Capítulo 1

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1991.

Dublín, Irlanda.

El matrimonio de Bono y Saskia se había ido deteriorando en los últimos años. Nunca hubo discusiones, ella nunca le reclamó por irse de gira ni por subir fans al escenario, pero en los últimos años estaba sintiendo sus ausencias con cada recital que su marido tenía que dar a pesar de que seguían en contacto, y de que él llamaba para hablar con sus hijos también. Con dolor, ella le pidió el divorcio, y Bono la entendió. Ambos irían a Alemania a firmar el divorcio, ya que este todavía era ilegal en Irlanda.

Él ahora estaba con su padre y sus tías en un café; Saskia, en el trabajo; y los nenes, en el colegio.

—¿En serio pensás separarte? Tenés dos hijos con ella. ¡No podés abandonarlos! —le recriminó Alfred.

—Fue Saskia quien le pidió el divorcio. Si ella no puede con las giras, no tienen por qué seguir juntos —intervino Roxanne.

—Vos no te metás, siempre lo estás defendiendo. Le aplaudís todo —dijo su hermano.

—Porque nunca hizo nada malo, y en todo caso vos te estás metiendo en su vida —le hizo ver.

—Tiene razón. Saskia y yo tenemos hijos y los queremos. A ella todavía la amo, pero no voy a obligarla a seguir conmigo si ella ya no se siente bien con la relación, incluso si tenemos hijos.

—Es tu culpa por no cuidar tu matrimonio. Tenías que seguir subiendo a tus fans estando casado, ¿no?

—Ay, Alfred, fue solo eso —suspiró Cassandra—. Tampoco la engañó. Además, Saskia nunca tuvo problemas con eso; es muy permisiva.

—Creo que demasiado para mi gusto.

—¿Ahora te la vas a agarrar con ella también? —preguntó Bono a la defensiva.

—No, ya dije que el único culpable sos vos. Mirá, Paul; vos no salvás tu matrimonio, y yo te vuelvo a dar la espalda —amenazó su padre.

—Con amenazas no ganamos nada —dijo Roxanne.

—Si se separa, es porque quiere volver con el maricón de su ex o acostarse con cualquier tipo o chica que se le cruce —juzgó y le dio un último sorbo al café.

—Por Aaron hace años que no siento nada, y no voy a dar marcha atrás con mi separación —finalizó.

—Entonces no me dejás opción. —Levantó la mano y le hizo señas al mozo de que le llevara la cuenta. Este llevó el ticket, y pagaron entre todos.

—Sos muy injusto con tu hijo —dijo Cassandra con indignación.

—Dales cariños a mis nietos —le dijo a su hijo, ignorando lo que dijo su hermana—. Ni creas que te voy a saludar si estás ahí cuando vaya a visitarlos. Las espero afuera —dijo levantadosé, y salió. Cassandra y Roxanne se quedaron unos segundos a consolar un poco a Bono, y finalmente se fueron con su hermano. Bono también se fue, pero en otra dirección. Llegó a su casa, vio a Saskia en el patio y fue a saludarla. Melody y Arthur seguían en el colegio, pero ya iba siendo hora de irlos a buscar.

—¿Cómo te fue? —preguntó Saskia.

—Mal. Mi viejo va a darme la espalda otra vez —contestó mientras se sentaba frente a ella.

—¿Pero por qué? No entiendo. Nuestra separación a él no le afecta en nada.

—Es lo que intentamos decirle con mis tías. Pero como siempre, convencerlo es inútil —suspiró.

—¿Y sus nietos?

—Los va a visitar.

—¿Sabe que me vuelvo con ellos a Alemania?

—No, me olvidé de contarle eso.

—No importa, luego se lo diremos.

—Mejor decile vos; con vos se lleva mejor.

—Está bien —aceptó sonriendo un poco, siendo comprensiva.

—En cuanto pueda, voy a Alemania para el divorcio.

—Lamento que esto no haya resultado, de verdad lo intenté. Pensé que iba a poder con esta relación.

—No tenés nada de qué disculparte. O sea, nunca peleamos.

—Eso es bueno —dijo sonriendo un poco.

—Bueno, me voy a buscar a los chicos. Ya vengo. —Se levantó y fue hasta el auto, lo sacó del garaje y se fue. Un rato después volvió con sus hijos. Ya todos reunidos, Saskia les dijo que se mudarían en unos días.

—Pero, te vamos a seguir viendo, ¿no? —preguntó Melody.

—¿El abuelo y las tías también nos van a visitar? —agregó Arthur.

—Claro que sí. Y de mi parte, también voy a hacerme un tiempo para verlos cuando tenga fechas allá —les aseguró.

—¿Y nosotros te podemos visitar? —preguntó Arthur—. Ma, ¿podemos visitarlo?

—Sí, podemos venir una vez al mes o en vacaciones.

—¿No podemos venir todos los fines de semana? —propuso la nena.

—Nos vamos a volver al país de mamá; no podemos venir tan seguido —explicó Saskia.

—¿Y nuestros amigos?

—Podemos invitarlos cuando los lleve a pasear —sugirió Bono.

—¿Y mamá puede quedarse con nosotros cuando vengamos a visitar a papá? —propuso Melody.

—O sea, estar los cuatro juntos durante esos días —agregó y aclaró Arthur. Bono y Saskia se miraron incómodos.

—Eeeh...Por ahora no, recién nos estamos separando. Más adelante vemos —dijo Bono.

—Pero nunca pelearon —intentó convencerlos Arthur.

—No, pero igual —dijo Saskia—. Miren, a papá van a verlo seguido mientras no esté de gira, no se preocupen. Si quieren, hasta me quedo un rato con ustedes —les propuso—. Pero luego me voy —aclaró.

—Está bien —aceptaron con algo de tristeza.

Unos días después, Saskia estaba en el aeropuerto con sus hijos. Bono y el resto de la familia fueron a despedirlos. Los nenes habían tenido la fiesta de despedida en el colegio días antes. Melody y Arthur se abrazaron con su papá y sus demás parientes. Alfred les prometió que los visitaría lo más seguido posible.

—Vos también sos bienvenida en mi casa si algún día querés volver de visita —le dijo a su exnuera.

—Muchas gracias —dijo ella sonriendo. En ese momento se escuchó un altavoz que decía que los pasajeros del vuelo Dublín a Hamburgo debían abordar el avión ahora. Saskia y sus hijos se despidieron nuevamente y se fueron. Días después, Bono viajó a Alemania para firmar los papeles de divorcio, y, de paso, para visitar a sus hijos.

Durante los meses siguientes, tanto Saskia como sus padres llevaban a los chicos una vez al mes a Dublín a ver a su papá y se juntaban con sus amigos del antiguo colegio como Bono les había prometido. La familia de Bono también visitaba a los niños en Alemania. Alfred trataba de que sus visitas no coincidieran con las de su hijo para que los nietos no se sintieran incómodos al ver cómo ignoraba a Bono. Pero no siempre tenía esa suerte. Jane a veces viajaba sola. Bono y Saskia de a poco fueron superando su divorcio.

Aceptación 2: El precio de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora