Parte 5

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-A mi particularmente no me gusta el sabor de los ojos, pero conozco gente que los adora comer- Hannibal se movió a una mesa llena de astillas y puso una bandeja con instrumentos filosos y de tortura. Miró al hombre a los ojos y le sonrió-. No me mal entiendas, ojos de pescado, de camarón, de puercos... Supongo que no sabrán diferente a los de humano, pero no podré decirlo. Te los quitaré, pero definitivamente no me los cenaré. Prefiero un buen trozo de carne o los hígados en un rico plato de verduras. ¿Qué prefieres que te quite?

Jack Crawford se sentía humillado quitando que se encontraba desnudo y amarrado a la silla, con algunos golpes por el traslado a aquel lugar. Se supone que esto no tendría que estar pasando, al menos no a él.

Llevaba al menos tres años investigando a Lecter, a petición de Edward Graham, pues el hombre pensaba que Hannibal estaba involucrado en algunos fraudes de altos mandos corruptos; aunque muchas de las pistas que encontraba llevaban a callejones sin salida. Nadie cercano a él soltaba la lengua, y los no cercanos no lo conocían en absoluto, simplemente lo veían a veces y lo evitaban, porque según ellos el tipo daba miedo. Sabía que era un pupilo de Richard Jones, un motero del que tenían conocimiento, era un asesino, pero no habían podido probarle nada aún y Hannibal había seguido los mismos pasos. Estaba cien por ciento seguro que las escenas donde encontraban cuerpos sin alguna extremidad u órgano eran firma completamente Lecter, pero todavía no podía acertar sobre la conexión entre las víctimas. Todas tenían edades muy distintas, sexos distintos, clases sociales distintas y ninguna se conocía de nada. Edward casi había enloquecido en su oficina una vez, porque decía que su hijo Will estaba viéndose a escondidas con Hannibal y desafortunadamente eso tampoco habían podido verificarlo. Los lugares que frecuentaban seguro estaban fuera del radar policial, porque incluso la misma policía prefería no meterse con Richard y sus compinches, y mucho menos revisar sus zonas.

Le había prometido que iba a desenmascarar a Hannibal y librar a su hijo de un futuro peligroso e incierto. Pero cada vez era más minado el terreno que podía llevar a pruebas concretas y Edward era cada vez más desesperado. Jack ya no lo soportaba pero le estaba pagando muy bien por investigar al tipo. Pensó tener un respiro cuando Edward anunció que su hijo iba a casarse con Jacob Morton, pero había resultado que eso era una medida bastante iracunda para que Will dejara de ver a Hannibal y de cualquier manera no había resultado. El chico estaba amargado y muy, muy rebelde. Hacía apenas un par de semanas desapareció por tres días seguidos y el único testigo que hubo lo vio bajando de una motocicleta. La madre estaba como loca y Edward dijo que se había perdido la oportunidad perfecta para atraparlo.

El día anterior, se sentía eufórico. Después de una exhaustiva investigación en el hotel donde habían matado a la abogada deshonesta, resultó que sí había un testigo. La mujer de limpieza había visto a Hannibal llegar por las escaleras de incendio al piso donde se había cometido el crimen, pero ella no le había hecho mucho caso en aquel momento. Aunque Marie llevaba solo una semana hospedada, habían llegado varios hombres a su habitación y simplemente pensó que Hannibal era otro de sus tantos amantes. Así que la chica había seguido con su rutina y aunque sabía que la abogada estaba muerta, no se le ocurrió nada y nadie le preguntó nada. Jack había ido de nuevo a la habitación con esperanza de algo, cuando miró a la mujer limpiar los cuadros de los pasillos. Resulta que la policía inútil nunca la entrevistó y podía darle una úlcera del coraje que estaba haciendo. Mientras bajaban por el ascensor, ella le fue dando detalles de aquella noche y toda la descripción del hombre que había visto. Hannibal Lecter.

Jack había ofrecido a la mujer llevarla directo a la comisaría para levantar su declaración, pero ella había insistido en irse a su casa, pues su hijo la estaba esperando y era más fácil llegar en metro, así que la acompañó en el recorrido a la estación.

Eat the Meat and Fuck, DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora