Minho un alfa real, hijo de un mafioso poderoso y pudiente.
Jisung un omega que estudia música y tiene sueños muy bien planteados, odia que la gente se meta en sus planes.
Entonces, ¿qué pasa cuando estos se vienen envueltos en problemas?
-Omegavers...
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Minho salía enojado azotando la puerta por detrás. Su cabello se movía hacia atrás por el viento alto y su chaqueta le ayudaba con el frío del invierno.
Su padre nuevamente había mandado a personas para vigilarlo, teniendo que encargarse por su cuenta de los intrusos en su departamento. Tanta molestia para sus cortos 23 años.
Subía a su moto tratando de irse lo más pronto posible del lugar, arrancando de esta y andando por el camino más lejano a su departamento posible. Era su manera de quitar el estrés.
Su lobo gruñia del enojo y no diría que el estaba tranquilo, su lobo gritaba por matar a aquella persona que siempre arruina sus buenos días. Lamentablemente controla su lobo mejor que nadie.
Manejaba hasta casi llegar a su departamento, logró detenerse y comer algo o estaría hambriento hasta la mañana siguiente.
La fría noche comenzaba a adueñarse de las calles y consigo un omega con un olor peculiar a los gustos del alfa, caminaba cerca del lugar con su amigo.
El olor se le hizo tan llamativo que se obligo a salir solo para salir y observar al chico de cabello obscuro que paseaba. Nunca lo había visto por ahí.
Era lindo y sus mejillas le hacían una silueta tierna a primera vista, digno de conocer.
No se atrevería, no es su destino conocerlo. Eso pensó.
... 🌺
El omega paseba por las calles después de salir de la última clase, Jeongin le había propuesto salir a comer por la gran canción que había compuesto.
Jisung era egocéntrico y dedicado a lo que hacía, nada podía interrumpir sus arduas horas de trabajo. No llevaba mucho estudiando música pero en el poco tiempo se había posicionado en el escalafón de la universidad, era el primero en todo y el gran orgullo de su familia.
No podía pedir más. La música era todo en su vida.
–Necesito algo para tomar esperame aquí.– Jeongin llevaba horas caminando junto a Jisung.
Parecían perdidos en un barrio peligroso.
Tan peligroso que en segundos, la mochila de Jisung fue jalada de su hombro por dos tipos alfas.
–¡Idiotas!– Gritó y sin pensarlo dos veces se encontraba corriendo detrás de los asaltantes.
Correr no era su fuerte y sinceramente odiaba los deportes, hasta que tomó fuerzas de algún lugar existente en su cuerpo y logró alcanzarlos apenas logrando respirar.
Habían sido minutos en los que estuvo persiguiendo a dos personas con su mochila. No le importaba el dinero o su costoso celular, su laptop con la canción recién compuesta y halagada por su maestro era lo único que necesitaba.
–¡Regresen la mochila si no quieren tener problemas!– Incluso su tono le pareció sorprendente.
Estos dos se miraron burlándose de la valentía que el omega tenía para enfrentarlos.
