Después del desayuno Ángela le dijo a su hermana que iría con la reina a ver a sus padres para ir por algunas cosas, y si no quería que le trajera algo de sus cosas, a lo que ella respondió que su ropa porque no le gustaba usar vestidos todo el tiempo. El guardia que la escoltó al comedor la llevó con la reina, que se encontraba en el portal. Bajaron las escaleras del castillo. Ángela apenas se había dado cuenta que aun lado del camino que conducía al castillo había otro camino que llevaba a unas escaleras hacia abajo, donde solo pudo ver un espacio inmenso y verdoso.
—¿Qué es allá? —preguntó con curiosidad mientras señalaba con la cabeza el camino.
—El lugar donde entrenan todos los días los susurrantes —respondió el guardia.
Ángela formulo una "O" con la boca sin emitir sonido alguno.
—¿Eres humano, cierto? —preguntó.
El guardia solo asintió.
Ángela percibió que el guardia no tenía ganas de hablar y eso fue lo que hizo, no volvió a preguntarle nada más durante todo el trayecto. Solo se dedicó a admirar la isla, ya que la noche anterior no tuvo oportunidad de hacerlo. Las personas se detenían a verla y murmuraban entre ellas, solo pudo escuchar las palabras "príncipe" "amiga" "susurrantes" y "humanos", ella estaba acostumbrada a ignorar los comentarios de las personas que susurraban de ella en el colegio cuando se paseaba con Christian u otro amigo suyo. Pero estos comentarios no pudo ignorarlos porque su súper oído podía escuchar todo, y porque tenía la curiosidad de saber cómo eran los susurrantes.
Todos los murmullos no se detuvieron hasta que llegaron al puente y comenzaron a cruzarlo.
—¿Lista ?—preguntó la reina, en cuanto Ángela llegó hasta ella. Ella asintió— Sujétate del guardia Miller.
Un guardia de estatura alta y piel morena se situó a su lado, le tendió el brazo. En su armadura, una marca conocida para Ángela estaba tallada en el pecho y en varias partes más. Era un telqui, al igual que ella. Ángela posó su mano en su brazo y puedo sentir el metal frio y duro bajo sus dedos.
—Abre el portal, por favor —le pidió la reina a un guardia que se le hacía extrañamente familiar.
—Sí, su majestad.
En cuanto el guardia entró al campo de visual de Ángela se dio que cuenta que era el guardia Stone. Se situó enfrente de la estructura de piedra en forma de círculo, en donde veintiún marcas estaban talladas con profundidad sobre y alrededor del círculo. Colocó su mano encima de su marca y repitió las mismas palabras que Leonardo cuando abrió el portal en el bosque. Un pequeño remolino azul apareció, agrandándose poco a poco hasta rellenar el hueco de la estructura.
La reina, seguida de dos guardias flanqueándola, cruzaron primero; los siguientes fueron Ángela y el guardia. Respiró mientras apretaba su mano contra el duro metal que tenía bajo de sus dedos, miró unos segundos al guardia Stone antes de entrar.
Todo se volvió negro por un segundo. Como la primera vez, sintió el estómago dándole vueltas y el desayuno subiéndole por la garganta. Fue cuestión de segundos, o fragmentos, para tocar el suelo. El guardia que la acompañaba la sujeto antes de que ella resbalara y cayera al agua.
—Gracias—agradeció, incorporándose hasta quedar derecha.
Alzó la vista. Cuando cruzaron el portal de Deméter, aparecieron en la cascada donde Leonardo había hecho el portal, después de eso tuvieron que pasar por las rocas y llegar a tierra donde crearon otro portal para llegar más rápido a su destino. Y ahí estaban, enfrente de su casa. En cuanto tocó suelo, las ramas y hojas que crujieron bajo sus pies. Se soltó del guardia para dirigirse a la entrada principal, a la mitad, la puerta se abrió y Noah salió. Echó a correr en su dirección. Un abrazó fuerte la recibió.
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Susurrantes [Libro1] [En proceso]
FantasyUn mundo gobernado por dos gemas. Una maldición que ha condenado por generaciones a una familia. Una guerra entre susurrantes y silenciosos. Y una decisión que debe tomar Ángela Hawthorne sobre su futuro: luchar por un mundo que desconocía toda su...