𝓒𝓸𝓻𝓪𝓵𝓲𝓷𝓮 | Oc X Izuku Midoriya

𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 7

Pasaron las semanas y aún se seguía hablando del recital, al ser una obra de caridad se llevaría una ceremonia para que los bailarines entregarán el dinero ganado a cada hospital. Demasiado egocéntrico a opinión de Coraliné, pero ella no tomo esa decisión, solo tenía que asistir.

Un carro de lujo paso por ella a su departamento haciendo que se sintiera peor con ella, ya que ella no necesitaba esos lujos, solo quería ayudar a las personas, en camino a la gala varios paparazis la seguían, algunos iban montados en motocicletas para hacer seguimiento del auto, otros arriesgaban su propia vida poniéndose enfrente de auto con tal de conseguir una primicia.

Uno llegó demasiado lejos tratando de entrar al asiento de copiloto en una parada de un semáforo, haciendo que el conductor entrara en pánico y perdiera el control del auto haciendo que este se estrellara contra un muro del lado en el que venía Coraliné y volcaran con una fuerza sobrehumana.

Cuando los paramédicos llegaron al lugar se encontraron con una escena que ni siquiera los más experimentados habían visto, Coraliné se encontraba inconsciente postrada en lo que alguna vez fue el asiento trasero cubierta en su sangre o en lo que podía ser sangre del conductor que ya hacía sin vida, una columna de metal atravesaba a la chica por la cadera izquierda y salía por la intimidad de esta.

Después del shock que fue encontrar a la pobre chica así, actuaron como los profesionales que eran y la atendieron lo más rápido que podían.

Su columna vertebral se fracturó en 3 partes, 2 costillas, clavículas y pelvis también resultaron fracturadas. Cómo si eso no fuese suficiente su pierna se fracturó en 11 trozos diferentes.

Los doctores quedaron anonadados por saber que la chica aún respiraba, todos decían que no pasaría la noche, sus heridas eran demasiado para su cuerpo y sería un verdadero milagro que sobreviviera.

Ese milagro sucedió, cirugía tras cirugía la chica seguía aferrándose a la vida, después de meses y meses de cirugías Coraliné pudo darse de alta del hospital.

Aunque había sobrevivido ella prefería que no hubiese sido así, estaría postrada en cama por el resto de su vida, los dolores insoportables que le dejaron secuela le recordaban que jamás volvería a pisar un escenario.

Coraliné no lo sabía, pero todo el país lamentaba la terrible situación de la chica y ese pobre reportero que quiso una primicia termino bajo las rejas, esto no iba a retroceder el tiempo y hacer que la chica volviera a bailar, pero por lo menos se había hecho justicia.

Los siguientes meses fueron oscuridad y sufrimiento para la chica, ella que había estado en la cúspide y no era una carga para nadie volvía a serlo, ella que había prometido ayudar a todos ahora era quien recibía la ayuda.

Por decisión de su madre fue aislada del mundo exterior para que se concentra en su recuperación, pero era imposible vivir en una burbuja, las enfermeras que cuidaban de ella hablaban entre ellas cuando pensaban que Coraliné estaba dormida.

"La fénix sin alas" Así la habían llamado, un nombre un poco exagero diría ella, pero plasmaba básicamente en lo que se había convertido.

Se sentía mal, sentía que era una carga y lamentablemente no podía hacer nada para cambiar eso, sabía los rumores que había alrededor del accidente y que algunos manchaban la imagen que había construido con tanto esfuerzo, había momentos en los que deseaba que hubiera muerto en ese accidente, así la única vida que conocería sería una en la que hay ballet.

Esa idea fue creciendo día con día, hasta que una noche Coraliné lo intento, la noche que ella trato de suicidarse su madre se dio cuenta de la desesperación y dolor que vivía su hija, día con día, no sabía qué hacer, ella estaba igual de estresada que ella, atender la fundación de su hija, dar explicaciones a los medios de comunicación, atender a su hija, todo la estaba superando y estaba descuidando lo más importante; La salud mental de su hija.

Con mucha meditación su madre decidió internarla en una instalación que la estuviera monitoreando las 24 horas del día, mientras recibía la atención de un profesional de la salud, que la ayudara a pasar esta terrible etapa de su vida.

Los días no eran fácil para Coraliné. Pasar días postrada en cama por el dolor tan insoportable que tenía era como un infierno, pero siguió luchando, no sabía porque luchaba, se sentía perdida en el mundo, vacía sin ninguna ambición, necesitaba un motivo por el cual esforzarse, y cuando más lo necesitaba llegó el para darle las fuerzas que necesitaba.