Capítulo 7

24 8 34
                                    

Jane estaba en su casa. Se estaba preparando para salir. Liam había llegado a Irlanda el día anterior, y ambos habían quedado en cenar en un restaurante en el centro.

—Espero que ese Liam sea alguien aceptable —dijo Alfred seriamente.

—No te adelantes; apenas nos estamos conociendo —dijo poniendosé unos aros—. Además, le puse como condición el respetar a Bono.

—Con respecto a ese, menos mal que dejaron de convencerme de que lo acepte de nuevo.

—Bueno, ya me voy —dijo ignorando el comentario despectivo de su padre—. Nos vemos. —Lo saludó con un beso.

—Que te vaya bien —le deseó su papá, y Jane salió.

Al llegar al restaurante, buscó con la mirada y encontró a Liam en una mesa, quien le hizo señas en cuanto la vio. Fue hacia él, y se saludaron. Pidió cada uno un plato y pasaron un buen momento. Luego se fueron a pasear.

Tanto la relación de Liam y Jane como la de Bono y Noel avanzaba muy bien. Aunque, a diferencia de la primera pareja, Bono y Noel disimulaban verse como amigos.

Ya era fin de año. La gira había terminado por el momento. Estaban celebrando Navidad en casa de Alfred. Bono también estaba ahí, pero por insistencia de Jane. Alfred lo ignoraba todo el tiempo, como si su hijo no estuviera ahí. Por suerte para él, nadie le reprochaba eso, ni siquiera sus nietos. Justo antes de sentarse a cenar, sonó el timbre. Jane fue a abrir: era Liam. Los dos se dieron un beso, y luego él le dio un regalo, el cual ella recibió con gusto. Lo acompañó al comedor donde estaban todos y lo presentó. Se sentaron a comer. Todos lo aceptaron a diferencia de Alfred, quien no lo estaba aceptando del todo, pero por otro lado estaba feliz por Jane.

—Al fin conocemos a tu novio, tía —dijo Arthur sonriendo.

—Ellos asumieron que eras el novio de Jane desde el primer día que llamaste —contó Saskia.

—Tienes hijos videntes —bromeó Liam.

Unas horas después, terminaron de cenar. Algunos se quedaron en la mesa, y otros se fueron a los sillones y el sofá. Liam charló un poco con Bono para acercarse a él y compensar todas las veces que lo trató mal, aunque por parte de Bono siempre había estado todo bien. Después se acercaron los nenes junto con su tía Jane y le pidieron a Liam que fuera a jugar con ellos a la pieza. Él aceptó. Liam estaba congeniando muy bien con los sobrinos de su novia. Los chicos le preguntaron si le podían decir "tío Liam", y les contestó que sí.

1993.

Ya habían pasado las fiestas, Noel y Bono estaban dando una vuelta por el centro de Dublín.

—Me alegra que tu familia haya aceptado a Liam —comentó Noel.

—Sí, hasta mi papá, aunque estuvo desconfiando de él en Navidad y Año Nuevo. Pero lo está aceptando.

—Espero que la relación funcione. No te quiero asustar ni nada, pero no es muy bueno para eso.

—Es mejor no decirle nada a Jane. Que Liam aprenda a ser fiel. —Siguieron caminando unas cuadras más, y luego Bono agarró a Noel de la mano. Este lo miró sorprendido.

—Me estás agarrando la mano en público por si no te diste cuenta.

—Sí. No me quiero esconder más. Quiero que todos sepan de nuestra relación —dijo Bono sonriendo. Lo trajo para su lado, le agarró la cara y le dio un beso. Noel le sonrió y siguieron caminando. La gente que pasaba los miraba mal, a otros les gustaba lo que veían y habían visto, y otros nada más pasaban, sin darles importancia. A todo esto, un fotógrafo les había sacado fotos a escondidas.

—Qué decepción, Bono —dijo uno que pasaba, pero lo ignoraron. Noel le sacó la lengua cuando el hombre ya estaba de espalda. Bono se rió disimuladamente.

—Bueno, creo que ambas familias saben de nuestro noviazgo menos tus hijos —dijo Noel después de un largo silencio.

—Sí, con respecto a ellos, espero que te acepten —deseó Bono dudando.

—Claro que sí —lo animó Noel.

—Mañana voy a ver a mis hijos; aprovecha y ven conmigo a Alemania, y ahí les decimos—. Lo invitó— Yo te pago el pasaje si no puedes.

—Bueno —aceptó Noel con gusto.

Al otro día, Bono viajó con Noel a Alemania y le pagó el pasaje como le había dicho. Un día después, estaban almorzando en casa de Saskia.

—Tengo algo que decirles —dijo Bono a sus hijos.

—Vas a decirnos que tú y Noel son novios, ¿no? —supuso Arthur. Todos quedaron sorprendidos.

—Es eso, ¿verdad? —agregó Melody.

—¿Cómo supieron? —preguntó Noel.

—Nos dimos cuenta solos —reveló Melody.

—Noel siempre que va a Dublín visita más a papá que a Edge y los otros —agregó Arthur. Bono se rió un poco.

—Y también viene con él a Hamburgo —dijo Melody.

—Sí, puede ser que nos hayamos visto más de la cuenta —admitió Bono—. Aunque eso no necesariamente lo hace mi novio. Pero sí, somos novios —confirmó.

—Son lindos juntos —comentó Melody sonriendo.

—Sí —agregó su hermano. A Bono, Saskia y Noel les dio gusto escuchar eso.

Aceptación 2: El precio de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora