Capítulo 10

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Viktor y Gabrielle estaban en casa de Ilse discutiendo con ella con respecto a las amistades de sus hijas. Ella y su marido tenían día libre en el trabajo, y las nenas estaban todavía en el colegio.

-No deberían ser tan autoritarios con ellas -opinó Viktor -. No están haciendo nada malo.

-Es verdad -concordó Gabrielle-. Es inaceptable que quieran enseñar a sus hijas a discriminar.

-Son nuestras hijas, no de ninguno de ustedes -dijo Dieter.

-Sí, pero maltratan a una de ellas -objetó su cuñado.

-Saben que Amanda fue un accidente y obviamente no la iba a abortar. ¿Me creen una asesina?

-¿Pero es necesario maltratarla?, ¿hacerla sentir menos?, ¿echarle en cara que no la quieren o que su hermana es mejor que ella? -reclamó su hermano.

-Miles de veces te dije que me la dieras en adopción -le recordó Gabrielle-, pero preferiste quedartelá y hacerle pasar un infierno.

-Siempre que quiere contar algo, bueno o malo, se lo cuenta a sus abuelos o a nosotros -agregó Viktor-. Además de su hermana, claro. Es el único miembro con quien se lleva bien en esta casa.

-Creo que se están metiendo demasiado en cómo criamos a nuestras hijas -se quejó Dieter -. Vos tenés que salir siempre con el tema de la adopción, ¿no? -le reclamó a su cuñado-. Estás muy empeñada en ser madre soltera. Así no se te va a acercar nadie -la criticó.

-No le hablés así a mi hermana -la defendió Viktor, tratando de contenerse para no gritarle ni pegarle.

-Pero tiene razón -dijo Ilse-. Además, los hijos tienen que estar con su madre y su padre biológicos, no con uno de ellos o algún pariente. Mirá Saskia por ejemplo: se divorció, y sus hijos son unos violentos. Sumando que tienen un padre maricón, que encima vino a amenazarnos el otro día.

-Primero, gracias por defenderme de los comentarios despectivos de tu marido -dijo irónicamente su hermana, a punto de llorar-. Segundo, tus hijas nos dijeron que sus amigos sólo se defendieron de los insultos contra sus padres. Y, por último, lo único que me interesa es que mis sobrinas estén bien. Si alguien no quiere una mujer con hijos, problema suyo -finalizó y se secó las lágrimas que le brotaban.

-De todas formas, no te la van a dar en adopción mientras no de mi consentimiento o...presentés pruebas -dijo Ilse sonriendo cínicamente.

-Espero que entiendas lo que nos duele tener que acumular denuncias en tu contra -dijo Viktor -. ¿Nos vamos? -le sugirió a Gabrielle.

-Sí -le contestó-. Nos vemos -se despidió y se fue con su hermano.

Al día siguiente, Saskia y sus hijos estaban desayunando antes de ir al trabajo y al colegio. Ella les preguntó si ya habían guardado todo, y los nenes le contestaron que sí.

-Ma, el otro día te escuchamos discutir con los papás de Amanda y Lena -dijo Arthur de repente. Saskia lo miró con los ojos bien abiertos.

-¿Van a cambiarlas de colegio? -preguntó Melody preocupada.

-Su papá ya fue a arreglar todo con los padres de sus amigas. No va a haber ningún problema -los tranquilizó-. Pero creí haberlos mandado a la pieza para que no escucharan -dijo poniendosé seria.

-En realidad escuchamos desde la cachetada -aclaró Arthur-. Era imposible no escuchar los gritos.

-Bueno, sí, es verdad -admitió su mamá-. Pero no quiero que piensen en eso. Sobre todo vos -dijo mirando a su hijo-, que tenés prueba hoy.

-Sí -afirmó el nene.

-Tomen la leche, que se les enfría. -Más tarde terminaron, y Saskia los llevó al colegio y luego siguió a su lugar de trabajo.

Amanda y Lena se siguieron juntando con sus amigos a pesar de que sus padres se los habían prohibido. Bono le contó a Saskia por teléfono lo que les había dicho a Ilse y Dieter y, aunque no lo podía creer, le gustaba la idea. Su exmarido le confirmó que era en serio lo de averiguar a qué colegio las cambiarían si eso llegaba a pasar, que se lo pediría a su asistente y contrataría unos espías.

Desgraciadamente, a los chicos los seguían molestando. Por lo que la directora decidió que, si la situación seguía así, iba a expulsar a Emilia, Simon, Debora, Carl y Erik. Los cinco y los padres de estos no tuvieron más opción que aceptar, pero seguían pensando igual.

Por otro lado, Liam le propuso casamiento a Jane, y ella aceptó. También aceptó mudarse con él a Inglaterra.

Aceptación 2: El precio de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora