Lluvia

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Llueve, 

y la lluvia apaga el fuego de tus ojos, 

que mi cuerpo recorrían 

y lascivos me susurraban: 

que sin él se morían.


Llueve, 

y arden hasta las cenizas. 

Pasadas

que se tornan

polvo. 


Olvido, 

pero el recorrido de tus manos 

sigue palpitando en mi piel. 

Y tu sonrisa miente

y tu  voz, también. 


Llueve y el silencio resuena 

y su eco se disfraza de recuerdo. 


Llueve  y los pensamientos cíclicos 

trazan la espiral 

de esta pena amarga, 

canción de soledad.


Llueve

y el latido de la lluvia 

y el silencio entre nosotros 

nos vuelve a los dos... 

, "amor mío", 

patéticos sordos. 

Fragmentos de interiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora