Jonestown

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Estábamos en la granja de Jones, sosteniendonos las manos, mirándonos los ojos y tocando nos los pies.

Jim lo arruinó con lo de las armas y terminamos en la Guayana, pero me intimidaba más tu timidez.

Sostenias el cianuro, buscando un cielo futuro, víctima del masivo estrés, vaya triángulo inoportuno, tú, yo y el cianuro, pues mi único cielo lo besan tus pies.

Preguntas por los minutos que nos quedan, si decidimos no obedecerlas, las voces que ordenan, dije: "mientras que el reloj de cuerda y tus besos me entretengan, seguiré de pie".

Sentí un golpe empujando la puerta a la contra la pared, medio di reversa, me desperté a la vez, esa primera vez fue intensa, dicho de forma mensa y un poco de revés.

Estuve investigando sobre Jones, resultó ser un sectario así que no hablaré de él.

Después de aquella vez de tu en mis brazos, y de ensoñaciones con tus labios, el Alprazolam deje.

Me sigo medicando, mis padres están hartos pero soy lo suficientemente grande para que no me deban entender, el único momento en el que no estoy quemando es cuando estoy drogado, miento, y durmiendo.

Te soñé nueva mente a mi lado, con ojos cansado, y el clima de su natalidad, el único momento en que no estoy agotado es cuando estás besándome, me hablas sobre Jones y los sectarios y el daño que han causado, dije que "prometí no hablar más sobre él" volteas y posteriormente duermes, llevas tus respiros de tu diafragma hasta tus dientes, yo te digo: "duerme bien"

Respondes:

"hasta que despiertes"

POESÍA ROSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora