IV

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-Dios Harry.- Louis intentó deshacer el nudo que se había formado en la garganta. Echó su flequillo atrás y rió ligeramente.- Juro que he estado punto de creerlo.

El rizado que estaba en frente de él frunció el ceño. Cruzó sus piernas con un rápido movimiento y relamió sus labios relajando levemente la expresión de su rostro.

-Si.- respondió.- Deberías haber visto tu cara...

Se levantó estirando levemente sus piernas agarrotadas.

-Eres tan misterioso a veces... ¿Siempre eres así?.- preguntó Louis curioso inspeccionándolo

-¿A qué te refieres?.

-No sé, la ropa negra por ejemplo. ¿Por qué la llevas siempre?.

El chico se encogió de hombros.

-Hace más delgado, ¿No crees?.- respondió con un toque de humor causando que el otro riera.

-Pero tú ya eres delgado, ¿entonces?.- prosiguió.

-¿Eso piensas?.- preguntó sonriendo, cogiendo la mano de Louis e introduciéndola por debajo de su camiseta.-¿Te parezco lo suficiente delgado?

El ojiazul se quedó sin aliento cuando las yemas de sus dedos tocaron la fibrosa piel debajo de la tela, tersa y dura, distinguiendo bien cada músculo de su abdomen. Era mucho mejor de lo que había pensado, era caliente, suave y creaba sin darse cuenta un momento muy intimo.

Notó algo húmedo deslizarse por el lóbulo de su oreja. Harry estaba cerca, muy cerca y dejaba un camino de besos por su cuello.

Las manos de este eran muy grandes y fuertes, abarcaban toda su cintura. En ese momento pasaban por detrás de la cabeza del más mayor y agarraban la tela de la camiseta deslizándola hacia arriba, despojándose de ella y lanzándola a uno de los lados.

Louis se sentía mareado por el olor de Harry, lo embriagaba en su totalidad, cubriendo cada poro de su piel. Sentía como las manos de este lo recorrían y como trataba de quitarle la ropa mas él en cambio estaba helado y no sabía más que dejarse hacer.

El rizado mordía y besaba las clavículas del más joven, dejando unas cuantas marcas de amor en ella intentando ser delicado, realmente lo intentaba. Louis podía notar sus ansias y la desesperación que desprendía y todas ellas eran suavizadas por el miedo a hacerlo daño y que e menor pudiera llegar a rechazarlo.

No sabe en qué momento ocurrió pero cuando quiso darse cuenta estaba recostado en el sofá de su salón sin camiseta. Él realmente no lo sabían todavía no había llegado a moverse.

Harry peleaba con su cinturón cuando se inclinó para buscar sus labios, pero nunca llegó a ellos. El ojiazul, que no se había movido ni un milímetro giró su rostro justo cuando lo iba a besar, ni él mismo supo el por qué, pero notó el dolor en el rostro del rizado quien paró en seco, mirándolo.

-Creo que te estás equivocando.- soltó Louis después de unos minutos.

Harry acarició suave su mejilla. No se había dado cuenta hasta ahora de que se encontraba a sobre él, con cada una de sus piernas a cada lado de su cadera, aprisionándolo.

-No soy de ese tipo de chicos.- continuó.

-Lo sé.- respondió en un susurro.

-No me acuesto con cualquier chico que acabo de conocer.

-No.

-No soy ninguna puta, ¿Sabes?.- frunció el ceño.

-No he dicho nada de eso.

-Pues sinceramente, lo ha parecido.- se levantó de donde estaba algo enfadado.

-No es así, me parece que eres un poco creído, ¿no?.- respondió cruzando sus brazos en su pecho.

-¡Tú me has empezado a besar!

-¡Tampoco has protestado tanto!

-¡Estaba sorprendido, idiota!.- lo empujó liberándose de su jaula de brazos y piernas.

-Si por sorprendido entiendes caliente como una perra, si, lo estabas.

Louis sintió la necesidad de golpearlo en ese momento. Pero se contuvo, levantándose con rapidez de su asiento.

-¡Ya puedes tomar tu estúpida camiseta y largarte de aquí!.- gritó arrojando la prenda en su dirección.

-Vale.

-¡Vale!.- respondió encarándolo.

-No te alteres, gatito.-
dijo a milímetros de su rostro.

-¡Fuer...!-Harry atrapó los labios del menor con los suyos, haciéndolo retroceder hasta que chocó con la pared, encarcelándolo con los brazos. Se esperaba un empujón o un golpe de su parte pero en cambio, Louis apoyó sus manos en su mejilla, atrayendolo más hacia él.

Saltó y enroscó las piernas en sus caderas con desesperación. El beso se había vuelto húmedo y sonaba por la habitación. Harry había aprovechado el momento y ahora tenía sus manos ocupadas amasándo su trasero. Al separarse un hilo de saliva unido entre sus labios se negaba a separarse el cual Harry chupó como si de néctar se tratara. Louis quería probar también su cuello, y su pecho y todo, absolutamente todo de él.

¿Qué le ocurría?Él no era así, era tímido y reservado con todo el mundo y nunca daba el primer paso para nada. Pero aquel chico lo hipnotizaba en todos los sentidos posibles.

-¿La habitación?.- preguntó en un jadeo Harry.

Quería mandarlo callar, quería decirle que no necesitaba ninguna habitación, que lo quería a él, ahí y ahora, contra la pared.

-A-arriba.- respondió.

El camino fue algo complicado, Harry concentrado en lo que tenía entre manos chocaba con todos los muebles posibles de la casa y Louis seguía su propia lucha intentando desabrochar los pantalones de este.

Cuando llegaron a la habitación Harry lo apoyó con delicadeza en ella y apartó el flequillo de su cara sonriendo.

-H-harry.- cortó el silencio cuando el nombrado volvía a besar su cuello.- Pero que quede claro que no me gustas.

A lo que Harry negó riendo.

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Me imagino a Harry así en la hisroria:

Me imagino a Harry así en la hisroria:

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y Louis:

y Louis:

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Controlled || l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora