Capítulo 4

12 4 0
                                    

Después de varios minutos esperando al resto de los chicos afuera del PartyHard, entraron sin problemas al club gracias al padre de Carla.

Dentro, estaba lleno de humo seco. El lugar estaba bañado de luces azules, moradas y violetas al igual que la pista de baile en donde la gente baila al ritmo de la música trance. Y todas las paredes, sin excepciones, estaban forradas de luces color blanco.

—¡Eh, que buen ambiente! —gritó Hyun Ye. Rose soltó una risa ante los movimientos que el muchacho realizaba al momento de abrirse paso por entre el mar de gente.

A los lados de la pista, a unos centímetros, había varios sillones en forma de C de cuero negro y, en medio, dos mesas circulares de color blanco. Cada costado de los sillones tenía un pilar color negro para sostener los balconcillos de arriba donde había mesas y sillas de color blanco o negro, mientras que, en el fondo, se hallaba una escalera pegada a la pared. En lo restante, donde estaba la escalera, se encontraba un espacio grande donde se encontraba el bar; con cinco sillas enfrente de la barra, las cuales ya estaban ocupadas.

Arriba de la entrada estaban los Dj's, rodeados por un barandal de cristal, tan fino que con solo tocarlo se podría hacer cenizas; por otro lado, el techo estaba adornado con globos trasparentes con luces LED adentro.

Ángela no prestaba mucha atención al lugar; tenía los ojos puestos en las personas que pasaban junto a ella que vestían de una manera ataviada. Corséts y pantalones apretados, extensiones de colores, tops y blusas transparentes de encaje eran lo que más se veía. En uno de los sillones vio a un joven con un piercing labial que le coqueteaba a una chica que se hacia la tímida; al final se terminaron besando. Una adolescente de cabellos rubios paso junto a Leonardo, señalándole su camiseta que se leía "Soy virgen" y en letras pequeñas "No es verdad", y mientras le guiñaba un ojo coquetamente. Leonardo no se inmutó y siguió caminando.

En uno de los sillones del lado derecho, Ángela vio a un chico de cabellos castaños con sonrisa sexy dedicada a su acompañante. El joven se dio cuenta que era observado y buscó con la mirada a la persona, Ángela, por otro lado, apartó inmediatamente la vista antes de ser descubierta. Cuando llegaron a las escaleras, en medio de estas, había una pareja besándose apasionadamente. Cassandra, quien iba detrás de Ángela, le dio un ligero empujón, lo que hizo que ella volteara, la pelirroja le sonrió pícaramente dando a entender que esos podrían ser ella y Christian. A modo de respuesta, Ángela puso los ojos en blanco a la vez que seguía subiendo rápidamente las escalares.

El lugar donde se sentaron era VIP. Era una especie de balcón donde podían ver todo el club —excepto la parte de debajo de donde estaban, que era el bar— en la que había un sofá grande en forma de U color blanco con dos mesas de cristal. El techo tenía varias luces en forma horizontal y las paredes estaban forradas de luces tenues; y al igual que los Dj's, el balcón estaba rodeado por un barandal de cristal.

—Pediré unos tragos, ¿alguien quiere uno? —preguntó Carla cruzando las piernas. Apartó su cabello largo y miel de su escote.

Todos levantaron las manos. Carla llamó a un mesero y pidió una ronda. Al cabo de unos minutos, el mesero llegó con las bebidas.

—Esta vez contrólate en tomar. Podrá ser viernes, pero no creo que quieras otra resaca, ¿verdad? —se burló Rose mirando a su hermana.

—O al menos que quieras hacer el ridículo poniéndote a cantar canciones desafinadas encima de la mesa —comentó Carla, entre risas al recordar.

—Esa noche sentí vergüenza —añadió Hyun Ye—. Cuando nos preguntaron si veníamos contigo quería decir que no.

El resto de los chicos se unieron a las risas, solo Leonardo mantenía una sonrisa.

Susurrantes [Libro1] [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora