¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Apolo
Estas reuniones familiares me dan ganas de vomitar.
Pero valía la pena si volvía a estrechar a mi gemela entre mis brazos otra vez.
-Wow, hermanito -sonó sorprendida y ni siquiera le repliqué por su apodo, sólo me dedique a abrazarla y a oler el aroma que desprendía sus cabellos pelirrojos.
Bosque y rayos de luna.
Y ella me devolvió el abrazo con la misma fuerza.
Pero luego nos separamos. Principalmente, porque estábamos enfrente de los otros dioses y porque teníamos una reputación que mantener.
Me devolví a mi trono y dejé a Artemisa en el medio de la Sala de Tronos, de frente a nuestro padre y el rey de los dioses.
El desgraciado de Zeus.
-Bienvenida de nuevo, hija mía -su voz retumbo a través de la sala. Artemisa hizo una mueca-. Bueno, ahora podemos dar inicio a la Asamblea.
Artemisa fue hacia su trono y después se dirigió a Zeus-. Padre, deberíamos esperar a los héroes.
-Estoy de acuerdo con Artemisa -para la sorpresa de muchos, el que dijo eso fue Ares.
Otros como Poseidon, Dionisio, Hestia, Hermes y, para que negarlo, yo, estuvimos de acuerdo también, así que a Zeus no le quedó de otra.
Nos quedamos en silencio hasta que se escuchó un par de voces detrás de la puerta.
-¡Coño, Percy, no me obligues a entrar! -gritó una voz femenina. Ares ahogó una risita porque su hija era un show del que él disfrutaba.
