Minho un alfa real, hijo de un mafioso poderoso y pudiente.
Jisung un omega que estudia música y tiene sueños muy bien planteados, odia que la gente se meta en sus planes.
Entonces, ¿qué pasa cuando estos se vienen envueltos en problemas?
-Omegavers...
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–¿Porqué me dejaste?– Lo miró a los ojos queriendo encontrar la sinceridad que busco aquel día y nunca logró encontrar –Se que no fuiste sincero conmigo porque si lo hubieras sido no estarías aquí ahora.
–Lo sé, mi padre me había amenazado con destruirte y no le quise creer, después golpearon a tu padre y supe que él había sido el culpable de eso, Jisung perdoname por haber hecho que lastimaran a tu padre te juro que no creí que eso pasaría, después me di cuenta que necesitaba aparentar que no estábamos juntos por si salía mal el plan que tenía en mente y sería aún peor si hubiera salido mal.– Volvió a abrazarlo. –Todo salió bien y porfin podemos estar juntos sin miedo, perdoname por lastimarte yo jamás dudaría de nuestra relación.
Y porfin Minho se acercó hasta los labios del omega para volverlos a probar, deleitandose con el dulce sabor de sus labios y estos mordiendo ligeramente los contrarios.
Era un beso hermoso y lleno de amor, no era un beso erotico o que podría escalar a algo más. Solo eran ellos amandose después la pausa que pusieron entre ellos pero apesar de eso jamás pudieron romper su vínculo.
Jisung miró con ojos de amor los de su amado, esos ojos que tanto extraño y los mismos que solo lo miraban a él.
–Felix me contó que no has comido en días, iremos abajo y le agradeceras a tus amigos por cuidarte pero no sin antes lavarte.– El omega miró sus ropas, no se había cambiado desde que le entregó la carta.
–¿Es necesario?– Minho sonrió dejando un beso en su mejilla que le hizo sonrojar y bajar la mirada.
–Ven, vamos al baño.– Lo tomó de la mano saliendo del nido con sumo cuidado, aún tenía que cuidar que este no se dañara o podría entristecer al lobo de su omega.
Jisung tomó toda la ropa que tenía en su nido para dejarla en el cesto y entrar al baño.
–Estaré abajo haciéndote una rica comida.– Beso su frente para después sonreírle y salir del baño.
Jisung estaba tan contento y ni hablar de su lobo caprichoso. El sabía que su alfa regresaria.
Estuvo 4 días en un nido lleno de depresión y sensibilidad, para que después llegara él y en minutos esté lavandose mientras su alfa le cocina. Tanto show para nada.
Bueno admite que le dolió demasiado y que jamás le desearía ese tipo de dolor ni a su peor enemigo.
Saliendo de lavarse y cambiarse Minho volvió a entrar a la recamara.
–Vamos a que comas y está prohibido dejar comida en el plato.– Le amenazó tomando su mano y besando la misma con delicadeza dedicándole una tierna sonrisa.
Ambos bajaron hasta la cocina y Jisung se alegró al ver a sus amigos sentados alrededor de la alacena esperándolo para comenzar a comer. Sus amigos sonrieron en grande por verlo bajar.
