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Thrall no supo quién fue el primero en dar paso a la batalla.

Solo que estaba corriendo hacia los enemigos y su martillo de guerra chocó directamente contra el pecho de uno de los soldados que cayó de espaldas tosiendo sangre, antes de rematarlo de un segundo golpe en el pecho.

En todos lados se oían gritos, lanzas, flechas y perdigones volaban por todos lados así mismo caídas de agua provenientes del elemental invocado por el archimago como lanzas de hielo y orbes de fuego que provenían de su bastón.

Invoco a los lobos espirituales, y el relámpago acudió en su ayuda cuando lo solicito.
La batalla parecía estar a favor de los humanos, cuando 2 jinetes de grifos descendieron desde lo alto, y arrojaban con una certeza aterradora sus martillos. Esto les dio ventaja por unos minutos hasta que las lanzas impregnadas de veneno de los trolls les mantuvieron a raya.

Thrall estaba comenzando a sentirse cansado y se sorprendió ver a Mogrin ayudando a ponerse de pie a Nazgrel; no sabía si estaba inconsciente o muerto.

Vio a Morg invocar al rayo sobre un soldado humano, y las centellas emergieron de su cuerpo así como un grito de parte del soldado, quien cayó al suelo y ya no se movió.

Ballat y Vol'Jin hacían un raro equipo, el musculoso orco peleaba con hacha y cuchillo el solo contra 4 humanos; Ballat tomo a un humano del brazo y fácilmente lo arrojó varios metros de distancia sin un esfuerzo aparente.
Mientras que el trol y un fusilero que portaba su arma a modo de lanza, luchaban intercambiando estocadas pues Vol'Jin empleaba su bastón con el tallado de una cobra como si se tratase de un arma de asta.

Inesperadamente, Vol'jin le dio una indicación a Ballat y el orco marrón, tomo al troll y lo arrojó hacia a sus oponentes los cuales fueron derribados por esa maniobra de catapulta, antes de que el joven trol usará una larga cuchilla para degollar a 2 humanos y Ballat le ayudará un instante después con su hacha y daga.


Incluso los lobos estaban luchando, entre 3 lobos derribaron a un caballero junto con su corcel, pero uno de estos lanzó un gemido y cayó al suelo por el golpe de agua del elemental.

Trueno, pido tu ayuda... –Murmuró Thrall apuntando su martillo al elemental y del acero, un relámpago rebotó en 2 enanos antes de impactar en la criatura de agua. Pero con diferencia de los enanos, el elemental del agua parecía inmune al daño.

–La victoria es nuestra, soldados. –Dijo el archimago desde la distancia.

Thrall comenzaba a darle la razón cuando un temblor le tomó por sorpresa y le hizo caer de rodillas, casi teniendo que soltar su martillo para sostenerse.

El retumbe era muy fuerte y los movimientos del sismo eran semicirculares, no de arriba hacia abajo, lo que hacía que fuera difícil mantenerse de pie. Guerreros de ambas facciones caían al suelo o se sostenían de lo que tuvieran al alcance de la mano. una palmera se derrumbó cayendo sobre unos orcos y soldados humanos que habían estado luchando entre ellos un momento atrás; sus gritos agónicos surcaron el aire.

El Archimago cayó de su caballo cuando este se alzó sobre sus cuartos traseros y casi le cayó encima de no ser porque el anciano hombre fue apartado por el clérigo semielfo.

Thrall con dificultad logró ponerse a medias de pie, y evitó de un salto, otra palmera que casi le cayó encima cuando está colapso.

Poderoso espíritu de la tierra, gran espíritu del fuego; Se lo suplico...

Es alguien más, quien ha despertado al volcán de la isla. –Dijeron 2 voces a oídos del jefe orco. –Nosotros no tenemos culpa alguna de esto.

Jinetes de la TempestadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora