Capítulo 27

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Sé que querías matarnos en el último capítulo, pero este te va a encantar, ¡lo juro!

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Pov. Valentina

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y un zumbido en el oído. Abrí los ojos con cierta dificultad y me llevé la mano a la frente y sentí la sangre casi seca de un corte que me hice a un lado de la frente. Mire para el lado y no vi a Juliana y me desespere, me bajé del carro con dificultad y cuando creí poder buscarla por los alrededores recibí un golpe muy fuerte en la cara que me hizo caer. Así fue como mi cuerpo tomó una dosis de adrenalina y salté.

- ¿Tú? ¿Él me está siguiendo? - Pregunté asustado ante la figura que estaba frente a mí.

- Creo que eres tú el que me sigue. - Vino hacia mí de nuevo para golpearme, pero me agaché y cogí impulso para tirarlo al suelo.

- ¿Dónde está Juliana? ¿Qué hiciste con ella? Lo agarré por el cuello de su camisa y lo miré fijamente.

- ¿Qué pasó? ¿También perdiste a tu novia? - se rio Pazuello y lo golpeé con todas mis fuerzas con el puño en la boca, sacándole sangre de esa región.

- ¡NO ME CONOCES ENOJADA! - I grité. - DIME AHORA DONDE ESTÁ Y QUE HICISTE CON ELLA?

Pazuello hizo un gesto con la mano indicando un corte en el cuello.

- Maté a tu noviecita y la tiré a una zanja. Se rio de nuevo y le di un puñetazo en la cara otra vez. - ¡Esto es solo una advertencia para que te mantengas alejado de mí y de esta investigación!

Yo estaba en shock.

- ¡Está mintiendo! Bajé la guardia y me dio una patada en el estómago que me hizo retorcerme de dolor.

- Sin papá y sin novia. - Se inclinó para reírse en mi cara y lo hice tropezar haciéndolo caer de nuevo.

- ¿QUÉ SABES DE MI PADRE? ¿FUE USTED EL QUE LO MATÓ? ¡DIMELO AHORA! - grité desesperada.

- ¡Tu padre fue a donde no lo llamaron y pronto tendrás el mismo destino a pesar de que eres quién eres! - Pazuello sacó un arma rápidamente en mi dirección, pero yo era más rápido y disparé.

¿"Aunque seas quién eres"? Esa frase se me quedó grabada en la cabeza y realmente desearía haber entendido lo que quería decir.

Me agaché para comprobar sus signos vitales, pero estaba muerto. ¡Maldición! Una vez más de vuelta al punto de partida. Entré en desesperación, porque no sabía qué le había pasado a Juliana, miré a mi alrededor y no la encontraba, empecé a pensar que la historia que me contó Pazuello era cierta o alguien se la habría llevado de aquí para intimidar. Yo. Mil cosas pasaron por mi cabeza y la idea de perderla no me sirvió de nada. Llamé a Lucía y le conté lo que había pasado y ella trató de calmarme, pero era imposible mantener la cordura en esa situación. No quería imaginarme en un mundo sin Juliana.

Su celular sonó y contesté sin decir nada.

- ¿Qué pasó idiota?

Era una voz masculina muy enfadada y me quedé en silencio, pero colgó. Guardé mi celular en mi bolsillo, podría servir como evidencia.

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Cuentista

En un ambiente cerrado se escuchaban pasos lentos y firmes, el olor a perfume a madera se apoderaba del lugar. Un hombre se sentó en el borde de la cama del dormitorio y miró fijamente a la mujer que yacía allí sin recobrar por completo la conciencia, su rostro se movía de lado a lado como si estuviera tratando de despertar de un mal sueño y el hombre solo estaba allí... Esperando ese momento.

Olvídame Si Puedes - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora