Prólogo

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5 años antes 

Abro las cortinas de mi habitación y observo atentamente a la persona que se encuentra tras la ventana, él está recostado en su habitual silla negra de escritorio mientras tararea una canción con los cascos -que le regalé por su cumpleaños número trece- puestos.
Bajo la mirada hacia la pequeña carta que tengo en mi escritorio y me aparto de la ventana nerviosa. Sé que debo hacer esto, pero me da miedo que la respuesta no sea la que yo quiero y que todo acabe en desastre por unos cuantos sentimientos incontrolables.

Conozco a Axel desde que tengo apenas cinco años, y desde ese momento se convirtió en mi mejor amigo y a su vez en mi máximo aliado, cuando se me cayó mi primer diente él estaba presente, cuando se fracturó su brazo izquierdo a los seis años, yo tambien estaba ahí. siempre hemos estado el uno para el otro, en los buenos y malos momentos, y por este motivo, ahora me encuentro reacia a mandar la carta, pues a pesar de que nuestra relacion ha cambiado y ambos lo notamos, no sé si él llega a sentir lo mismo que yo cuando estoy a su alrededor.

Suspiro frustrada y me dejo caer sobre la cama, las suaves sábanas se adhieren sobre mi cuerpo impregnadas en ese aroma a lavanda que mi madre siempre utiliza para lavar la ropa, y me concentro en intentar pensar en otras cosas y dejar de sobrepensar tanto; Cojo mi pequeña libreta que está en el segundo cajón de mi mesita de noche y empiezo a escribir. siempre ha alivianado mis pensamientos y que me relaje.

No escribo nada en concreto, solo dejo que las letras fluyan libres por el papel, que corran entre ellas, que se mezclen y formen algo decente.

Quiero saber que piensas, quiero saber en quien piensas cuando
Escuchas música
A menudo sueño con que sea yo quien...

Rompo la hoja y la tiro a la papelera. Odio, odio y odio todo esto que siento por una persona que solo me ve como su mejor amiga y nada más, y odio todavía más, no poder ser franca y mientras que él me mira como un hermano mira a su hermana, yo lo miro como algo más.

<<A la mierda>>

Me levanto de la cama con una valentía que no había sentido nunca, cojo la carta que reposa sobre mi escritorio, que escribí hace mucho tiempo - y que nunca me he atrevido a mandar - y tras unos segundos recapacitando sobre la locura que voy a cometer, se la tiro desde mi ventana hacia su habitación.
No espero a ver su reacción. Cierro las cortinas rápidamente y me tiro de nuevo sobre la cama, esta vez cierro los ojos y me quedo profundamente dormida.

                              ♡
                                                                              
—Te veo algo tensa cariño, ¿Está todo bien? —Me pregunta mi madre al notar lo silenciosa que estoy esta mañana.
No es que sea una persona muy "habladora", pero tampoco soy una persona que cuenta los cubiertos de la cocina uno por uno (Como estoy haciendo esta mañana).

—Si mamá, está todo bien, no he podido dormir mucho esta noche —Simplemente respondo aunque por dentro se que le estoy mintiendo a medias.

Lo cierto es que, al principio de la noche me quede profundamente dormida, hasta que a eso de las dos de la mañana, me desperté y ya no he podido dormir nada más por culpa de los nervios que invaden mi cuerpo.

Esa es una de las razones de mi "ausencia", la segunda y en la que intento no pensar cada cinco segundos, es que debo aceptar la realidad y, por mucho que me niegue, tengo que responsabilizarme de la inmadurez que cometí ayer. Porque sí, a pesar de que en un principio me sentí orgullosa de haber afrontado la situacion, pronto me arrepentí enormemente.

No sé qué es lo que voy a hacer hoy, no sé si es lo correcto o lo moral. Pero lo que si sé, es que no puedo quedarme de brazos cruzados actuando de manera normal después de haberle mandando la dichosa carta.

Un amor Olvidado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora