Capítulo 9

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Narra Mérida:

Estaba tranquilamente paseando por el campus del colegio, era muy hermoso y transmitía mucha paz, lo que me recordaba al bosque que estaba cerca de mi castillo.

Me adentré en una parte del campus de donde los árboles abundan, donde los únicos sonidos que se escuchan son los diferentes cantos de los pájaros, realmente me quedaría todo el tiempo observando este Lugar, pero venia a otra cosa, venia un practicar con mi querido arco , no quería perder mi técnica, ya que hacía mucho que no practicaba.

Comencé a caminar en línea recta y empece a lanzar flechas por doquier, del tanto estaba todo muy tranquilo hasta que escuché un sonido raro que me alertó, me dí vuelta al instante pero no era nada, me resulto extraño, pero no le dí importancia y seguí caminando .

Estaba a punto de Lanzar otra flecha cuando escucho crujidos de ramas que provenían de los arbustos, eran pisadas, y cada vez eran más, y lo peor de todo es que cada vez se escuchaban más claras, se acercaban.

Me puse en posición de ataque, apunte hacia aquellos arbustos, y de repente ya no se escuchaba nada mas, pero no baje la guardia, podría apostar todo Escocia a que ahí había algo.

Y ahí fue cuando en medio de la oscuridad vi dos ojos verdes, me dió un escalofrío en todo el cuerpo, esos ojos eran demasiado grandes para ser de un humano, se mantenían fijos ahí, observándome.

Pensé en un oso, pero no, sus pupilas negras eran alargadas y puntiagudas como las de un gato, qué rayos era esa cosa??

Me decidi a lanzarle una flecha, pero cuando hice un minúsculo movimiento más, esos ojos se abrieron más.

Rugió con fuerza y ​​de los arbustos salio una enorme lagartija con escamas negras, filosos dientes y ... alas?

El miedo me invadió y empece a correr a todo lo que me permitían mis piernas, pero fue inútil, esa enorme cosa me alcanzó y se abalanzó sobre mi. Me tenia atrapada, mire a todos lados para encontrar mi arco, pero ni rastro de él.

Esa bestia me rugía en la cara de forma amenazadora, yo lo único que hacía era gritar desesperadamente.

Entonces pensé, este es mi fin, el fin de Mérida Dumbroch. Cerré los ojos para tratar de no sentir dolor al momento en que me devorara.

-CHIMUELOOO !! NO !!! Paraaa - se escucho una voz que gritaba- Quítate de ahí! -

El animal se quito de inmediato, por lo que yo me paré rapidamente y asustada.

-QUE RAYOS ES ESA COSAA ?? -!?! Le grito al castaño, que no me acuerdo de su nombre.

La bestia me ruge otra vez.

-Tranquila, y no le gusta que le llamen cosa- decía él, lo más tranquilo acariciando a la bestia

-Sigo sin saber qué es- digo temerosa

-Es un dragón ...-

-Pero los dragones no se habían extinguido?!? -

-No en donde vivo- decía el chico que había conocido en la cafetería, cómo era su nombre? - Mérida, él es Chimuelo, Chimuelo ella es Mérida una nueva amiga- decía mientras nos señalaba- Mérida acércate, no muerde-

-Estás loco?!?! Casi me mata !!!! -

-Estás hablando con el mejor entrenador de dragones, no te hará nada-

-Y si tan bien estrenas cómo tú dices, como explicas su reacción de hace unos minutos? -

-Es muy simple, tú le apuntaste con tu arco y él sólo se defendió-

Abrí mi boca para contestarle, pero me quede muda, Tenía razón. Sólo Bufe.

-Ven, no te hará nada-

Me acerqué lentamente, el castaño tomo mi mano y al instante sentí un cosquilleo, luego la poso en el dragón.

-No lo mires, y cierra tus ojos- me dijo

Le hice caso, sentí como el dragón dejaba que apoye mi mano, había perdido el miedo que sentía por él.

Levanto mi cabeza levemente y abro mis ojos, chimuelo se abalanzó sobre mi nuevamente, pero esta vez lo hiso para lamerme toda la cara como si fuera un perrito, lo que provocó que me riera.

-jajajaja chimuelo basta, me haces cosquillas- reía como niña

-Creo que le caíste bien-

-Eso Creo- le respondo mientras me levanto y limpio mi ropa

-Por cierto, aquí está tu arco- con una mano me lo entrega

-Mi arco! Lo había olvidado! - Lo agarro -Oye, cómo te llamabas, es que olvidé tu nombre ...- digo apenada

-Hiccup, Hiccup Haddock-

-Que nombre más raro- digo con una leve risita

-No eres la primera que lo dice-

-Gracias Hiccup-

-Por qué gracias? -

-Por devolverme mi arco y permitirme hacerme amiga de Chimuelo, que es adorable-

-No hay de que- me sonríe

Empezamos a caminar en dirección al colegio para volver, Hipo era muy agradable, no tardamos en hacernos amigos, me contaba toda su vida y sobre como había conocido a Chimuelo, realmente era un extraordinario dragón.

-Mérida, Puedo hacerte una pregunta? -

-La que quieras-

-Ya ... Ya tienes pareja para el baile? -

-Nadie se ha ofrecido- digo Haciendo exagerando un puchero, con el que Hipo se largó a reír

-Te gustaría ir conmigo? -

Me paro en seco por la pregunta, nunca antes había salido con un chico, y cuando alguno me lo proponía, lo rechazaba, ya que todos esos chicos estaban arreglados por mi madre. Pero con Hipo era diferente, de verdad quería ir conmigo, o eso es lo que creo ...

-Ammmm ... La verdad es que yo ...- no sabía que decir- de verdad quieres ir conmigo? - Digo señalándome

-Si, Por Que No querría? -

-Pues, no sé lo, soy algo ruda y diferente a las demás chicas, digamos que no tengo mucha aceptación de parte de los chicos por ser como soy, tampoco es que me interese si se fijan en mí o no, pero, creo me ven un poco rara  por ser como soy ...- suspiré- es difícil de entender-

-Y Como eres tú, Mérida Dumbroch? -

-Pues, soy la primogénita de la familia real de Escocia del clan Dumbroch, la princesa rebelde como muchos dicen, me negué a casarme y quise cambiar a mi madre, gran error, porque por eso tuve que pagar un precio muy alto, créeme, no es lindo ver a tu madre convertida en un oso, remendamos nuestro vínculo, que se había roto y por suerte ella volvió a la normalidad. Me sigo negando a mis deberes como princesa, mi pasión por el arco no es muy aceptado por mi madre, me gusta la libertad y estar encerrada en un castillo me ahoga- suspiré- Soy demasiado diferente- dije cabizbaja

Hipo levanta mi Cara con su mano para que lo vea a lo ojos.

-Deberías estar orgullosa de ser como eres-

-Lo estoy pero no todos opinan lo mismo-

-Pues yo que opino es grandioso ser diferente- me mira a los ojos- Te hace única-

Le sonrío, me gustaba lo que me decía.

-Volviendo a tu propuesta ... iré contigo al baile-

Espíritus: Amor & MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora