𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 6

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Tantas cosas que había sacrificado nuestra protagonista a lo largo de su vida: tener una vida como un adolescente parisino, no poder salir con sus amigos por la exigencia de cumplir en la escuela y al mismo tiempo en su academia, cuando ingreso a estudiar meramente ballet tener que cuidar su alimentación para que nada en su cuerpo fallara, todo esto y mucho más había resultado en la bailarina mundialmente reconocida que era hoy en día.

El escenario que había construido a base de constancia y pasión, el escenario que una vez más la recibía con los brazos abiertos y le daba la oportunidad de expresar su amor por el ballet y compartirlo con el mundo.

Su vida no podía estar mejor, tenía el trabajo de sus sueños, haciendo lo que amaba cada día de su vida, podía ayudar a impulsar a nuevos bailarines que derramaban talento, todo iba tan bien... Hasta que todo cambio.

Todo comenzó cuando se anunció el siguiente proyecto de la chica "El lago de los cisnes" la cúspide en su carrera.

Esa promesa que le había hecho a su madre a la tierna edad de 6 años por fin la podría cumplir, por fin podría convertirse en Odette.

Si no fuese suficiente la dificultad de la obra y lo mucho que dependía de la bailarina principal cuando se fue anunciado que sería televisado a nivel mundial todo el peso del proyecto cayó en los hombros de Coraliné.

Los fondos que consiguiera la obra serían divididos en diferentes hospitales de Francia que lo necesitaran, tantas personas, tantas personas que dependía de que ella bailará bien.

Pasaron meses ensayando, meses de estrés en los que Coraliné no pensaba en otra cosa que no fuera "El lago de los cisnes" incluso llegó a arrepentirse de la promesa que había hecho.

El gran día llegó más rápido de lo que espera la joven, todo su cuerpo estaba tenso y repetía la coreografía una y otra vez en su mente mientras calentaba, no estaba nerviosa. Estaba aterrada, ninguna de sus presentaciones se comparaba con está, cuando la obra comenzó dio un gran respiro calmando u olvidando todas sus preocupaciones y enfocándose en meramente ser una con la danza.

Cuando salió al escenario toda su piel se enchino, pudo sentir el calor de los reflectores en su piel y su agitada respiración que parecía escucharse más fuerte debido al silencio del teatro.

Para cada una de las personas presentes y no presentes en ese teatro quedaron maravillados con cada paso y pirueta que daba la bailarina, algunos la comparaban con una musa; Diosas griegas que expresaban el arte, algunos otros a un mismo ángel que volaba por todo el escenario, sin embargo, muy pocos pudieron ver a Odette, esa parte tan profunda y que era tan difícil de representar la frágil y delicada Odette.

Después de cada acto los aplausos invadían el lugar, la gente estaba expectante a el desenlace de la obra, aunque muchos ya supieran este mismo, mientras Coraliné se cambiaba para representar a Odile, la hija del malvado hechicero Von Rotbart sus piernas temblaban por el miedo, la parte más difícil de toda la obra, representar el mal y el bien de manera tan acertada que el público olvidará que era la misma persona.

Salió al escenario con los nervios a flor de punta y en cuanto se colocó en su posición suspiro lentamente para asentir y que la frenética música guiará sus pasos.

Todo iba de perfección, cada salto, cada posición todo estaba saliendo según lo ensayado, este mérito no era meramente de Coraliné, su profesor, sus compañeras que bailaba detrás de ella, Kirishima su compañero que representaba a Sigfrido; El Príncipe del que estaba enamorado Odette.

Cada uno estaba poniendo su máximo esfuerzo.

Cuando la música ceso tanto como Kirishima y Coraliné se voltearon a ver con una sonrisa de oreja a oreja, tantos meses trabajando juntos habían dado su resultado, aún con la respiración agitada se dirigieron a la orilla del escenario y dieron las gracias, para que una ovación de pie las recibiera.

Su madre que había viajado a pesar de su avanzada edad estaba sentada en un palco, quedando en el ala oeste del teatro, teniendo la mejor vista de este, claramente elegido personalmente por su hija.

Mientras seguía aplaudiendo eufórica no pudo evitar llorar de la alegría de ver a su hija cumplir sus sueños, ella más que nadie sabía por todas las cosas que había pasado y su pecho se llenaba de orgullo al ver a su hija ser una de las bailarinas más reconocidas en toda Francia.

𝓒𝓸𝓻𝓪𝓵𝓲𝓷𝓮 | Oc X Izuku Midoriya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora