laberinto —concluyó Annabeth—. Se conocía cada rincón del campamento de memoria.

Enebro carraspeó.

—Eso trataba de decirles anoche. La entrada de esa cueva ha estado allí desde hace mucho. Luke solía utilizarla.

Trevor frunció el ceño.

—¿Conocías la entrada al laberinto y no informaste nada?

La cara de Enebro se puso verde.

—No sabía que fuera importante. Sólo es una cueva. Y a mí no me gustan esas cavernas antiguas, son tan... —fingió estremecerse— repulsivas.

—Tiene buen gusto —opinó Grover.

—No le habría prestado ninguna atención de no ser... bueno porque era Luke —se ruborizó de un verde más intenso.

Freyja y Grover resoplaron al unisono.

—Retiro lo del buen gusto.

—Interesante —Quintus pulía su espada en pleno discurso—. ¿Y creen que ese joven, Luke, se atrevería a usar el laberinto como vía de entrada para su invasión?

—Sin duda —intervinó Clarisse, sacando barro inexistente de sus uñas con una navaja—. Si logrará meter a un ejército de monstruos en el Campamento Mestizo y presentarse de repente en mitad del bosque sin tener que preocuparse de nuestras fronteras mágicas, no tendríamos la menor posibilidad. Nos aniquilaría fácilmente. Esto no es algo que lleva planeado de un día para otro. Nos lleva ventaja por meses.

—Ha estado enviando exploradores al laberinto —apuntó Annabeth—. Lo sabemos... porque encontramos a uno de ellos.

—Chris Rodríguez —murmuró Quirón. Dirigió a Quintus una mirada significativa.

—Ah —dijo él—. El que estaba en... Ya, entiendo.

—¿El que estaba en dónde? —preguntó Freyja. Clarisse le lanzó una mirada furibunda.

—La cuestión es que Luke ha estado buscando la manera de orientarse en el interior del laberinto. Quiere encontrar el taller de Dedalo.

—El tipo que creó el laberinto —dijo Beckendorf.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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